Restaurante Villa de Santillana en Torrelavega
Restaurante Villa de Santillana
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
24,30 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
38 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.5
Comida COMIDA
7.4
Precio medio entorno ENTORNO
5.3
RCP CALIDAD-PRECIO
8.1
Opiniones de Villa de Santillana
OPINIONES
8

Restaurante al cual hace tiempo no acudía, creo recordar la ultima vez acudí, cuando acababan de cambiar de propietario o por lo menos eso me dijeron.
Restaurante emblemático en Torrelavega, pero bueno luego comentare lo que pienso.

2 Comensales

1 Hojaldritos rellenos , unos con ventresca y otros con anchoa, siempre que he ido los he pedido están de 10.

1 Almejas en salsa verde, normalitas

1 Croquetas, las pedimos de dos tipos pero bechamel seca, harinosa, si en un restaurante se piden croquetas, lo mínimo que ese espera es que estén buenas, cremosas etc... total NA

1 Merluza Villa que es rellena, especialidad de la casa que no defraudo para nada.

1 Merluza romana, pedi en sala que no me la trajeran aceitosa, pues no lo soporto, bueno pues volvió prácticamente entera para la cocina, eso si la cobraron, bueno no dije nada, pues mi acompañante es conocido en dicho restaurante y..........

1 chuletillas lechazo que pedi al no comer la merluza, sacaron en compensación ración y media mas o menos, pero fritas, cuando me las preparo en mi casa nunca las frio, aunque es mas comodo y rapido CLARO.

Para beber una boettal agua 1 1 de Alion Ribera Duero

1 surtido postres , 1 sorbete, 2 cafés y fin

Bueno, en este restaurante he comido en bastantes ocasiones y muy bien.
Ahora desde luego, no se si me toco a mi el día o ahora habitualmente ese es su cariño con los platos.

Porque desde luego, para poner una merluza plancha y unas chuletillas, no creo que haya que estudiar mucho.

Eso si como estaba cabreado, pregunte porque habían cobrado el pan, que no habíamos probado, ni tampoco pedido.
Bueno que era costumbre y me lo quitaron de la cuenta.
En fin no se si volveré pero lo dudo.
Eso si estaba prácticamente lleno, bueno para gustos se hicieron los colores.

Este restaurante ha sido siempre una garantía en la ciudad de Torrelavega, hace un tiempo ha tenido un relevo en la dirección del mismo, pero han sabido continuar la línea sin apreciarse en absoluto una disrupción.

He comido ya alguna ocasión con la nueva gestión, pero han sido en grupo y con menú fijo y curiosamente he apreciado hoy que hacía ya tres años que no colgaba un comentario sobre este local.

Ayer con reserva previa, cuatro comensales nos acomodamos en un una amplia mesa redonda. El salón sigue con su decoración habitual y me sorprendió muy gratamente que a pesar de ser amplio se encontraba prácticamente lleno, en un día laborable, creo que casi nadie a menús y en una comarca que económicamente está en muy mal momento.

Nos decidimos por los platos más clásicos del local:

A compartir, Puerros rellenos de jamón y cecina presentada con patatas paja y una crema de pimientos. Estos dos platos los he comido muchas veces en esta local y una vez más nos agradaron a los cuatro. Raciones generosas.

De platos:

Dos personas bacalao, una tercera merluza Villa (otro clasicismo) que recibió muy buenos elogios y yo un entrecot a la plancha, eu resulta con muy buen punto y jugosa la carne.

No llegamos a los postres (entre otros motivos por la generosidad de las raciones).

La carta de vinos similar a la de otras ocasiones, tomando dos botellas de Baltasar Gracián a 11.20 euros más IVA.

Los descrito, más agua, 3 cafés, dos cervezas y una fino, ascendió a un total de 118 euros por tanto a 24.5 euros por persona.

Comentario:

Local que como he escrito en un principio ha sido una garantía de comer bien y a un buen precio en la comarca y tras esta visita, creo que puede seguir afirmando lo mismo.

Cocina clásica, buen producto, buen precio y un servicio atento y profesional, estos detalles siempre han sido muy de valorar, pero ante la evolución de la cocina y los restaurantes en estos momentos, estos valores toman más auge. De hecho el encontrase lleno una sala de unos 50 cubiertos, lo confirma.

Local con decoración clásica a base de madera antigua, columnas forradas en madera y vidrieras emplomadas con escudos de la zona en las paredes. Al fondo dispone de un gran salón restaurante, enormes columnas y decoración correcta y al hilo del resto.
Nos dirigimos a este lugar por recomendación y cumplió con creces, sobradamente, tanto en el producto como la elaboración, cocciones, precio y un trato digno de elogiar.

