Restaurante El Cabañal en Valencia
Restaurante El Cabañal
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
24,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos y agosto
Nota de cata PRECIO MEDIO:
48 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.4
Comida COMIDA
7.7
Precio medio entorno ENTORNO
7.2
RCP CALIDAD-PRECIO
6.4
Opiniones de El Cabañal
OPINIONES
43

De paso por Valencia camino de Castellón. Varias opciones en cartera para el primer día de vacaciones, todas cortadas al ser lunes, así que nos vamos para El Cabanyal el único abierto. El entorno es muy interesante. Precioso barrio tradicional cerca de la playa y el puerto. Se nota la rehabilitación del barrio, sin duda en breve un sitio de especulacion inmobiliaria si no lo es ya.
El restaurante está en una casa típica del barrio haciendo esquina. Un amplio salón con 8-9 mesas dispuestas. Con nosotros 3 mesas más ocupadas.
Escuchamos las recomendaciones de la dueña y nos decidimos a compartir unas ortiguillas y un calamar a la plancha.
Ortiguillas impecables acompañadas de algas que le dan un toque. Calamar de gran tamaño bien cocinado. Textura tiesa y a la vez tierno con el sabor de la plancha y el ajo y perejil. Bien.
Tomamos pescados de segundo. Al ser lunes no hay pescado fresco y nos dejamos aconsejar.
Merluza de pincho al estilo Canbayal. Los ajetes acompañan muy bien a una merluza correcta.
San Pedro a la plancha. Muy buen pescado de textura y punto acertada.
Corvina al horno con patatas. Buen corte pero un tanto sosa.
De postre tarta de naranja (normal), helado y sorbete. Tomamos pan con tomate (bueno) y dos finos para empezar (muy normales). Carta de vinos escueta y sin grandes florituras. Chardonnay de la tierra correcto.
Precio de la comida 178 €. En mi opinión la relación calidad precio no fue muy favorable. Quiza al ser lunes no era el día más indicado para comer pescado. Tampoco había muchas opciones (arroces de encargo y carne que no buscábamos). Estuvimos a punto de reservar con las ofertas de la web de descuentos el tenedor y no lo hicimos al no parecernos muy adecuado el concepto. Error...

Cercanía al encuentro Verema es un buen factor a tener en cuenta cuando hay jornada continuada de vinos.
Con tiempo se pactó el menú con Maribel a 35€ con bebida aparte pues no sabíamos como iríamos de depósito.

Tras una curiosa cata de blancos de Mar de Frades revitalizados, nos desplazamos al local. Bonita mesa redonda para los 7 veremeros (habia otra mesa de asistentes) en un local a medio gas.

Un buen pan de hogaza y un buen aceite 5 Olivares, de color amarillo verdoso y buen punto de amargos

Para beber optamos por algunas cervezas y otros por manzanillas en la entrada, para pasar a blancos al gusto: unos Guitian 2015 y otros Valdesil 2014. Después todos coincidimos en un espumoso Agustín Torelló reserva 2012 que nos acompañó hasta el postre incluido.
Dados a catar y autoservicio.

Entrantes:
. titaina con codium: buena elaboración de ese plato tan valenciano con el toque exótico del alga.
. puerros a la brasa con hinojo marino: un buen producto con agradable punto de brasa y ese, de nuevo, toque diferente con el alga.
. sepia bruta: un clásico del local, corta de ración y demasiado troceada, bien de sabor.

Principal: planteado como una degustación de pescados con un par de raciones de:
. merluza de pincho con un adobo clásico del local: ajos fritos y gamba; y digo gamba, una buena pieza, buen punto de intensidad de ajo en el aceite; la merluza perfecta de punto.
. bacalao con boletus edulis confitados: muy buen sabor de ese bacalao nórdico de gran calidad, perfecto de cocción; la compañía cumple.

Resopón:
arroz meloso de marisco: un buen fondo, un buen punto de cocción y buena gamba y algunos tropezones. Recomendable.

Postre:
. arnadí x 5: buena elaboración casera que incluye boniato y calabaza, sin excesos de azúcares.
. tarta de naranja x 2: correcta sin más.

El precio pactado resultó muy bueno, solo que el bebercio lo incrementó notablemente, como era de esperar.

Buenos cafés y un poco de debate sobre las evoluciones del encuentro antes de una rápida vuelta a la faena donde se había producido un tsunami de asistentes.

El colofón del periplo Valencia- Verema no pudo ser mas desafortunado.

Como ya estábamos saturadísimos de comer y beber decidimos elegir un restaurante cercano y picotear algo. Reservé el dia antes a través de El Tenedor porque vi que tenia una oferta de 50% en carta.
Pues bien , la primera impresión al llegar fue agradable y hasta sorprendente porque se trata de una casa de las muchas que hay en este barrio y no tiene aspecto de restaurante. Solo hay un cartel pequeño como si fuera un despacho de abogados y hay que llamar al timbre. Se accede a un salón , como el de casa donde había unas 6 mesas, todas ocupadas. SE divisa un pasillo y allí esta la cocina y los baños. Repito que como una casa típica del barrio. La decoración es casi inexistente pero los azulejos y suelo ya aportan bastante.
Nos acomoda la jefa de sala en una mesa y nos pregunta si es la primera vez que vamos. Le decimos que asi es y nos dice que lo habitual es pedir algo para compartir y luego un segundo. En la mesa ya hay puestas unas aceitunas y unas patatas fritas. Nos entrega las cartas y dice que alli están los entrantes pero que de segundos nos recomiendan pescado que es la especialidad y que eso nos lo “canta”. Primer punto que no me gusta.
A continuación, nos dice si tomaremos vino y le decimos que si y que traiga la carta. Pues bien, nuevo tropiezo: no hay carta pero yo se los canto con precio y todo. Le decimos que nos diga que espumosos tiene y dice que no hay ninguno. Toma ya ¡¡¡¡¡ Luego nos pregunta si tinto o blanco. Le decimos que tinto pero que también depende de lo que tenga. Nos dice que si Rioja u otra zona y volvemos a decirle que todo depende de lo que tenga…Total, que se paso un rato recitando los tintos con precio y todo ( que por cierto todos estaban a 18 o a 19 euros)… y elegimos un Beryna a 18 €. Servido en copas de batalla y a temperatura justita.

