Restaurante Amita en Suances
Restaurante Amita
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
27,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
36 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.8
Comida COMIDA
7.3
Precio medio entorno ENTORNO
7.7
RCP CALIDAD-PRECIO
7.5
Ensalada de jamon.
Minisolomillos crujientes.
Opiniones de Amita
OPINIONES
9

Ademas de los tipicos platos realtivos a villas costeras y turisticas, este lugar ofrece platos mas variados, buenos arroces y una grata seleccion de vinos, acompañan a probar tambien sus pescados y raciones. visita recomendable y con precio en consecuencia.

Como parece ser que ha llegado el verano en pleno Septiembre, decidimos ir a pasar el dia a Suances.
Optamos por ir a lo seguro y nos dirijimos a este restaurante.
Servicio agradable y atento que nos recibió con unas copitas de cava rosado, tambien me he fijado que ahora en cada mesa hay un pequeño frasco con aceite y otro con sal de escamas.
Echando un vistazo a la carta y ver que han cambiado el menú degustacion a 35€ no nos complicamos la vida y lo pedimos.
Aperitivo de mousse de foie con gelatina de naranja. Bien.
Ensalada de jamon con virutas de foie. Buena.
Arroz de boletus y gambas. Correcto.
Rodaballo a la plancha. Buen punto y genero.
Sorbete de mango. Refrescante.
Minisolomillos crujientes. Ricos.
Degustacion de chocolates. Para los muy lambiones, compuesto de mousse de chocolate blanco, negro, praliné y fondant con helado de chocolate.
Todo con bastante buen nivel y en cantitades generosas.
Para la cria pedimos merluza a la plancha con patatas fritas 4.50€.
La carta de vinos quizás es mas escueta de lo que yo recordaba y las copas un pelin mas basicas, para la ocasion pedimos un cava, Recaredo Gran Reserva Brut Nature 2007 a 22€ que no se si tuvieron la omisión o la deferencia de no cobrarlo ya que el menú incluia vino.
Terminamos con unos cafes y por si nos habia quedado mas ganas de chocolate, unas trufas heladas.
Como siempre, un valor seguro.

  • Ensalada de jamon.

    Ensalada de jamon.

  • Minisolomillos crujientes.

    Minisolomillos crujientes.

Tras varias recomendaciones optamos por acudir a este local ubicado en la ribera de Suances.
Teníamos mesa para las 15h. Llegamos media hora antes y decidimos tomar unas cañas fuera, las cuales tuve que entrar a pedir tras 20 minutos de ignorancia total por parte de los camareros, eso si, nos preguntaron al menos 4 veces si las racines que iban sacando los camareros las habíamos pedido nosotros, ahora rabas, luego navajas, más tarde mejillones, pero seguíamos mientras de "secano". Finalmente opté por entrar personalmente a pedir las cañas.
Llega la hora y nos hacen pasar al comedor, nos traen la carta, pedimos un revuelto de marisco especialidad del local, que de marisco nada solo gambas, gambas y mas gambas, de esas ya peladas, sin sabor y el plato en sí ya frío y todo anegado de caldo y guisantes de lata(curioso revuelto), sin comentarios.
Pedimos tambien para compartir unas navajas que me recomendaron encarecidamente, sin tierra, muy buenas y bla, bla,...solo pude comer una, bueno, ni eso, más que tierra tenían cantos rodados, y caracoles enteros de mar, si, si, como suena. Hice fotos de ello, pues el tamaño de ellos era más que interesante, la verdad.

Otra camarera más avispada que no era la que llevaba nuestra mesa tuvo el detalle de venir y llevárselas, cosa muy de agradecer. No nos las cobraron, todo hay que decirlo.

El vino, uno se había terminado, otro tambien, y otro más. Acabo pidiendo una Pazo de Barrantes,el único que me ofrecieron fuera de carta, y luego a la mesa de al lado les traen 2 botellas de Terras Gauda(manda coj...) que tampoco estaban en la carta.

De segundos pedimos lubina con patatas panadera y gambas a la plancha, de la lubina nos sirvieron la parte de la cola(incluída esta), quitando la cola la ración era escasa no, escasísima, eso si, muy rica, salvaje, como anunciaban.

Las gambas...parecian camarones (por el tamaño), una docena venían, pero nada de gambas, langostino puro y duro, de fuera, sosos y con la cabeza seca, más bien diría hueca para ser más explícito.

Ya no tomamos ni postres ni cafés. Eso si, 70 lereles el asunto, uno encima de otro, calentitos, sin caracoles, sin piedras y sin esperas.

No habrá segundo ocasión, desde luego!

