Segundas partes no son buenas

Volví al Araguaney después de salir encantado de la primera visita. Pero esta vez no ha sido lo mismo.

El local está bien, la carne está muy bien, los vinos también son correctos, pero esta vez falló algo. Y ese algo es, como diría John Carlin, el factor humano.

En mi última visita sí noté ese 'algo' del que muchos se quejan: la aspereza en el trato de la propietaria. Si muchas veces un servicio agradable mejora una comida mediocre, también ocurre que un trato que roza lo borde te la puede amargar.

No sé si es la prepotencia de saber que el local siempe estará lleno, el mesianismo provocado por hacer una de las mejores carnes de Valencia, o simplemente una cuestión de carácter, pero el caso es que no salí contento del sitio.

Si en mi primera visita no me importó que la carta fuera minimalista (en cuanto a variedad), en esta ocasión sí lo hizo. No me parece de recibo que sea sota, caballo y rey. O sea, espárragos, pimientos, fiambre y ensalada. Y lo que es peor, me parece que la calidad de los entrantes está a años luz del plato estrella de la casa. Los espárragos, duros. Los pimientos, normales y corrientes (eso sí, a casi 10 euros por ración), el jamón, mal cortado; el queso, común. De la ensalada no puedo opinar, no la probé, aunque sí puedo decir que su tamaño es desproporcionado, no entiendo por qué.

En esta ocasión, la carne, pese a estar muy buena, no me pareció exquisita. Quizás tenga que ver con mi viaje por Navarra y Euskadi, donde también saben cómo hacer buenas carnes. Si en la primera ocasión salí sorprendido, en la segunda tan sólo satisfecho.

Mientras comía la carne, la propietaria me reprendió por darle la vuelta a los trozos para que se hicieran del otro lado sobre el plato de barro caliente. Y quizás tenga razón, pero no lo hizo ni del modo ni con las formas adecuadas. En lugar de un tono amable y didáctico (que yo hubiera aceptado de buena gana), utilizó una mezcla de prepotencia y desprecio para informarme de cómo se come la carne allí. Y por ahí no paso.

Quizás tengan la mejor carne de la región, pero dudo de que me vuelvan a ver por allí, habiendo otras opciones donde si bien la carne no tiene la misma calidad, el trato humano lo compensa con creces (me estoy acordando de La Fitorra, por ejemplo).

De postre, la verdad es que no lo recuerdo, un helado de algo que no debió causarme demasiada impresión.

Poco más que decir. Si en mi primer post no entendía a qué se referían algunos comentarios, ahora los comprendo perfectamente. Una pena.

  1. #1

    Almolo

    Si esta señora siempre ha tenido esta actitud y su local sigue llenando...¿para que cambiar?

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