Venido a menos.

Acudimos a este restaurante por los comentarios anteriores. En primer lugar, cuando decimos que no tenemos reserva dudan y nos dicen que esperemos al maitre; luego el restaurante está medio vacío. Pedimos un pastel de cabracho (un clásico) y unas ortiguillas. El pastel no tiene sabor alguno y las ortiguillas están pasadas de rebozado. Después mi acompañante tomó un pescado a la roteña, con un refrito que no dejaba espacio para el sabor del pescado: cocina tradicional pero rutinaria, el pescado algo reseco. Yo me decidí por unas puntas de pasta que había visto en otro comentario: sin sabor, Todo esto con dos postres que he borrado de la memoria, más una botella de Terras Gauda, 101 euros para dos. El vino te lo lanzan en la copa (en lugar de servirlo).

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar