Restaurante Viavelez en Madrid
Restaurante Viavelez
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
20,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
55 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.5
Comida COMIDA
7.7
Precio medio entorno ENTORNO
6.9
RCP CALIDAD-PRECIO
7.2
Paletilla de cabrito
Royal de liebre con trufa
Bacalao a la vizcaína
Fabada Asturiana
Callos a la madrileña
Salpicón de bogavante
Torrija caramelizada
Patatas a la importancia
Fabada
Royal de liebre
Bogavante a la americana
Guiso marinero de calamar
Bogavante a la americana
Guiso marinero de calamar
Merluza a la sidra
Mejillon tigre
Pote asturiano
Callos y Amontillado Tradición
Opiniones de Viavelez
OPINIONES
46

Cena improvisada el Viernes pasado, sin tener claro el rumbo optamos por nuestro clásico favorito, Viavelez, que esta vez no estuvo tan a la altura. Empezamos:

Ambiente y entorno: llegamos a las 22:30h y obviamente no había ningún hueco en la planta de calle; como no queremos cena "formal", decidimos esperar con un vinito y unas patatas fritas -detalle de la casa- en una de las barras auxiliares del local. A los 10 minutos queda libre una mesa y somos acomodados por el amable camarero que nos atendió esa noche. La sala como siempre: bullicio comedido, público pudiente en torno a los 40 y "savoir faire" en el servicio.

Comida: raciones y tapas al centro, picoteo informal que es lo que nunca nos ha fallado en esta magnífica barra madrileña:

- Mejillones con su concha comestible (x2): más deslucidos que en la ocasión anterior -las comparaciones son odiosas-, con la farsa ligeramente apelmazada y el crujiente de tinta blandurrio, con aspecto y textura de haber sido recalentado. Correcto, sin más. Un 6.
- Croquetas: media ración de croquetas de jamón y media de gambas. Lo mejor de la noche; 6 unidades de cada tipo con un tamaño y fritura excelentes, una bechamel de nivel con el matiz justo de pimienta y nuez moscada y unos sabores bien definidos, más aun si cabe en la de gambas, con un delicioso deje a ajillo y unos hermosos tropezones. Muy bien. Un 8.
- Ensaladilla rusa (media ración): mi particular decepción de la noche; como enfermizo adorador de la Ensaladilla (así, con mayúsculas) me encontré con una composición muy básica y ciertamente basta de este platillo tan nuestro. Percepción casi exclusiva de patata y zanahoria entre los ingredientes (ni rastro de escabeche), cortados en trozos demasiado grandes; este hecho sumado a una acusadísima falta de mahonesa, determinaba una escasísima fluidez y melosidad en cada bocado. Un plato lamentablemente plano y difícil de comer. Un 3,5.
- Patata rellena de Goulash y Tuétano: una patata cocida de buen tamaño, rellena de trozos de carne guisada y bañada en 2 salsas, una de pimentón y un alioli suave. Buena la idea pero mala la ejecución: la patata excesivamente entera, la carne que es el goulash fibrosa en demasía y la salsa de pimentón abusiva y demasiado potente (se llevaba por delante a todo lo demás). El tuétano, que podía haber salvado en cierta medida el desaguisado, no apareció por ninguna parte. Mal. Un 3.

Acompañamos el condumio con 3 copitas de vino (un excelente blanco de Valdeorras), un Moscatel alicantino, 2 cañas con limón y un café. No hubo detalle dulce esta ocasión. El total pagado por esto más el servicio de pan fueron 58 euros. Una buena RCP empañada por unas no tan buenas sensaciones gastronómicas.

- Lo mejor: el servicio. Atención de nivel durante toda la velada. Chapeau por el camarero que nos atendió esa noche.
- Lo peor: la ensaladilla y el Goulash (encima este último nos cayó mal a Bea y a mi, tanto que tuvimos que volvernos para casa con malestar estomacal e indisposición). Volveremos pero nos daremos un tiempo prudencial...

Tras varias visitas a la renombrada barra del VIAVELEZ decidimos adentrarnos en los secretos de la cocina de Paco Ron, descendiendo a la moderna y pequeña salita del piso inferior.

Para acompañar la noche nos decimos por THE END 2010 de Jimenez Landi, elección que no cubre las expectativas esperadas.

Gran acierto y aspecto muy positivo ofrecer la posibilidad de pedir medias raciones en aquellos platos en los que sea posible.Como entrante se nos ofrece una potente sopa de pescado y una tostada de ahumados.

