Restaurante El Faro en Cádiz
Restaurante El Faro
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
5,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
39 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.9
Comida COMIDA
7.5
Precio medio entorno ENTORNO
6.5
RCP CALIDAD-PRECIO
6.4
Opiniones de El Faro
OPINIONES
25

Tras un aperitivo en Casa Manteca completas recorrido hacia el mar llegando a este local con su barra, llena de gente, y con bien ganada fama.

El salon de corte clásico, con mesas bien vestidas, buenas copas, cubiertos, platos. Servicio de gente muy profesional con muchos trienios a cuestas, pues no en vano el local lleva más de 50 años en marcha.

Mesa redonda para seis cerca de la nevera con los pescados donde nos llama la atención una urta de buen tamaño. Al lado buenos jamones colgando y una exposición de botellas de ginebras tentadoras

Carta de comidas con recomendaciones del dia con sotiones y sobre todo atún en diferentes formas.
Recomiendan entrantes sobre todo calientes y con producto del mar, también mariscos, ensaladas; de principales hay 4 opciones de arroces, variados pescados con preparaciones locales, pero no olvida las carnes clásicas como rabo de toro, retinto, pato

Arrancamos con alguna cerveza, un amontillado Botaina y finos Tio Pepe. Buen pan y unos picos en la mesa más el aceite El Salado, agua Solan de Cabras

Para comer, unos entrantes compartidos:
. ostiones de Cádiz al natural(x 2): grandes, carnosos, sabor medio.
. tortita de camarones de Salinas: muy buena, dicen que de las mejores de la ciudad y eso es un logro dufícil de alcanzar por la competencia que hay. Poco aceitosas , gran presencia de camarones, crujiente. Muy recomendable.
. papas aliñadas: correctas sin más.
. ensalada de pulpo a la mostaza antigua con aceite de pimentón, patatas y tometae "concassé·. Curiosa forma de presentarla casi a modo de ensladilla de trozos grandes
Acompañamos con Entrechuelos 2016 con chardonnay buen Domecq

Principal:
. urta para todos preparada a la sal entera. Desespinada y servida en platos; perfecta de cocción. jugosa en el interior sin afectarse de la sal exterior. Sublime

Postres: cada uno a lo suyo pues la carta es muy sugerente:
. pan de coco con piña asada al ron y sorbete de albaricoque
. sorbete de limón con ron Ritual Añejo a la hierbabuena
. canutillos rellenos de dos chocolates sobre una salsa de café
. tartar de piña, espuma de mango y cremoso de queso de cabra.
Todos buenos, bien presentados, raciones amplias.
Acompañamos con un PX Don Guido de 20 años entre las varias opciones de vinos para postre presentes en la carta.

Unos buenos cafés y unos petits fours de merengues.
Para terminar de arreglar el mundo unos GT y un whisky de un ahumado intenso Lagu Line (o algo así)

Visita rápida para comer alguna cazuelilla caliente, que venía con el estómago algo fresco de Casa Manteca.

Ojeada rápida a la carta. Servicio eficiente y en un santiamén tapa de carrilleras guisadas y copichuela de Solear. ¿El guiso? ¡De mojar pan!

¡Pero qué bien vende esta gente la cocina! Camareros de oficio, que te venden como nadie la tapa del día, pero que también te reconducen para que no te excedas con alguna comanda porque igual no llegas.

La tapa del día era un atún moruno con garbanzos. Muy buen aliño el de los garbanzos y muy bien el punto especiado del atún. Para comerse varios estaba el asunto.

Media de tortillitas de camarones. Tienen un tamaño considerable, de modo que es de agradecer que me indicaran que sólo pidiera media. No me terminaron de hacer el peso. Poco elegantes en la fritura (que sí, que hay frituras que pueden ser elegantes, de verdad de la buena).

Albóndigas de choco. Una salsa muy buena, pero las albóndigas me parecieron masa de pan. Tal cual. Una pena, porque la salsa sí me pareció un buen fondo.

Garbanzos con langostinos. De nuevo la salsa del guiso, muy bien. E idem la legumbre. El crustáceo pasado de punto, qué le vamos a hacer.

