En mi condición de vasco de vez en cuando se echa de menos un buen chuletón de buey (vaca vieja), como debe ser... La verdad es que es algo que siempre echo de menos para que engañarnos. El local es pequeño, el que quiera ir que reserve antes... y si no conoce la zona que se arme de gps o de tiempo suficiente. Pequeño pero acogedor, eso sí. El servicio es bueno, sin tirar cohetes tampoco. Pero lo que importa: LA CARNE es buena, quizás muy buena, pero... yo había ido a comer chuletón, no una delicias de carne de buey. Me explico, la carne no la sirven con el hueso como el típico chuletón de kilo a la brasa, ni tan siquiera trinchado, lo sirven como si fueran rebanadas de carne, finas, y yo quería comer chuletón! Lo curioso es que el hueso sí acompaña con lo que no entiendo muy bien... utilizan el mism ohueso varias veces? Os aseguro que lo servido equivalía a 1/4 de chuletón, por supuesto pedimos otra ración, que también salió con su hueso. El resto de productos, entrantes, ensaladas, jamón y un queso espectacular, etc... de igual calidad, lo mismo que el Pacharán (oro Baines), todo bien, igual que la cuenta que también iba cargadita. En resumen como sabes a lo que vas, pagas la calidad del los productos, pero la carne no terminé yo de cogerle la gracia a la forma de servir las raciones (por otro lado muy sabrosas claro). Tanto que he vuelto...

La verdad es que fue una visita casual. Me llevo una amiga una noche a cenar. Había oido algo del sitio y poco mas.
La visita fue el 26 de enero. Nos recomendaron llegar no muy tarde, por el tema de las brasas. Al principio nos sono un poco raro, pero luego al verlo todo , lo entendimos.
Trabajan carnes de mucha calidad y las hacen , mas que a la brasa, al fuego de la brasa, usando la llama constantemente y controlando mucho los puntos de la carne... nada de esas estupideces actuales de piedra caliente y tu eliges el punto( cueces...).
En fin, pedimos una ensalada, muy grande, de buena calidad y muy variada, y luego una carne roja, buey o vaca vieja, segun queramos decir. El punto perfecto y el sabor tambien. He probado otros asadores en el norte de España y diria que hablamos de la misma calidad, no peor. Nos dijo la chica que nos atendio, muy bien, por cierto, que su padre fue matarife( cocinero antes que fraile) y compran las riñonadas enteras, macerandolas con frio ellos mismos.
Todo este manjar lo acompañamos de un Rafa Cambra 1, a buena temperatura y con copas Schott. Por ultimo, de postre tomamos una tarta de chocolate y naranja casera bastante buena.
Habra que repetir y probar las otras carnes...

el pasado viernes celebramos una cena de empresa en este pequeño pero peculiar restaurante.El trato por parte de Maria Jose y su equipo fue excelente como siempre .Tomamos de entrantes para nueve comensales dos platos de jamón ibérico, dos de queso ,una ensalada de la casa y en cuanto a carnes que era a lo que fuimos un chuletón de buey otro de vaca , tres de mamet para los menos carnivoros y un solomillo de rubia estaban todas espectaculares. Todo esto regado con varias cañas , vermouts ,agua ,refrescos y dos botellas de Abadia retuerta . Desde aqui agradecer la invitación de un cava Dominio de la Vega Reserva.

Local pequeño, pero muy familiar.
Pocos entrantes en la carta.
Elegimos
-Ensalada buena
-Esparragos a la brasa buenos
-Quesos bien
y las carnes muy bien
60 euros por persona, coincido con la gran mayoría, un poco masa para lo que comimos.......

Leo el último comentario sobre Araguaney y coincido plenamente en algunos aspectos según la visita que hice unas semanas atrás con mi pareja, llevado por los comentarios elogiosos hacia sus carnes. Mi primera impresión fue buena, una planta baja con decoración rústica y sencilla, nos dieron una mesa cerca de la ventana, perfecto para disfrutar de un dia soleado con una comida sin florituras. Pero ya cuando me dan la carta veo que la simplicidad es exagerada, muy pocos entrantes, pero bueno, dicen que la ensalada está buenísima así que la elegimos y nuestra sorpresa es mayúscula cuando llega a la mesa; una ensalada enorme, al menos para cuatro personas, sin ninguna gracia, la lechuga, la cebolla, tomate y espárrados, nada más, y ninguno de estos productos con una calidad especial; luego la carne, bastante buena para estar en Valencia, pero nada especial si has ido a Galicia, El País Vasco, La Rioja,... Acabamos con un postre normalísimo a precio exagerado, y una sensación final de que en este restaurante están adormilados, no se molestan en ofrecer entrantes y platos más variados y ricos, esto son lentejas, las tomas ó las dejas; pues yo las he dejado, pagar 70 euros por cabeza para comer una ensalada sin gracia, una buena carne y un postre normal no me compensa, lleve varios días la cuenta en la cartera como ejemplo de lo que no debe hacerse. Cuando se esfuerzen más volveré.

Volví al Araguaney después de salir encantado de la primera visita. Pero esta vez no ha sido lo mismo.

El local está bien, la carne está muy bien, los vinos también son correctos, pero esta vez falló algo. Y ese algo es, como diría John Carlin, el factor humano.