Precio total 69,90€.

Dos años hace (más un día como las sentencias judiciales) de la visita correspondiente al último comentario que he colgado en estas páginas sobre este restaurante.

En este intervalo de tiempo le ha rendido alguna que otra visita, con un nivel mantenido.

Cena de jueves noche, el comedor exterior observo que de ha mejorado en su estética y en el del interior, lugar en el que cenamos, también observo pequeños detalles de mejoría, como mesa auxiliar adjunta, mejora de las copas, etc.

Dos comensales nos entregamos a cenar producto:

Tras tomar una copa de cava rosado por gentileza de la casa.

Compartimos rabas de calamar fresco (12 euros), con ración más que generosa y un punto muy logrado, aparte de la calidad de calamar.

Platos:

Lubina extractiva al horno con patata ganadera (19 €): excelente, como hacía mucho que no comía una lubina.

Bonito encebollado (14 €): jugoso, lo cual es muy difícil de conseguir con este pescado, y una ración que se salía del plato.

De postres:

Mouse semifrio de mascarpone con culis de frambuesa y torrija atípica caramelizada con helado de chocolate: ambos alcanzaron un nivel de notable alto.

La carta de vinos, respeto a nuestros anteriores visitas, observo que a un añadido algún detalle interesante. En esta ocasión tomamos Guitian godello sobre lias 2010 (16 €).

Servicio de pan a (0.80 €) y una botella de 1 litro de agua (dos euros), junto a los cafés (1,20 €) completaron la cena.

Coste total con IVA incluido 82 €.

Pongo los precios, lo cual generalmente no suelo realizarlo, pues ahora se observa que los restaurantes suelen aprovechar detalles como el agua o el servicio del pan para la engordar la cuenta final, lo cual en este caso no ha ocurrido. Asimismo estimo que dada la calidad del producto y de la cantidad que se presenta en los platos, los precios por ejemplo para unas rabas de calamar fresco o de una lubina extractiva son bastante moderados.

Al final el restaurante se lleno, que a la vista de sus competidores vecinos y de la crisis que nos acucia a todos, quizás nos haga pensar que el comentario de la titulación de nuestro compañero Sergio en una valoración anterior, sea más que acertado.

Si alguien se acerca por esta zona este verano, que sepa que también tiene en carta, arroces, mariscadas, etc...

Cenamos en el comedor habilitado en el exterior del restaurante, bonita decoracion y buen servicio.

Dos adultos y un niño en la mesa, pedimos ensalada de marisco (14 €) cogollos con vinagreta salsa rosa, langostinos y bogavante, muy rica y sabrosa, una racion de rabas (5.6 €) buena racion y se agradece cuando usan aceite nuevo en la fritura, seguimos con una racion de pulpo a la gallega (13 €), bien de tamaño y extraordinario punto del pulpo, muy bueno. Y acabamos con una docemna de sardinas (8 €) sabrosas, pero fue el unico plato que nos dejo indiferentes. Tomamos 2 cafes y un yogurt para el peque.

Para beber hoy tocada dejar descansar a el higado, asi que tomamos dos botellas de agua (2 € la ud.), pero me fije en la carte de vinos, en torno a 50 referencias en total, pero bien eleguidas y bastantes d.o.

Total factura 53.93 €

En definitiva hemos quedado satisfechos, tanto por el lugar como por la comida, volveremos.

Dia soleado entre semana, dos comensales a la mesa.
Decoracion, sala y detalles, descritos con maestria anteriormente.
Mejoras tanto en la carta de vinos como en la de comida, introduciendo en esta ultima un menu degustacion a 30€, por el cual nos decidimos.
Al sentarnos a la mesa, nos obsequian con una copa de cava y un puding de caballa, se agradece mucho este tipo de detalles.
El menu consistio en:
Crema de necoras, muy rica.
Ensalada de rulo de cabra, pedazo de ensalada, rica.
Arroz negro con maganos y almejas, el plato que mas nos gusto.
Brocheta de rape y langostino, racion generosa y muy buena.
Entrecot a la plancha, dos buenos trozos con patatas sufladas.
Helado de turron y torrija atipica, delicioso.
Para beber nos decidimos por Guitian godello 08 (15€), servido en cubitera, muy fresco.
Terminamos con un par de cafes.
Tanto si te decides por el menu degustacion, como a la carta, para mi sin duda es el mejor restaurante de Suances.

Recomendacion muy acertada de Argug,Probe de ir sin reservar mesa dos veces y me tuve que ir sin comer, a tope tanto dentro como en el exterior,donde se apila la gente tapeando. Al final tuve que reservar. Siete comensales y menos uno todos acertamos y salimos contentos,y eso es un tanto por ciento muy alto.
Como entrantes pedimos para todosunas rabas de calamar frescas y pulpos gallegos, despues como plato unico uvo variacion, arroz negro, bacalao,merluza gratinada (que buena!!) buenos postres y buen servicio del vino, tomamos un Gutian godelo sobre lias en su punto de temperatura. Gracias Gabriel.

Suances villa marinero de Cantabria, es un mundo en invierno y otro muy distinto en verano, en cuanto a la afluencia de visitantes y en pernoctaciones, pasa de ser una población de 6-7 mil habitantes en invierno a tener en julio y agosto sobre 25-30.000, y esto es mucho cambio, sobre todo en la zona de la playa.

Y hago este comentario, pues mi anterior comentario sobre éste restaurante fue en enero y ahora en un sábado de julio, en que me atrevo a decir que todos los locales o el 90% ese día, se encontraban al 100%.

En verano, tiene su comedor interior que ya describí en le anterior comentario y uno exterior cubierto, con sus correspondientes manteles y servilletas de tela y con unas sillas de plástico, pero no de publicidad y que daban la sensación de ser cómodas.

Dos comensales no acomodamos a las 22 horas en el comedor interior, junto a una cristalera en la que su puede divisar la calle y el otro comedor.

Entrante a compartir, de revuelto de marisco (especialidad de la casa y que yo conocí a este cocinero hace 20 años en otro local) y que sigue siendo tan estupendo, tanto en punto como de materia prima (gambas con muy buena textura, almejas de buen tamaño y finas, pimientos rojo y guisantes que hacian sobre todo efecto cromático y calamares junto a mejillones.

De plato una dorada salvaje a la sal, para los 2 (tras la buena experiencia anterior) y que vino acompañada de igual manera y con igual punto.

De postre para compartir helado con sopa de frutos del bosque a la vainilla y tropezones de sobao.

La carta de vinos y el servicio igual , optamos por un Palacio de Bornos verdejo 2008 (10 euros) y unas copitas con el postre de PX y otra de Pago de Vicario dulce tinto, que no recuerdo más detalles.

Se acompaño de agua una cerveza y dos cafés(invitación de la casa).: todo 72 euros, que considero un precio excelente pensando a que precio se suelen pagar los pescados salvajes.

El nivel de servicio no ha bajado, la calidad tampoco y las aglomeraciones las torean con importante aumento de personal( por cierto había una barra con gente tomando raciones , funcionando al 110%, si es posible

Mañana soleada en Cantabria en el mes de enero, aprovecho para visitar la villa marinera de Suances.

Este restaurante regentado por Tomás, un clásico en la restauración de la villa, al que no visitaba al menos desde hace 8- 10 años y que ha renovado instalaciones y conserva la calidad en la materia prima.

Sala con decoración agradable, amplias cristaleras desde los que incluso se pueden divisar las montañas de la Cantabria interior nevadas, a 50 metros del mar.

Meses amplias, debidamente separadas, manteles impecables y vajilla de las calificadas como modernas pero agradables y cómodos (para mí no todas lo son, de éstas de nuevo diseño)

Carta con predominio de cocina clásica, donde impera la materia prima pero con algún guiño a la nueva cocina. Es de destacar 4 o 5 posibilidades de platos de cuchara marineros.

Los dos comensales nos decantamos por cocina básica y producto.

Entrantes Rabas de calamar fresco, cantidad muy generosa y en cuanto a textura y sabor inmejorables. Croquetas de centollo, buena pasta, algo escasas de sabor y cobertura exterior un poquito áspera.

De plato compartimos dorada, evidentemente salvaje a la sal: excelente el punto. Muy buena presentación y debidamente acompañada de patatas panaderas, pimientos asados y diversas posibilidades de aceites de oliva virgen, de origen español e italiano.

De postre a compartir, tarrina del chocolate con caldo de yogurt y helado, chocolate excelente.

Servicio de mesa agradable y ágil.

Carta de vinos bien en cantidad y presentación, con varias denominaciones de origen españolas, sin olvidar blancos, rosados y cavas y con unos precios muy ajustados. Nos decantamos por Pittacum 05 crianza, 12 euros, evidentemente sin fin de maridar. Servicio de vino básico con cambio de copas a unas adecuadas.

Junto a agua y cervezas, todo 82 euros

Dato curioso, al salir del local, felicito a Tomas, al que tropiezo de casualidad (no nos conocemos de forma personal) y me comenta que su objetivo es: que los clientes vuelvan.

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