Tan sólo pasar al salón, al fondo del salón advierto una suerte de habitación-bodega, y el camarero que me ve vigilante me invita a entrar y echar un vistazo, "a tu aire", me dice, todo un detalle a agradecer (era la primera vez que ibamos). Poseen suficientes referencias, de muy variadas denominaciones, incluso varios espumosos, con preferencia de Riojas, a vuela pluma.

Nos atendió, ya en la mesa, una camarera que hizo las veces de sumiller, de modo respetuoso y desenfadado, muy correctamente. despues de cambiar impresiones un rato sobre vinos opté por un Baltasar Gracián viñas viejas 2007 que estuvo de lo más oportuno para lo que tomamos en la cena. Por cierto, destacar los excelentes precios del vino en todas las referencias de la carta. El que tomamos, 11,20€.

De entrantes tomamos la ya famosa cecina fileteada con patatas cerilla, huevo revuelto y crema de pimientos rojos, excelente y muy buena ración, a compartir. De segundos, lomo de bacalao con ajo y salsa de pimientos choriceros, buena cantidad y cocción, un punto de más de salado, pero aceptable y chuleta asada a la parrilla, riquísima carne, bien reposada, punto justo de cocción y excelente tamaño, acompañada de patatas fritas, de las buenas.

Omitimos los postres y pasamos directamente a tomar dos cafés.

Totalmente recomendable, sin duda. Repetiremos seguro!

Restaurante ya definido en más de una ocasión y que tras leer la definición de Sergio Néstor, (Recuerda los antiguos Casinos - Ateneos Mercantiles) creo que la suya, es la más acertada
Miércoles a mediodía, si no hay reserva, no hay mesa y son unas 20 (hay ciertos locales que hacen desprecio a la crisis).

Cuatro comensales.

A compartir:

Cecina presentada con patatas paja y un revuelto con crema de pimientos: muy lograda la presentación, buena cecina y curioso el revuelto que ponen en el centro de la cecina.

Puerros rellenos de jamón ibérico: presentados en una cazuelita, muy buenos los puerros, sin ese sabor vegetal que caracterizan a los malos puerros y la salsa con su sabor acertado sin pasarse nada en la nata.

De platos.
Dos comieron “merluza villa”, especialidad de la casa; que es un bloque de merluza, relleno de gambas y recubierto con un salsa mas bien fina. Bien como siempre.
Cigalas a la plancha: buen tamaño y mejor sabor.
Y el cuarto chuleta de ternera a la parrilla. Como antiguamente, sin filetear, con su punto adecuado y sabor a “carne”, lo cual no es poco.

Postres 3 nos decidimos, por distintas tartas, yo, la de queso, que estaba muy lograda.

En el capitulo de vinos vienen los peros, no en la carta pero si en el servicio, tomamos Teofilo Reyes crianza 2006, y el servicio en mesa nulo, es más, solo a la camarera (que fue salvo en este detalle, todo atención y profesionalidad) se le ocurrió, en vez de dar a catar, decir ¿las señora tomaran algo de vino? Por que no, y acto seguido tras afirmar que si, sirvió vino en las cuatro copas. Una pena este lunar que veo que a pesar del tiempo no ha mejorado en este aspecto.

Servicio de pan (a 0.80) y agua, más cuatro cafés completaron la comida.

Precio total sin vino 106 euros: un precio dada la materia prima, excelente.

Hago unas consideraciones tras el desmenuzado de la comida:

El propietario al pie del cañón, recibiendo, ayudando, acomodando, despidiendo……., sigue lleno año tras año, aunque quizás han bajado el tamaño de las raciones, sin ser ningún problema la cantidad actual.
Los camareros me atrevo a decir que son los mismo en los últimos al menos 15 años, cosa caso poco frecuente y son muchos los camareros.

Mención especial tiene su camarero Arsenio, al que se proclamó camarero del año 2008 en Cantabria, y al que he conocido en este local al menos en los últimos 25 años, esta en la barra de entrada, todo amabilidad y profesionalidad, al llegar como estuve unos 10 segundos sin ser atendido, se disculpó por la tardanza.

En cuanto a la definición de Néstor, de recuerda los antiguos Casinos - Ateneos Mercantiles, me acorde al llegar y tomar una manzanilla en la barra, esperando a los compañeros, pues la imagen que vi se presta; llego la cartera con un certificado para el dueño del restaurante y ya que conocía a varios asistentes a la barra, les acercó otros dos certificados a dos profesionales vecinos del local que estaban tomando algo.

