Restaurante La Caleta en Tarragona
Restaurante La Caleta
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
39,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
51 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.8
Comida COMIDA
7.6
Precio medio entorno ENTORNO
8.2
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Ensalada de tomate y atún.
Canelón de rape.
El foie micuit.
Butifarra, Llonganissa y Cansalada
Mongetes de Santa Pau
Crema catalana
Escalivada
Opiniones de La Caleta
OPINIONES
5

Volvemos a este restaurante con cierta frecuencia.

Hemos ido detectando ciertos cambios en su forma de hacer y ciertas mejoras que lo siguen manteniendo como una buena opción.

Los cambios de propiedad/liderazgo se han consolidado y el producto sigue siendo fantástico.

La ubicación es fantástica, el servicio profesional, discreto (alguna persona en rodaje, pero apuntando maneras), muy correcto.

Copas, loza, mantelería…cubiertos (ole!) muy recomendables.

La RCP correcta, quizás algo justa en la cantidad, pero muy bien elaborado.

Es un local para ir, moviéndote en precios altos pero con calidad a juego.

Volveremos.

Hace 10 años que introduje mi único comentario sobre este restorán, y desde entonces sólo han habido 2 entradas más. Obviamente este plazo de tiempo he vuelto varias veces pero no había escrito nada. Desde fuera parece que nada ha cambiado pero no es así, la carta ha evolucionado y el ambiente general se ha renovado. Pienso el motivo principal es el cambio de responsable dado la propietaria falleció, añorada Avelina, y creo es su hijo el que está ahora al frente, lo que se nota en una carta más moderna sin perder el sello de siempre. Además ya no regentan el local situado enfrente, lo que supongo les representa poder dedicarse en exclusiva.

Vaya por delante que para mí es posiblemente el restorán más bonito de la ciudad, con su galería acristalada, sus mesas en el jardín y un emplazamiento privilegiado para ver los fuegos artificiales que estos días disfrutamos en la Imperial Tàrraco.

Las mesas están muy bien vestidas, el menaje es impecable, gran mejoría en el servicio del vino, y la decoración general es encantadora, al menos para mi gusto.

Cenamos ayer. Había 2 tipos de menú, uno de 48€ a mesa entera y otro de 38€, a elegir entre un número abundante de primeros y de segundos, algunos con sobreprecio; nuna me ha gustado el sistema pero en Tarragona lo hacen en bastantes sitios. Nos decidimos por el menú de 38€. Yo empecé por un plato de pasta con mozarella, tomate y salsa de anchos, correcto. Otros platos fueron un foie mi cuit de calidad, una sabrosa ensalada de tomate con atún Balfegó escabechado y un canalón de rape que fue muy elogiado.

Como segundos yo elegí una paletilla de cordero confitada y deshuesada con quinoa, riquísima. El rabo de toro, que probé, excelente; fuera de carta un plato de calamar con setas. 

Como  hacía calor en los postres pedimod helados, yo personalmente un clásico de la casa, el de ciruelas al Armagnac, otras opciones el de viangre balsámico y el de mascarpone, otra persona una mousse de chocolate negro al estilo de Avelina, en homenaje a la propietaria.

El vino de la casa es un muy correcto Monsant, llegó un poco caliente a la mesa y lo enfriamos sin problema en cubitera.

Pan de un tipo , lo más justo, completado con unas buenas barritas.

La carta de vinos me pareció corta, caldos de calidad pero para un local de sus características le pediría mucho más. Por ello en Servicio del Vino pongo bueno y no muy bueno.

Espacio muy correcto entre mesas, atención profesional, creo un camarero más hubiera hecho falta ayer por la noche.

Tras un buen café tomamos la copa en el jardín, un auténtico placer.

El hecho de que quede un poco a desmano del centro quizás le resta presencia en la ciudad, pero a día de hoy es una muy buena opción para mi gusto, y en lo referente a entorno estupendo.

Con cafés, copas y suplemento de algunos platos 48,5€ por persona, que contando lo que comimos y bebimos me parece buena RCP.

  • Ensalada de tomate y atún.

    Ensalada de tomate y atún.

  • Canelón de rape.

    Canelón de rape.

  • El foie micuit.

    El foie micuit.

Leyendo hace unas semanas el comentario del compañero HektorV caí en la cuenta que esta temporada aún no habíamos comido calçots. Iniciativa forjada el pasado año y que nos apetecía repetir para ver si lo asentamos en la familia como tradición, que dicen que una vez al año...

