Recuerda los antiguos Casinos - Ateneos Mercantiles, en su solera y abolengo más tradicionalmente constumbrista. En su acceso entrada, una amplia sala con su barra a derecha, y mesas distribuidas con amplitud. A su izquierda una gran escalera de acceso a la planta superior con un gran pasamanos de madera. En el fondo de esta sala, se accede a su comedor, tambien con una amplitud que en cierto punto puede impresionar por su mobiliario, y altos techos. Mesas bien vestidas, y con distancias más que suficientes entre ellas. En inicio se solicitó unos Surtidos de Ibericos, para abrir boca los más mayores y unas rabas para los más jovenes. De solvente calidad y bien presentados. En primeros, se pidieron: Cecina sobre lecho de patatas paja y revuelto de huevo y pimiento (2). Puerros rellenos de Jamón (3). Esparragos blancos dos salsas (1). Ensalada César (1). En segundos: Merluza de la Villa, rellena con rape y langostinos, sobre una salsa de marisco (4). Entrecot de Ternera a la Parrilla (2). Lechazo Asado al Horno (1). Magret de Pato horneado con salsa agridulce(1). Bacalao con ajo y salsa de pimientos choriceros (1). En postres: Tarta de hojaldre de Torrelavega ( la tradicional de Confiteria Santos)(4), Leche frita con helado (2). Arroz con Leche (1). Mousse de yogurt con fruta(1). Como bebidas: Cervezas, Agua, refrescos. Como vino blanco Rueda de Naia, y Rioja Luis Cañas Reserva de Familia. Cafes y licores Grand Marnier Rojo (2). Todo en generosas raciones y de calidad. Sobresalieron especialmente: Puerros, Cecina, Lechazo, Magret y Bacalao. Defraudó ligeramente la Merluza de la Villa, no por la salsa sino por la propia Merluza. Todos lo demas en su calidad correcta. Mencionar el personal de sala, eficiente, teniendo clara la funcion de cada uno de ellos, y adaptandose a todas las circunstancias de una mesa de 9 comensales de variada coleccion de edades. Nos hicieron muy comoda y agradable la comida.