Este año, aprovechando la visita de nuestros amigos para la quedada anual en El Celler de Can Roca, queríamos que probaran dos de los platos más representativos de la gastronomía catalana, por un lado el amigo Diego (Maresme), nos organizó una Calçotada en Sant Genís de Palafolls, y yo me encargué de que no volvieran a sus lugares de residencia sin probar una de las delicias de la Costa Brava, "Les Garoines" (Erizos de Mar).

Así que cuadramos fechas para hacer coincidir los tres eventos, la visita al Celler con la temporada de calçots y la Garoinada.

Este año, como atención a nuestros invitados, habíamos pensado llevarnos los erizos a la Cala de Aiguaxelida para degustarlos al lado del mar, pero el tiempo no nos acompañó y decidimos hacerlo en el restaurante como todos los años.

Llevamos ya 7 años de Garoinada, y cada año se apuntan más amigos, a ver si el próximo año logramos cerrar el restaurant para nosotros.

Con respecto al Xadó, poco queda por decir, Charli padre, propietario y cocinero a la antigua usanza es el más claro exponente de la cocina de la paciencia. Y Charli hijo en sala, amabilidad, profesionalidad y saber estar, un servicio digno de 3 estrellas.

Aunque “la Garoinada” es un menú cerrado que ofrecen varios restaurantes de la zona, nos ofrecieron probar dos platos, de manera que la cosa quedó más o menos así:

El ritual de casi todos los años por estas fechas.La primera parada fue en Bordils donde nos proveímos de dos hermosos capones que serán cocinados para el dia de Navidad, justo casi frente a la tienda está la pastelería donde elaboran artesanalmente unos inmejorables turrones y sobre todo una gran variedad de turrones de chocolate, puro vicio.
Para llenar la bodega de vino y cava nos dirigimos a un almacén de Palafrugell donde te pueden pasar las horas embelesado observando la gran cantidad de vinos, cavas, champagnes, destilados etc,. perfectamente expuestos que allí se comercializan.
Ya con el trabajo hecho nos dirigimos una vez más al Xadó donde compartimos unos sonsos y unos calamares a la romana, muy buena fritura.
Seguimos con uno de sus platos de referencia, el arroz negro de langosta, ración generosa para poder repetir.
De postre un riquísimo tiramisú y un fenomenal y refrescante sorbete de mojito de ron Brugal.
Un albariño D.O. Rias Baixas, Torre la Moreira acompañó la comida
Dos cafés.

El pasado sábado por la tarde visionando Internet, vi que nuestro amigo el chef Charli Sadiky, preparaba el primer fin de semana de diciembre, el mítico plato empordanès, buque insignia de la cocina tradicional y ancestral de Palafrugell : Es Niu.

Ni corto ni perezoso, le llamé por teléfono y reservé mesa para el domingo al mediodía. Así que nos desviamos un poco de nuestra ruta de subida a Montpellier y fuimos a degustar y descubrir ese plato.

No voy a describir el restaurante, pues ya ha sido descrito por mi mismo y por otros compañeros de Verema varias veces.

Llegamos a las 13 h. Fuimos acogidos muy amablemente por el maître, que no es otro que el hijo de Charli, persona de gran simpatía, amabilidad y profesionalismo, que nos instaló en la que iba a ser nuestra mesa.

Para compartir y mientras esperábamos el plato principal, tomamos unas Gambetes de Palamos saltejades Pequeñas gambas rojas, fresquisimas y buenísimas, con una deliciosa salsa... y acompañadas de una pequeña ensalada verde. Una delicia

A continuación llegó el plato estrella Es Niu Voy a tratar de explicar su elaboración para los que no conozcan esta especialidad. Se trata de un "mar y montaña". Los ingredientes son : codornices o pichones (en este caso fue pichón), salchichas, sepia, calamar, tocino, peixopalo (pescado de la familia del bacalao que tiene que estar en remojo tres o cuatro dias antes de cocinarlo), huevos duros, patatas, tripas de bacalao y caldo de huesos de ternera, con un sofrito a base de cebollas pequeñas, de ajos y de tomates pequeños. La preparación del plato necesita 5 horas. Se le puede añadir alioli, que se sirve a parte.
Estaba delicioso, exquisito, una maravilla... y además con un buen pan para mojar y mojar.... y también una cuchara, humm... El año que viene volveremos. Aunque pueda parecer increíble el plato es muy digesto.

De postre, compartimos un Sorbete de Mojito que estaba buenísimo y unatarta de queso que no estaba mal

Acompañamos la comida con una botella de vino blanco Castell de Raimat Chardonnay 2011 DO Costers del Segre Fresco y agradable que se maridó bien con toda la comida. También tomamos una botella mediana de agua.

Finalizamos con dos buenos cafés.

La cuenta ascendió a 38,40 €/persona. Muy buena RCP. Es un restaurante muy recomendable, de aquellos que vuelves y vuelves y vuelves. Excelente cocina tradicional del Empordà.

Poco vamos a descubrir a estas alturas del Xadó, uno de los imprescindibles tanto por su arroz como por su Garoinada (erizos de mar). El padre, un mago de los que podríamos denominar como la cocina de la paciencia, en los fogones, y el hijo, atento, agradable, discreto y profesional en la sala, un tándem perfectamente engrasado y que funciona a la perfección.

Habíamos decidido ponernos en manos de Charli en cuanto a los primeros, entendiendo que lo más adecuado era empezar con un pica-pica, que consistió en:

Uno de los restaurantes a los que siempre nos queríamos acercar en nuestras quedadas “post-celler” era al Xadó, dadas las continuas alabanzas de nuestros amigos catalanes al arroz negro que aquí elaboran y como es uno de los tipos de arroces que más nos gustan, decidimos no alargar más dicha espera y acudir este mismo año. La buena mañana que hacía nos permitió dar un paseo por la costa, que para los que vivimos en interior siempre resulta muy agradable, hasta la hora de comer. Local sencillo y acogedor, sala cómoda y tranquila, todo invita a sentirse a gusto.

Antes del arroz, nos traen una pequeña picada con varios platos del día que fueron amenizando la espera, dos raciones de cada uno. Comenzamos con unos Sonsos (9€), que son unos peces pequeñitos parecidos a los chanquetes, perfectamente fritos y crujientes. Después unos Calamares a la romana (7€) y unos Buñuelos de bacalao (6€) que nos demuestran lo bien que saben freír en esta casa. Unas Almejas en salsa (8,5€) realmente buenas con esa salsa en la que terminas mojando pan, unas Gambas de Palamós (13€), pequeñas de calibre (ojo al precio, claro) pero fresquísimas y en su punto perfecto de sartén y por último unos chipironcitos (14€) deliciosos por su delicada textura y pequeño tamaño, ligeramente encebollados.

Tras todo este apetecible pica-pica, llega su majestad el arroz, elaborado en una enorme cacerola, al fin y al cabo éramos 9 personas y casi todos repetimos. El secreto de este arroz negro es que no está elaborado con tinta de calamar sino que adquiere dicho color pochando la cebolla durante muchas horas. Y con una buena coronación en langostas. Grano suelto, punto perfecto, sabor penetrante y marino, nada pesado, delicioso, para repetir y repetir. Quizá el mejor arroz negro que hayamos probado. Lo cobraron además a 15,5€ la ración, realmente ajustado dado que pudimos repetir.

De postre tomamos un curioso y refrescante sorbete de mojito (6€) que cumplió con su objetivo de aligerar y resultar digestivo, además del delicioso té moruno que aquí preparan y que obviamente casa con los orígenes magrebíes de su cocinero y propietario.

Para beber no echamos un vistazo a la carta de vinos ya que aportábamos nuestras botellas y de nuevo no nos dieron más que facilidades a la hora de guardarlas, abrirlas y servirlas. Así da gusto. Bebimos los siguientes vinos.

Robert J. Mur Cava Reserva Brut Nature: el primer cava era a priori el más sencillo pero estaba bastante bien, no había probado nada de esta casa y en su nivel resultó fresco y bastante apañado, ideal con los primeros aperitivos. [8/10]

Cava Freixenet Cuvée DS 2003: una de las cuvées más sorprendentes del gigante de las burbujas en año cálido y maduro, en buen momento y con cierta complejidad en nariz, aunque en boca ya comienza su declive. En cualquier caso, muy agradable. [8,3/10]

Domaine Giachino Monfarina 2012: un mágnum de este interesante vino de Saboya elaborado con uva Jacquère. Vino de estilo “natural”, fresco y muy limpio, de esos que se beben de maravilla por su acidez y ligereza. Muy bueno. [8,8/10]

Valdespino Jerez seco (Años 70) : curiosa botella de 1 litro de este vino que no era seco del todo, parecía un fino pero con algo de residual (¿¿??), una curiosidad elaborada por Valdespino hace ya unos años y que iba muy bien con el arroz. [9/10]

Domaine Ganevat Cuvée de Garde 2007: chardonnay y savagnin bajo flor en una cuvée del maestro de Rotalier que no conocíamos y que desde luego hace honor a su nombre, siendo un vino de largo recorrido y una calidad impecable. [9,2/10]

Hay que destacar la magnífica atención del hijo del propietario, un chaval simpático y despierto como pocos y que nos fue sirviendo y preparando la mesa con celeridad y acierto a la vez que atendía al resto de mesas. Muy buen trabajo.

Pues el principal resumen que podemos hacer de esta comida es que fue como en familia, en una casa en la que nos hemos sentido muy a gusto y además hemos comido y bebido de maravilla, con ese añadido especial del espectacular arroz negro que elaboran y por el que sin duda merece la pena desplazarse hasta Palafrugell. Nos comentan que la “garoinada” es igualmente imprescindible, así que la próxima vez acudiremos en temporada de erizos. Eso está hecho.