En general interesantes propuestas con las “sardinas asadas y sopa de peladua de patatas”, son un excelente producto con un buen tratamiento, igualmente muy curiosa la composición del “mejillón tigre”, los sabrosísimos mejillones sobre una suave capa de yougurt de menta son un acierto y no menos, las sorprendes conchas comestibles –tinta de calamar-, un plato sin duda llamativo…, por el contrario las “almejas en sarten” están buenas sin más.

Como platos principales, muy bien presentados, los interesantes chipirones encebollados y la carrillera.

Los postres correctos, servicio muy atento, tal vez a un precio un tanto excesivo.

Visita in extremis a esta taberna ilustrada a la que mi parteneire y yo le teníamos echado el ojo hace tiempo. Sábado noche, 23:15h, sin reserva y con pocas esperanzas de encontrar hueco en la barra, intentamos la mayor. Comenzamos.

Ambiente:
El salón (parte inferior del local)estaba completo, con lo que encontramos acomodo en la taberna. Sala amplia, con una magnífica barra presidiendo (buen tamaño y bien surtida) y varias mesas altas diseminadas por todo el espacio. Bullicio aceptable y decoración sobria de corte clásico francamente elegante.

Comida:
- Aperitivo: mientras ojeamos la carta nos sirven unas sencillas patatas chips (de las buenas): fritas en aceite de oliva, crujientitas y nada grasientas. Bien para abrir boca. Un 6.

Raciones:
- Tigres con su concha comestible (x2): se sirve por una parte un mejillón al natural, de excelente factura y calibre, con una crema de yoghourt y menta y, por otra, una farsa de besamel, azafrán y mejillón coronada por la falsa concha -crujiente de tinta de calamar-. Riquísimo, sorprendente y muy bien pensado y ejecutado. Un 8.
- Croquetas de jamón: 8 croquetas de buen tamaño, crujientitas y rellenas de una besamel academicista -perfectamente cremosa y sazonada-. Dos problemas: excesivo sabor a frito, aunque no resultasen grasientas y escasos tropezones. Bien pero sin tirar cohetes. Un 6.
- Albóndigas de calamar: 6 albondiguillas de mar y montaña (ternera, cerdo y calamar troceado), estofadas en un caldo antológico (potencia medida al milímetro, intenso sabor a cefalópodo) y servidas con un flan de arroz blanco. Un platillo de los de toma pan y moja (como efectivamente hice). A Bea no le convenció demasiado pero a mi me entusiasmó. Un 8.
- Hojaldre de Jamón y Champiñón: un volován grande y bien hecho -hojaldre de nivel realizado con buena mantequilla- relleno de un salteado de buen jamón y champis; se sirve con una espuma caliente de Madeira. La elección de Bea tras su "tropezón" con las albondiguillas resulto de nuevo un gran acierto. Clasicismo renovado con criterio. Un 8.

No hubo postre en nuestra comanda pero si invitación dulce de la casa: chupito de granizado de naranja sanguina, refrescante y ligerito, muy apropiado para rematar el ágape.

El total pagado 58 euros (con 3 copas de un magnífico Ribeiro cuyo nombre no recuerdo y un par de Coca Colas). Se aplica el concepto de servicio de pan en la factura -no recuerdo la cantidad pero si que lo pagado compensaba (por calidad y cantidad)-.

Lo mejor: la propuesta gastronómica de la taberna, con platillos de autor servidos en un ambiente muy agradable e informal. El servicio, amable y didáctico y, por último, los precios (francamente comedidos para la zona del local).

Lo peor: nada que reseñar en este frente.

Soy aficionada a la gastronomia, cada vez mas, y cada vez mas me he decidido a dejar mas opiniones en los foros y le voy cogiendo el gustillo. Habia visto en los medios, la cocina de Paco Ron, y ya por fin el pasado sabado me decidi a probarla con una amiga.
Pedimos un menú degustación:

Patatas a la importancia, buenisimas, un plato muy sencillo y muy bien preparado, la salsa en su punto y el toque de las almejas exquisito

Carrilleras que se deshacian en la boca

EL Bogavamente con setas que mejor he probado en todo madrid, y he probado bastantes

El trato muy amable y atento en todo momento, nada que objetar.

No entiendo porque alguien lo puede llegar a criticar, tiene que ser una excepcion, porque toda la gente que me lo habia recomendado coincide con mi opinión.

Repeterimos seguro......

Cuando se pagan 60 euros por cenar, en mi opinión no solo se busca cenar bien, sino que se necesita algo más para acabar satisfecho.