Y con lo bien que venden los platos, ¿qué hacemos con los vinos? De momento me recomiendan un Beronia. Raro, pero mirando alrededor estaba todo quisque bebiendo cerveza o este vino. Indico que prefiero fino o manzanilla y me indican que estupendo que cuál quiero. Pregunto cuáles tienen y me dicen que todas. Pregunto directamente por las que tienen en la jofaina con hielos. Solear y Tío Pepe. Me valen. Fueron tres copas de Solear.

En ocasiones veo desgana en el asunto del vino, en este caso no me parecía. Realmente me parecían camareros de oficio, pero que esto del vino sigue siendo algo accesorio y sin demasiada importancia.

En suma me pareció un sitio majo para ir a tomar algo en la barra. Me tomaría algo allí de nuevo.

... he perdido el ticket :-) Pero fue menos de 20 EUR.

Nueva visita y ya van unas cuantas.

Sigue tal cual lo dejé el año pasado, carta de cocina andaluza, con muchos platos basados en productos y preparados de raiz gaditana. Pocas aportaciones "rompedoras", carta de vinos amplia, pero con una oferta de vinos blancos andaluces/gaditanos de poca enjundia.

Una sala atenta, profesional, con ese gracejo de la tierra que es capaz de sacarte, aparentemente sin ningun esfuerzo, sonrisas mas que amplias.

Por querer ser un poco mas original, nos hemos decantado por un rosado de Arcos de la Frontera, que responde al nombre de Barbazul. Ya el camarero nos daba avisos de que, en fin, beber se bebía, pero que tiraba mas a tinto que a otra cosa, pero uno se empeña y luego pasa lo que pasa. Sin interes, totalmente prescindible. Y mira que es bonito Arcos, pero por este vino no me quedara en el recuerdo.

Empieza la ronda de aperitivos, una Ensalada de patata con cebollita, atun y un excelente AOVE que entra de maravilla, y unos rollitos de queso con salmon, que si bien, el salmon se notaba y mucho, no pasan a mi baul de recuerdos.

Una muy buena Tosta de sardinas en vinagre sobre aguacate y pasta de aceitunas negras y unos colosales Chipirones de Conil al ajillo sobre patata confitada, suponen los entrantes.

Una Corvina a la plancha con verduritas, vieira y carabinero, nada espectacular, segun la jefa, ademas de sosa, y un espectacular, pir producto, tratamiento y presentacion, Trio de atun de almadraba a la plancha, compuesto de unas porciones de Ijada, Morrillo y Lomo, a cual mejor, cada uno con su especifico acompañamiento: Tartar de tomate especiado, tartar de mango caramelizado y cebollitas encurtidas y caramelizadas.

Sin postre, la visita mañanera al Royalty y la parada tecnica en Casa Manteca, ocuparon parte del espacio disponible, pero con los cafes con hielo de rigor, sin chupitos, ponen punto final a esta visita.

Sigue en su linea de calidad de cocina, sala eficaz y agradable, pero, no se si por el lleno que tenia en todas sus salas, el ritmo de salida de platos ha estado muy por debajo de lo que si habiamos apreciado en visitas anteriores,

Despues de pasar por el Manteca a probar sus chicharrones (que cosa más rica, oiga) nos acercamos al Faro a comer.

Restaurante clásico en todos los aspectos, sala, servicio, menaje...

Mesa cómoda y correctamente vestida.

De aperitivo nos ponen unas cazuelitas individuales de una especie de fideua algo pasada de punto y un plato de papas aliñas buenas.

La cria se decide por el menu infantil, en carta aparte, y toma:

Spaguettis con tomate (7,27). Correctos.

Croquetas de puchero con ensalada (7,73). Buenas y abundantes.

A compartir

Cuatro tortillitas de camarones (8). Buenas.

Albondiguitas de marisco (14,32). Ricas.

Individuales

Tataky de atún (19,55). Correcto.

Atún plancha sobre torta de papatas (17,73). Bueno.

Corvina plancha con carabinero (21,36). Buen lomo de corvina y bien acompañado y tratado.

Daditos de merluza (12,73). En tempura, abundantes y bien hechos. Con alioli de acompañamiento.

Postres

Bizcocho templado (6,59). Bueno.