En mi última visita sí noté ese 'algo' del que muchos se quejan: la aspereza en el trato de la propietaria. Si muchas veces un servicio agradable mejora una comida mediocre, también ocurre que un trato que roza lo borde te la puede amargar.

No sé si es la prepotencia de saber que el local siempe estará lleno, el mesianismo provocado por hacer una de las mejores carnes de Valencia, o simplemente una cuestión de carácter, pero el caso es que no salí contento del sitio.

Si en mi primera visita no me importó que la carta fuera minimalista (en cuanto a variedad), en esta ocasión sí lo hizo. No me parece de recibo que sea sota, caballo y rey. O sea, espárragos, pimientos, fiambre y ensalada. Y lo que es peor, me parece que la calidad de los entrantes está a años luz del plato estrella de la casa. Los espárragos, duros. Los pimientos, normales y corrientes (eso sí, a casi 10 euros por ración), el jamón, mal cortado; el queso, común. De la ensalada no puedo opinar, no la probé, aunque sí puedo decir que su tamaño es desproporcionado, no entiendo por qué.

En esta ocasión, la carne, pese a estar muy buena, no me pareció exquisita. Quizás tenga que ver con mi viaje por Navarra y Euskadi, donde también saben cómo hacer buenas carnes. Si en la primera ocasión salí sorprendido, en la segunda tan sólo satisfecho.

Mientras comía la carne, la propietaria me reprendió por darle la vuelta a los trozos para que se hicieran del otro lado sobre el plato de barro caliente. Y quizás tenga razón, pero no lo hizo ni del modo ni con las formas adecuadas. En lugar de un tono amable y didáctico (que yo hubiera aceptado de buena gana), utilizó una mezcla de prepotencia y desprecio para informarme de cómo se come la carne allí. Y por ahí no paso.

Quizás tengan la mejor carne de la región, pero dudo de que me vuelvan a ver por allí, habiendo otras opciones donde si bien la carne no tiene la misma calidad, el trato humano lo compensa con creces (me estoy acordando de La Fitorra, por ejemplo).

De postre, la verdad es que no lo recuerdo, un helado de algo que no debió causarme demasiada impresión.

Poco más que decir. Si en mi primer post no entendía a qué se referían algunos comentarios, ahora los comprendo perfectamente. Una pena.

Pues eso, carne excepcional (calidad y cantidad) que se sobrepone a otras cosas que, en otro restaurante, serían motivo para no volver pero que se olvidan en el momento de degustar el plato principal.

Algunas de estas ya han sido comentadas como la falta de espacio entre mesas, otra que me sorprende no haber visto en comentarios anteriores es una carta de vinos con precios elevados en comparación con otros restaurantes de Valencia, en mi opinión algo no justificado por un buen servicio del vino y unas mas que correctas copas Schott.

Unas cañas antes de los entrantes y tras pedir un par de referencias que no quedaban, optamos por una Pago de los Capellanes Roble, un vino falto de tiempo, no acertamos posiblemente inducidos por no querer disparar la cuenta en una comida "de trabajo" a la que iba invitado, por lo que no opinaré de RCP.

De entrantes pedimos los socorridos jamón y queso, el primero de ellos normalito, el segundo excelente. De carne una de mamet y otra rubia, ambas sublimes, se nota que saben de carne y ese es el secreto de su éxito, el local es pequeño pero siempre esta a tope.

Sin duda cuando me apetezca carne, volveré.

Fuimos a este sitio recomendado por varios amig@s. Nos sorprendió el lugar, una especie de casona antigua, salón algo pequeño y con falta de intimidad entre las mesas, pues para mi gusto, demasiado juntas.

De primero nos pedimos unos espárragos a la brasa, que estaban buenísimos. En cuanto a la carne, al no ser demasiado especialistas, nos recomendaron la 'rubia'. Estaba exquisita, pero al pedir un chuletón para cada comensal, fue demasiada carne. A la próxima, compartiremos entre dos, o bien, 2 carnes entre tres personas.

El vino fue el típico La Estacada, buenísimo.

Nos atendio una chica joven y con experiencia, nos entregó la carta excesivamente corta, nos explicó los diferentes tipos de carnes que tenia y comenzamos la experiencia gastronomica:

Comenzamos con unos esparragos a la brasa increiblemente magnificos, exquisitos y muy sabrosos. Pedimos un plato de Jamon, escaso,no se corresponde la calidad al precio que pagamos por él,salado y caro, casi 20 euros no justifican la calidad del producto y continuamos con dos tipos de carnes, la blanca y la rubia, la blanca falta de sabor y bastante normalita en cambio nos sorprendió la rubia que estaba fantastica, nos quedamos con ganas de probar el buey que quizas sea la proxima vez.
En resumen buen sitio para comer carne.

Para comer la mejor carne de Valencia, sin los abusos del precio de otros Restaurantes que sirven buena carne en la capital.
De entrada unos pimientos asados, para continuar con la carne: probamos la rubia y la mamet, buenísimas y en cantidad para quedarte lleno.
Vino: un heretat de cesilia, algo amargo y se notan los taninos, pero estaba en general bueno.
Los postres son prescindibles, y recomiendo pasar directamente al café.
Sitio lleno, lo que prueba que aunque haya crisis, si ofrecen buen producto sin abusar de los precios se llenan los locales. Otros deberían tomar nota.