Aperitivo: paté de ternera (creo recordar) con una crema de pera
Menú degustación para dos compuesto por los siguientes platos:
- Codorniz frita con salsa de soja
- Patatas a la importancia
- Lasaña de verduras
- Bogavante con parmentier y setas
- Carrilleras guisadas (para mí)
- Merluza a la plancha con licuado de judías (para mi pareja)
Postres: granizado de manzana verde y piña colada.

Vinos: Amontillado tradición (1 copa por persona), DR Loosen riesling trocken 2011 (2 copas para mi y 1 para mi pareja), Alconte 2009 (1 copa por persona).

Cenamos, pagamos y nos fuimos.

Y aquí acabaría el comentario. Tan falto de sustancia, tan falto de espíritu, tan falto de DETALLES, tan falto de sensaciones y tan intrascendente....como la cena misma.

Vuelvo a empezar:

Nos sentamos a la mesa a las 21:45 y hasta las 22:05 no nos tomaron nota. A mi cubierto le faltaba un cuchillo que en el aperitivo (el paté) eché en falta. También eché en falta el pan, que llegó con el segundo plato, tan necesario para el aperitivo y para el aceite y la sal que decoran la mesa al sentarse.

En cuanto a la codorniz frita con salsa de soja: el sabor de la soja se come a la pobre codorniz. Plato que sabe a soja, a soja y solo a soja.

En cuanto a las patatas a la importancia: he comido almejas mejores, bastante mejores. Plato que sabe a ajo, a ajo y solo a ajo.

"Perdón ¿me podía servir agua por favor?"

En cuanto a la lasaña: el mejor plato, por su textura y su sinceridad. Lasaña de verduras. Perfecto. Así de fácil. Gracias por no saber a soja, gracias por no saber a ajo, gracias por saber a lasaña de verduras.

En cuanto al bogavante a la americana con parmentier y setas, en este caso trompeta de la muerte: bien. No sé si algunos trozos de bogavante estaban duros, tal vez no, o tal vez sí. Por lo demás, ni fu ni fa. No me comí las trompetas de la muerte porque no me gustan.

Mi sorpresa se produce cuando me traen las carrilleras y vuelven a aparecer las trompetas de la muerte. ¿Por qué? No lo entiendo. ¿En un menú degustación se repiten ingredientes? ¿fue un error de cocina? ¿me tenía que comer las trompetas de la muerte sí o sí?. He comido carrilleras mejores, bastante mejores, de las que se deshacen con mirarlas. Y más sorpresa cuando vemos que la merluza de mi pareja estaba sin hacer por dentro. Sorpresa rematada cuando el licuado de judías se comía al sabor de la merluza.

Detalles de subjetiva importancia:

En dos momentos de la cena, el cocinero Paco Ron y otra persona que estaba en cocina salieron a saludar a respectivos conocidos en dos mesas distintas. Paco Ron en vaqueros y la persona de cocina con unos pantalones pseudo-pijama (y omito otros detalles). Es una opinión personal pero no me parece la ropa adecuada...cuando se pagan 60 euros por cenar, y tal vez tampoco cuando se paga menos.

Los platos están decorados con brotes de...algo, no sé lo que es, con ramas de....algo, no sé lo que es. ¿Por qué? Cosas que no decoran, más bien estorban. La materia prima, los sabores, la textura, la sinceridad....esas son las decoraciones del plato.

Cuando llegamos a los postres, pese a haber solicitado el menú degustación, nos traen la carta para elegir el postre. ¿?. Pasan los segundos. "Perdón, es que nosotros hemos pedido el menú degustación". "Sí, disculpe, enseguida les traemos los postres". ¿?. Caras de poker.

Cenamos, pagamos y nos fuimos.

Todos estos comentarios tienen como único objetivo ser una crítica constructiva. En mi modesta opinión, no sé trata de que los clientes vayan, se trata de que los clientes vuelvan. Y cuando se pagan 60 euros por cenar hace falta bastante más para volver.

Cena de empresa ayer noche. Local lleno y con muy buen ambiente. Da alegría entrar a un sitio y encontrarlo lleno tal y como está el percal.

Sala pequeña, agradable y con capacidad para unas 25 personas. Coperio riedel, mesas bien vestidas. Servicio de sala y vino muy bueno.

Hicimos un menú concertado con ellos previamente.

Comenzamos con unos aperitivos. Sabrosa y rica SOPA DE PESCADO y BUÑUELO DE BACALAO para ir abriendo boca. Servicio de pan con una variedad y aceite y sal en mesa para mojar y mojar.