Canutillos de chocolate (6,36). Servidos en dos medias raciones. Buenos.

Sorbete de limón (6,27). Rico.

Bodega

Agua (2,31)

Barbadillo Beta Brut (11,82). Curioso vino blanco con carbónico. Suave y ligeramente dulce en boca. Fresco y fácil de beber.

Entrechuelos (11,14). Chadonnay conocido y sencillo que acompaña bien.

Moscatel Victoria (5). Gustó y mucho.

Osborne Porto 10 años (3,59). Bueno.

Cuatro cafés cerraron la cuenta.

A los precios añadir el Iva

Si tú preguntas en Cádiz por El Faro, la respuesta siempre irá en esta línea: “Caro pero bueno”. Llamativo que siempre anteponen “caro” a “bueno. Y lo haces indirectamente, preguntando dónde tomar buen marisco y buenos pescaítos, El Faro siempre resultará denominador común en las respuestas. Al igual que si preguntas dónde comer una tortillita de camarones.

Te ofrece la posibilidad de comer/cenar en el restaurante o tomarte algo en la señora barra que tiene, con entradas separadas e independientes.

Está cerca de la playa de La Caleta, en el delicioso barrio de La Viña. A más señas, está en la misma callecilla de El Manteca, a unas decenas de metros, con lo que la jugada está clara… ;-) Pues eso, que salíamos de El Manteca, y fuimos a rematar a El Faro, a la barra de El Faro, de pie, oño, como mandan los cánones (aunque a veces mi mujer manda más que los cánones…)

Curiosísimo el contraste Faro-Manteca. Como digo, están a unos pocos metros… pero están muy, muy lejos. Uno, El Manteca, con su punto canalla y su parroquia heterogénea, y otro, El Faro, con su punto distinguido y su parroquia más en esa línea. Compartes feligreses, pero pocos. Eso sí, ambos con ese gracejo gaditano que enhechiza, como decía Cervantes de Salamanca.

Tortillita de camarones
Ensaladilla de la casa
Boquerones
Pijotas
Cazón de Conil en adobo

Vaya jartá de pescaítos fritos que nos pegamos, les teníamos ganas: boquerones, pijotas y cazón. Extraordinarios, tanto en calidad y frescura como en el punto de fritura. Muy fino y ligero el enharinado y sorprendentemente poco hechos, habrá a quién le parezcan demasiado poco hechos. Una delicia para mí.

Y la tortillita de camarones… ufff… pues por algo está considerada como una de las mejores de Cádiz. Es una joyita: una fina costra de harina de garbanzos crujiente pero a la vez tierna en la que están como incrustadas, y sobresaliendo, las quisquillas. Un absoluto deleite.

Para tomar vino por copas me encantó el tema, pues tenían dos anchas hieleras en las que había tres manzanillas en una y tres finos en otra. Tomé una de manzanilla La Goya y otra de Barbadillo en rama. ¿He dicho antes que amo la crianza biológica?

El servicio, muy profesional. Uniformado, educado… pero con ese inefable gracejo andaluz. Dos ejemplos:

- El cocinero me estaba poniendo un poco nervioso, pues entre plato y plato se asomaba a la puerta, justo frente a nosotros, y se quedaba todo serio apoyado en el marco, mirando, escudriñando. Qué plasta, qué mal me caía. Hasta que derrepronto apareció alguien vendiendo CDs. Él se avalanzó hacia el vendedor, le compró uno y le dijo todo serio -”Tampoco llego tan tarde p’al día la madre, ¿no?” (estábamos a 7 de mayo), a lo que el otro contestó -”Quita, quita, qué vaaaa!”. Joé qué cracks. Ya me empezó a caer bien oye.

- Cuando me sacaron la cuenta pregunté -”¿Tienen tarjeta?”. Y me contestó -"Yo tengo la maquinita… la tarjeta la pone usté"

Me gusta Cádiz.