Ventaja de población de 60000 habitantes.

Recuerda los antiguos Casinos - Ateneos Mercantiles, en su solera y abolengo más tradicionalmente constumbrista. En su acceso entrada, una amplia sala con su barra a derecha, y mesas distribuidas con amplitud. A su izquierda una gran escalera de acceso a la planta superior con un gran pasamanos de madera. En el fondo de esta sala, se accede a su comedor, tambien con una amplitud que en cierto punto puede impresionar por su mobiliario, y altos techos. Mesas bien vestidas, y con distancias más que suficientes entre ellas. En inicio se solicitó unos Surtidos de Ibericos, para abrir boca los más mayores y unas rabas para los más jovenes. De solvente calidad y bien presentados. En primeros, se pidieron: Cecina sobre lecho de patatas paja y revuelto de huevo y pimiento (2). Puerros rellenos de Jamón (3). Esparragos blancos dos salsas (1). Ensalada César (1). En segundos: Merluza de la Villa, rellena con rape y langostinos, sobre una salsa de marisco (4). Entrecot de Ternera a la Parrilla (2). Lechazo Asado al Horno (1). Magret de Pato horneado con salsa agridulce(1). Bacalao con ajo y salsa de pimientos choriceros (1). En postres: Tarta de hojaldre de Torrelavega ( la tradicional de Confiteria Santos)(4), Leche frita con helado (2). Arroz con Leche (1). Mousse de yogurt con fruta(1). Como bebidas: Cervezas, Agua, refrescos. Como vino blanco Rueda de Naia, y Rioja Luis Cañas Reserva de Familia. Cafes y licores Grand Marnier Rojo (2). Todo en generosas raciones y de calidad. Sobresalieron especialmente: Puerros, Cecina, Lechazo, Magret y Bacalao. Defraudó ligeramente la Merluza de la Villa, no por la salsa sino por la propia Merluza. Todos lo demas en su calidad correcta. Mencionar el personal de sala, eficiente, teniendo clara la funcion de cada uno de ellos, y adaptandose a todas las circunstancias de una mesa de 9 comensales de variada coleccion de edades. Nos hicieron muy comoda y agradable la comida.

Restaurante clasico por excelencia en Torrelavega, ir a comer a la Villa es sinonimo de comer bien, sin florituras.
Entrada que da una barra de grandes dimensiones para tomar algo antes de cenar.
El comedor es amplio, mesas un poco juntas pero bien vestidas, decoracion clasica, vallija y cristaleria decentes.
Dos comensales a la mesa para la cena del sabado, comedor repleto y algo bullicioso.
Para compartir nos decidimos por cigalas y chipirones a la plancha 16.5€, media docena de cada, de muy buen tamaño y perfectos de punto, muy rico y puerros rellenos de jamon 7.8€, una de las especialidades de la casa, cuatro unidades presentadas en badeja caliente con una especie de bechamel ligera, buenos.
De segundos, bacalao a la montañesa 13€, bacalao acompañado de jamon, pimiento, cebolla pochada y patatas panadera, buena racion y calidad y lechazo asado al horno 14.5€, inmensa racion, creo que no me equivoco si digo que era una paletilla completa, eso si con mucho caldo para mi gusto, me gusta mas crujiente, pero estaba realmente tierna.
En el apartado de vino, carta clasica con referencias de Rioja y Ribera y algun que otro vino de otras D.O a precios muy ajustados, que guardan en una pequeña habitacion climatizada dentro del comedor, nos decidimos por Baltasar Gracian 07 10.3€, servido correctamente.
Terminamos la cena con un par de escoceses a 3.60€, bien preparados.
En conclusion, buena materia prima, atencion correcta y una rcp mas que buena.

Establecimiento ya descrito – y corroboro la opinión - por Gabriel (Argug).

En Torrelavega, es para mí LA "oferta clásica”, y más si se trata de compromiso, tipo profesional, si no conoces los gustos culinarios/gastronómicos de los comensales. Siempre quedas bien, tanto por la variedad de platos, las raciones generosas, una elaboración equilibrada y una magnífica atención del personal “de toda la vida”. No me cansaré de agradecer tal dedicación a los clientes, sean habituales o “de paso”.

Una “pega”: no dispone de zona “no fumador”.

Fuimos 5 personas, aprovechando las jornadas de Bacalao. Un acierto. Decidimos probar de (casi) todas las especialidades de las jornadas.