De primera un par de platos, las famosas y ricas hasta decir basta PATATAS A LA IMPORTANCIA CON ALMEJAS y un increíble BOGAVANTE A LA AMERICANA.

Como pescado optamos por los CHIPIRONES ENCEBOLLADOS Y ALI OLI. Puntito picante, muy bueno.

En el segundo plato gordo de la noche hubo diferentes opciones. BACALAO EN SALSA VERDE CON SUS CALLOS, FILETE AL WHISKY CON PURÉ DE VERDURAS y yo opté por un rico y servido generosa ración COCHINILLO.

Rematamos con una CREMA INGLESA y UN MOUSE DE CHOCOLATE Y HELADO DE NATA. Al final nos sirvieron al centro un impresionante ARROZ CON LECHE.

Cafés y dulces para acompañar.

Para beber un poco de blanco con un PREDICADOR 2010, perfecto para la potencia de las patatas y el bogavante. Para los platos fuertes un cotes du Rhone, que no recuerdo el nombre pero con predominio de shyraz.

Fantástica velada y muy buen restaurante. Gran RCP. Precio del menú.

Es un placer siempre acudir a esta Taberna / Restaurante. Hasta el momento nunca hemos visitado el restaurante ya que normalmente solemos acudir en plan informal y que mejor lugar que la taberna. El lugar esta muy bien acondicionado para lo que es, para tomar un almuerzo o unas raciones con alguno de los bien seleccionados vinos por copas. El único “pero” es que deberían de realizar algo mas de rotación con los tintos ya que casi siempre disponen de los mismos, en cambio en los blancos y espumosos hay algo mas de variación. Las mesas y sillas altas aunque apropiadas para el lugar no es que sean excesivamente cómodas si se pretende estar una larga estancia. Los elementos de sobremesa correctos. Cambian la vajilla y la cubertería. Cristalería Schott. Buen trato al vino y personal bien formado y cualificado, con muchas ganas de agradar y preocupándose constantemente por el cliente. La carta de vinos es amplia y muy bien estructurada. La carta de raciones bastante completa e interesante. Tomamos los siguientes platos:

Cebolla rellena de bonito con pisto
Berberechos al vapor
Croquetas de jamón
Tacos de pollo con verduras
Marmitako de bonito

- Todos los platos estaban deliciosos.

Crema de chocolate con frambuesas y helado de chocolate blanco

Vinos por copas:

Montenovo
Auratus
La Montesa
Luna Beberide

- Todos los vinos estaban a buena temperatura. Cambio de copas.

(2) cafés

* Nos invitaron a unos chupitos de granizado de menta con nata liquida batida y sirope de frambuesa.

Importe total: 73,20 €.

... Es decir, a muy buen nivel.

Sólo comentar que han cambiado el formato que tenían de menús degustación. Han dejado uno sólo en lugar de los dos anteriores de 50€ y 60€. El actual 48 €, hemos tomado.

- aperitivo: gazpacho y delicia de bacalao.

- sardinas con pesto y polenta.
- patatas a la importancia con almejas.
- salpicón de bogavante.

- bonito en salsa de aceitunas.
- pollo corral.

- el chupeteo de manzana con crema inglesa.
- arroz con leche

Comida a gran nivel y servicio perfecto y con buenos tiempos pese a estar casi lleno el local.

Para beber, diebolt y clouet. Copas, servicio y temperatura perfectos.

Un fijo en Madrid.
Precio de menú.

El restaurante nos venía recomendado así que la predisposición era buena; quizás por eso la decepción fue mayor.
A la hora de ordenar los platos, hubo que cambiar de idea puesto que no les quedaba materia prima para preparar dos de ellos (esto en un restaurante de primera categoría esto es inaceptable).
Los entrantes que finalmente pedimos (pulpo y steak tartar) no sorprendieron por la ejecución del plato, pero si llamaron la atención por las exiguas cantidades que sirvieron.
En cuanto a los principales; bonito con salsa de aceitunas (la salsa era original pero el bonito a pesar de haberlo indicado expresamente llegó demasiado hecho, los chipirones encebollados con salsa alioli fue lo más positivo de la noche.
En cuanto al postre cerramos con una torrija buena y un novedoso granizado de manzana verde.
El servicio amable aunque un poco desatento especialmente en el servicio del vino.
Conclusión la cuenta se correspondía con la de un restaurante de primera sin embargo el sitio, la comida y el servicio definitivamente no.

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