Al hacer la reserva me dijeron que Mas Roselló ya estaba completo pero que nos atenderían con mucho gusto en este restaurante, pues al parecer forma parte de la misma empresa quedando ubicados uno frente a otro. Nos aseguraron que el menú sería idéntico. No se hable más entonces!

Empezamos en el jardín, donde el sol compensaba el frío reinante durante el fin de semana. Un par de cañas con unas Aceitunas y un platito de Fuet anunciaban la rauda presencia del actor principal, el Calçot. Un par de rondas cayeron con esa salsa que estaba de vicio. A continuación, un par de Alcachofas a la brasa que estaban de escándalo rociadas con AOVE muy rico. Porrón de vino, supongo que el mismo que luego sirvieron en mesa, Blau 2013 D.O. Montsant que acompañó de maravilla.

Una vez acomodados en la mesa del salón, un cumplido plato de Escarola aderezada y una Escalivada a base de un pimiento y una berenjena repletos de sabor que no paraban de pedirme pan sin compasión, debiendo hacer verdaderos esfuerzos para controlar los impulsos en este sentido. En breve llegan la Longaniza y la Butifarra bien especiadas, poco hechas, manteniendo su esencia intacta y la Panceta tostadita, crujiente y provocadora que te recuerda lo fáciles y difíciles que a veces somos de contentar. Sin tiempo a reaccionar aparecen les Costelles, mitad y mitad como bien dice el compañero en su comentario, que resultaron cumplidoras en conjunto. Acompañado todo ello por las Mongetes de Santa Pau, finas, delicadas, en su punto... un placer.

Para rematar, una Crema Catalana con la sorpresa del chocolate en su interior y unos fresones laminados conformando una bomba golosa en toda regla.

Aparte del agua y botella de vino comentado entra en el menú una botella de cava Oriol Rossell BN 2012 que consigue hacerte salir del local con una sonrisa de oreja a oreja.

Servicio joven, resolutivo y agradable.

En resumen, gozamos con este menú quizás menos ortodoxo pero atractivo, completo, manejando buen producto y en un entorno elegante a un precio que me parece realmente bueno. El año que viene no sé qué será de nosotros pero va a resultar difícil no repetir si se dan las circunstancias.

  • Butifarra, Llonganissa y Cansalada

    Butifarra, Llonganissa y Cansalada

  • Mongetes de Santa Pau

    Mongetes de Santa Pau

  • Crema catalana

    Crema catalana

era un restaurante de referencia
sin carta
con ubicación fantástica y servicio exquisito.

ahora (hace tiempo me imagino) tiene carta, la misma ubicación, pero con un aire melancólico...quizás la poca asistencia que nos acompañó ayudaba a esa sensación....

es un buen restaurante, hay gente joven, no sé què fue de la propietaria que dominaba la sala, y se ven ganas y actitud y realidades...

para mi gusto hay que hacer un cambio de chip, pero uno nunca sabe de qué viven los negocios y quizas las aportaciones en esa línea caen en saco roto porque "viven de cine haciendo (lo que sea) lo que hacen"

comimos comida tradicional, bien elaborada y con una RCP muy correcta, no barato, pero tampoco caro....

recomendable, tanto en verano para disfrutar de la terraza, como en invierno por su interior de chalet/casa familiar

Me ha sorprendido no encontrar ninguna ficha de este restaurante, pues es uno de los clásicos de la ciudad. Está situado un poco apartado del centro, en el paseo que comunica la playa del Milagro con la Arrabassada, por lo que es recomendable ir en coche. Ocupa una antigua villa, y amplía su comedor con una zona de jardín cerrada en invierno y abierta en verano. El fuerte es el producto de temporada, sobre todo los pescados. Comimos unos entrantes a base de foie mi-cuit y un plato excelente con almejas, gambas de Tarragona y langostinos en tempura. Los segundos ricos: merluza al horno, bacalo con muselina de ajo, rabo de buey, lubina a la sal, solomillo. Los posstres bien sin grandes novedades. Menaje muy correcto, lástima que las copas de agua (unas Riedel abombadas muy originales) sean mucho mejores que las de vino, bastante corrientes. El servicio del vino pues sencillito. Pan de un solo tipo, mejorable. Servicio correcto sin más. En resumen, un restaurante con producto de calidad, recetas clásicas, con muy poca rotación de los platos de la carta y que tiene clientes fieles en la ciudad. Precios acorde con la calidad de la materia, es decir altos. Perteneciente a los mismos dueños,al otro lado de la calle se halla Mas Roselló, donde por cierto se dejan los coches, que en invierno dispone de un bar tipo chill-out donde se está muy cómodo para tomar una buena copa.

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