Acudimos a este restaurante por los comentarios anteriores. En primer lugar, cuando decimos que no tenemos reserva dudan y nos dicen que esperemos al maitre; luego el restaurante está medio vacío. Pedimos un pastel de cabracho (un clásico) y unas ortiguillas. El pastel no tiene sabor alguno y las ortiguillas están pasadas de rebozado. Después mi acompañante tomó un pescado a la roteña, con un refrito que no dejaba espacio para el sabor del pescado: cocina tradicional pero rutinaria, el pescado algo reseco. Yo me decidí por unas puntas de pasta que había visto en otro comentario: sin sabor, Todo esto con dos postres que he borrado de la memoria, más una botella de Terras Gauda, 101 euros para dos. El vino te lo lanzan en la copa (en lugar de servirlo).

La primera vez que estuvimos en este restaurante fue en el año 2008. De nuevo en Cadiz, cinco años después, y esta vez acompañados por nuestra hija, decidimos volver a visitarlo.
Está situado en el típico barrio de la Viña, muy cerca de la playa de la Caleta. Se trata de un restaurante marinero de estilo andaluz, posee varias salas diferentes y algunas de ellas tienen sus paredes llenas de fotos de famosos y menos famosos.
Fuimos a cenar, sin reserva previa, el domingo. Nos colocaron en una sala en el interior del restaurante, que era la sola en la que había clientes esa noche.
Mesas bien vestidas, copas correctas, mesas demasiado juntas(detrás nuestro teníamos una mesa con 10 golfistas suizos de los que conocemos toda su vida y milagros...). El servicio (excepto un camarero con chispa que se ocupaba de nuestra mesa de cuando en cuando), nos pareció muy distante y poco agradable. El servicio del vino correcto, sin más.

Como aperitivo nos sirvieron unas patatas aliñadas y una degustación de aceite de oliva.

Para empezar decidimos compartir :

Un revuelto de bacalao y ajos tiernos, Bueno
Unas tortillitas de camarones de Salinas, estaban un poco aceitosas, las hemos comido mejores.
Un tartar de atún rojo de almadraba con huevas de trucha Buenísimo. Chapeau !!

Continuamos con :

Puntas de pasta con gambas y langostinos, plato a base de pasta (recordando al grano de arroz) y marisco (nada que ver con el rossejat o la fideua). MC y Anaïs lo encontraron muy bueno
Arroz del señorito aceptable, los he comido mucho mejores y con más guarnición.

No tomamos postre. Acompañamos la comida con una botella de 1l de agua Solan de cabras y una botella de Estero, Bod. Williams Humbert. vino blanco de Cadiz. Tenia ganas de probar un vino gaditano y el camarero nos recomendó está marca. No la pediré mas, parecía un vino de mesa. El pan fue normalito y los picos típicos de la región, presentes en casi todos los restaurantes andaluces, estaban crujientes.

Finalizamos con 3 cafés, que estaban buenos.

Precio por persona 40 €, RCP correcta.

Cocina honesta, digna. Las raciones son muy generosas. Ningún plato está por debajo de la media, pero aparte del tartar de atún que estaba excepcional, el resto de platos no sorprenden, Buena calidad pero muy lineal...

Cuando vuelva a Cadiz, tal vez volveré.

Muy buen restaurante, aunque es caro. Estuvimos almorzando y referente a la atención y el servicio inmejorables. Os recomiendo comer en la barra porque sale un poco más barato, y para comer las patatas aliñadas de la casa están riquísimas, las tortillitas de camarones, y de postre los rulos de chocolate blanco y negro están de muerte. (la tapita de gambas al ajillo es muuuuy cara).

Hicimos una visita a Cádiz y fuimos a este restaurante que siempre ha tenido fama de ser el mejor de la ciudad. Esto de la fama me da mucho miedo a veces puesto que hay restaurantes que sirven de ella para a medida que pasan los años ratear raciones, bajar calidad,...
No es el caso de El Faro.
De comer pedimos una albondigas de marisco (espectaculares), unas ortiguillas fritsas (realmente buenas y muy grandes), lomo de atún (muy buen producto y ejecución) y una dorada a su estilo que resultó ser frita y que estaba de escándalo. Los postres, realmente buenos.
Para beber, una viña esmeralda sin más.
El servicio muy agradable, pero poco atento a esos detalles que disgustan al comensal (reponer pan, copas, agua...).
El entorno, agradable (con encanto).
Repetiremos.

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