Nos trajeron los 5 primeros platos “escalonados”, como si fuera un picoteo.
Primero los hojaldritos de bacalao y salmón (8 piezas, muy agradable combinación dulce/salado) y las deliciosas croquetas –redondas- de bacalao (una docena). Luego el bacalao ahumado con langostinos y gulas y –no podía faltar estando mi hijo presente- la ensaladilla rusa de la casa (con su guarnición de lechuga, aguacate y bonito). Para terminar, una aromática ensalada templada de bacalao con verduras asadas (este plato está en la carta habitual: lomo de bacalao laminado sobre fondo de cebollas crujientes y pimientos).

De segundo... un escalope, ya que uno (mi yerno en este caso) no es de bacalao (o no lo era antes de esta comida…): es uno de los mejores recursos de la casa cuando alguien “no sabe que tomar”: ración grande, con guarnición, de carne limpia y jugosa, de grosor tipo pechuga de pollo, con un rebozado dorado y crujiente, lejos de los insufribles escalopes duros y fritos de tantos sitios.

En cuanto a los platos de bacalao, en orden de bueno hacía mejor: uno el tradicional pil-pil, en su punto correcto, otro el de cocochas en salsa verde, uno al horno con salsa de setas: sabrosísimo, con su ración de boletus, si bien hay que decir que el perfume de las setas sobresale en el plato, restando sabor al bacalao en sí. (cosa que a mí me gustó, en esta ocasión). Y la sorpresa del bacalao a la montañesa: guisado en salsa tradicional de cebolla y vino blanco, y con sus virutas de jamón. Estas 2 últimas preparaciones son una excelente alternativa a las más habituales vizcaína o con tomate.

Por supuesto un bacalao superior en todos los casos (2 comensales volvieron otro día con igual satisfacción): producto de primera, bien desalado, y bien elaborado. La calidad de los productos es marca de la casa.

Postres variados: leche frita, tiramisu, tarta de hojaldre. Este restaurante tiene unos postres muy buenos, pero clásicos. No se esperen presentaciones ni elaboraciones novedosas: ¡disfruten de un postre de los de siempre y/o de la zona!

De bebidas: 2 cervezas, 2 botellas de agua mineral y 2 botellas de “Pago de Los Capellanes”, 2 cafés y 2 copas, no llegando la factura, por poco, a los 200€.

O sea: lo de las jornadas en la línea habitual de RCP

Restaurante clásico en la ciudad de Torrelavega, al que hoy hemos acudido cuatro personas, pero que hemos visitado con anterioridad, en numerosas ocasiones los cuatro comensales y me atrevo a decir que una gran mayoría de los habitantes de la comarca.

Barra amplia, con un excelente y amable servicio, donde se ofrecen algún pequeño detalle de tipo tapa, cosa poco frecuente en estas latitudes.

Comedor amplio, con unas 20 mesas perfectamente vestidas, ligeramente juntas unas a otras, vajilla y cristalería normal sin destacar en ninguno de los sentidos, decoración pseudoclásica, con cuadros de tipo bodegón en las paredes.

Voy a detallar los precios al considerarlos mas bien reducidos

Hemos compartido cecina de vaca de León, sobre una base de patatas paja, con muy buen nivel (12 € ), calamares fritos dicho de chipirones con pimientos verdes de tipo Guernica (7,50 €) muy buenos tanto en punto como en textura del calamar y puerros rellenos de jamón excelentes, uno por persona (7,80 €) los 4.

De platos nos hemos decantado a pesar de estar en Cantabria, por un lechazo al horno de asar que nos recomendó el Maître dos personas, con sendas paletillas (13 euros por persona) tan bueno como en muchos lugares de renombre de Castilla y las otras dos personas se han decantado por merluza Villa, plato insignia de la casa y merluza a la cazuela (ambas a 14 euros) y ambas con un notable muy alto.

En la carta de vinos, abundancia de riojas y riberas, pero sin olvidar blancos de casi todos los en denominaciones de origen españolas así como cavas y algún guiño a la denominaciones de origen de menor renombre (Jumilla, Campo de Borja, Cariñena, Bierzo, Alicante etc.) hemos tomado Coto de Hayas reserva 2003 (2) a 12 € por botella y por tanto con este detalle quiero hacer hincapié en la excelente relación calidad precio de los vinos, sin embargo relativamente escaso en mesa el servicio del vino .

Postres surtidos de degustación que fue, lo más flojo de de la comida.

Se completó la misma, con cuatro cervezas, cafés, Drambui, Baines y 2 Gin Tonic de Bombay azul.

En conjunto, los precios son muy comedidos tanto en comida como en bodega, con un servicio diligente amable y efectivo en mesa, y sólo el servicio específico del vino en mesa es mejorable.

El precio es total

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