Sin extenderme en nada pasaré a detallar lo que comimos.
Los primeros compartidos fueron calamares a la romana y chipirones salteados, frescos, fresquísimos de muy buena calidad y perfectamente conseguida su cocción.
De segundo su plato estrella, el arroz negro con langosta, el arroz negro cocinado al estilo del Empordà puesto que el color negro se obtiene del sofrito de la cebolla y no de la tinta artificial que utilizan la mayoría de restaurantes, arroz en su punto y raciones generosas.
De postre un helado de gin tonic y un buen tiramisú casero.
Un Murri 2013 D.O. Empordà acompaño la comida
Dos cafés

repasando mi verano fuimos viniendo de tamariu a comer para conocer el restaurante,resumiendo dire que todo estuvo muy correcto desde los entrantes calamares romana,sonsos y algo mas, terminando con un arroz negro y postres

Hemos estado unos dias en Girona, descansando y comiendo algo.

Amablemente nuestro Gran Jefe se ofrecio a hacernos de Cicerón, mostrandonos parte de la Costa Brava, entre charlas, risas y disertaciones varias.

Como el que sabe del terreno es él, se encarga de llevarnos a comer algo bien tipico: Arroz Negro. Ya explicado anteriormente, se basa en la paciencia de un buen sofrito de cebolla caramelizada y un buen puñado de ingredientes.

Llegamos al local, facil aparcamiento, buena recepcion en un local comodo para unas 30/35 personas. Ojeando la carta y apreciando un menu adecuado para todos nos lanzamos:

* Ensalada de Cous Cous, amplia racion, con todo lo necesario y apetecible
* Salmon mariando con vinagreta de hierbas (creo), por lo que dejo el Gran Jefe aquello debia estar bien bueno.
* Gambitas a la sarten, ricas ricas, como habia que reservarse para el arroz, algo ligero

* Arroz negro, con gambas, langostinos, almejas, mejillones, salchicha y costilla. Todo puro sabor, concentrado, con un arroz en su punto y ligeramente caldoso. Deleite.

De postres un yogur casero muy rico y un sorbete de mojito super refrescante.

Cerro la comida un té moruno y un café solo.

Para beber agua y cambiamos el vino del menu por un Raimat Chardonnay sencillo, descontandose del precio final el vino del menú, detalle poco común y muy de agradecer.

En resumen una comida muy agradable y altamente recomendable con una mejor compañia.

El Domingo 14 estábamos en Palafrugell y aprovechamos la ocasión para ir al Xado pues habíamos leido los comentarios de Jeronimo y Obwian Ferran sobre ese restaurante y como buenos amantes del arroz estuvimos rápidamente atraidos por el arroz negro de Palafrugell preparado como antaño por el chef Charli Sadiky. Además, el dia anterior habiamos estado en el Celler de Can Roca y dado que los domingos hay muchos restaurantes cerrados no queriamos terminar el fin de semana con una mala experiencia culinaria.

Llegamos a las 13h, 4 comensales, mi esposa, yo, y una pareja de amigos. Local agradable, limpio, con personalidad y con mesas bien presentadas. Como era de esperar pedimos un arroz negro con langosta para 4. Primeramente compartimos unos chipirones, excelentes en cuanto al tamaño, la cocción y el sabor y unas almejas a la marinera, decepcionante . El arroz, como bien dice Jeronimo posee un sabor único que es inolvidable, como se dice en francés "un vrai regal". Este va acompañado por una media langosta por persona, pequeñas cigalas, mejillones y carne. Copioso y bueno.
Acompañamos la comida con un Godello, Pazo de Monterrey y una botella de agua de 1 l. De postre tomamos 2 Sorbetes de Mojito, muy buenos, 1 helado de nueces con ratafia, también muy bueno y 1 té con reposteria arabe.
Terminamos con 3 cafés. La casa nos invitó a unos chupitos, a elegir sin restricciones. Un bonito gesto comercial.
El servicio es rápido y muy agradable. Cuando nos sirvieron el arroz, Charli Sadiky vino a saludarnos y estuvimos hablando un buen momento.
Volveremos, para probar otros platos de la cocina del Baix Empordà y seguramente también un buen couscous. He visto que a principios de diciembre prepara Es Niu, si podemos nos gustaria bajar a Palafrugell para degustarlo. Alguien lo ha probado ?
Precio total 135,20 €, Precio medio/persona 33,80 €. Buena r.c.p.

Yo tengo la suerte de vivir un poco más cerca que Ferrán, y si a él el viaje le compensa a mí por la cercanía me compensa todavía más. Es el tercer año que celebramos la “Garoinada” en el Xadó, esta vez acompañados del amigo “Calamar” de “Martita” y sus papás, y la incorporación de “Manu & GloriaBCN”.

Charly Sadiki, fue el artífice de los famosos arroces y platos marineros del Hotel Llafranc, donde prestó servicio durante más de treinta años como responsable de sus fogones. Los mismos arroces que junto a otras especialidades marineras, nos ofrece desde hace unos años en el restaurante de su propiedad, el Xadó de Palafrugell.

Supongo que muchos habréis oído hablar del famoso arroz negro de Palafrugell, este arroz no consigue su color oscuro añadiendo tinta de calamar o cualquier otro ingrediente, es fruto de la paciencia, la paciencia que se necesita pare conseguir que la cebolla del sofrito quede caramelizada, de un color muy oscuro y con un sabor único e inolvidable.