Empezamos a mirar la carta para los entrantes y vemos con asombro que la mayoría de las cosas vienen o con el precio por kilo: gamba roja a 115 €/kilo, cigalas a 120, almejas a 70… y otras muchas vienen sin precio indicando “solo en temporada”…
Total , que le llamamos y le decimos que tomaremos: Cigalitas con ajitos y habas: Nos dice que no hay…Clochinas: tampoco hay.
Le decimos que entre calamar de playa y sepia sucia que nos recomienda y nos dice que sepia al ajillo y que como es al peso ( como no…) pues que ajusta la racion para que no sea muy grande. Luego le decimos que como nos aconseja la gamba roja y nos dice que con alcachofas pero al decirle que no queremos alcachofas ( por el maridaje elegido), nos ofrece textualmente: “gambas roja al ajillo sobre base de huevo” … Luego contare de que va el plato. Y a continuación nos canta los pescados, aquí sin decir precio pero como ya estábamos francamente agotados, no le dijimos nada. Paso a detallar como estaba todo:
• Pan con tomate. 4,70 eurazos pero fue lo mejor de la cena.
• Sepia al ajillo. Una abundante racion de sepia en trozos nadando en un litro de aceite negro. Pero ojo … no estaba negro solo por ser sepia sucia sino porque tenia ajo a toneladas totalmente quemado. Aun 12 horas mas tarde me repetia el plato y eso que solo comi 2 trozos. Se llevaron la mitad de la racion pero ni preguntaron…
• El flamante plato de gamba roja era 2 huevos fritos y sobre ellos 4 miseras gambas rojas a la plancha. Toma cocina creativa ¿¿ estoy pensando en ponerlo de plato estrella cuando tenga invitados. Y para colmo los huevos estaban mal fritos sin puntilla ni nada y el mio medio cruda la clara. Lo deje entero. Ni preguntaron
Como principales:
• EL plato estrella según nos dijo: Merluza al horno coronada por ajetes y una gambita roja pelada. Correcto sin mas. La calidad de la merluza normal.
• Bacalao fresco Skrei sobre crema de boletus. El bacalao bueno pero la crema de boletus se convirtió por arte de magia en un picadillo requemado de boletus ( o lo que fuera) con mas ajo puesto encima. Menos mal que se podipodíairar.

Pedimos la cuenta y salimos pitando. En total 63 Euros que sin el descuento del 50% se habrían convertido en 100 ¡¡¡
Si vas sin la promocion y con el "chuleo" de los precios por kilo, te puede salir por un ojo de la cara... y mal comiendo
Huid huid de este sitio…

Fue en su momento un referente en pescado fresco del día que alcanzó un excelente precio / calidad y que acabó con un precio alto, porque entonces se pagaba lo que hiciera falta, y casi muere de éxito.
Una nueva etapa adecuando el precio ha permitido un revival de este local. Comedor al 50%.

Sigues pasando por la puerta sin encontrarlo a poco que te descuides. La ambientación, servicio, elegancia de mesas, buenas copas, cambio de platos y cubiertos ... no ha cambiado. La planta baja da sensación de familiaridad manteniendo un servicio de buen nivel. Maribel Climent lleva ahora la batuta y a fé que lo hace bien.

Cinco para comer, con unas buenas aceitunas y papas al centro de la mesa como aperitivo para la llegada. algunas cervezas con escasas opciones. Un fino Corredera nada destacable. Un buen pan en lonchas tostado con tomate triturada y un buen aceite German Bordils hacen la espera de la comanda más llevadera.

No tenemos carta, todo es cantado de viva voz y sin saber precios, lo cual no me agrada porque no conozco el terreno que pisamos. Si los precios son altos nos sentiremos engañados y no volveremos; si los precios son bajos, igual hubiéramos mejorado el ágape; no acabo de entenderlo.
Igual problema con los vinos y aquí aún es más problemático. Al final nos decantamos por cava y solo con dos opciones con lo que se facilita el tema, nos quedamos con Agustín Torelló sin saber cual cava sería. Tensión en la mesa muy innecesaria.
Por ello la puntuación de comida y carta la dejo algo más corta de lo que podría ser.

Para comer y al centro de entrantes:
. clótxinas: buena ración, resultaron de escaso tamaño del molusco (que no de las valvas), menos sabrosa y algo más cocidas de lo que el tamaño interior permitía.
. calamar de playa. Un señor calamar que cumplió para los cinco. Buen punto de plancha, consistencia muy adecuada, buena salsa. Perfecto.
. colas de langostinos con alcachofas. buen conjunto; bien rehogadas las alcachofas, sabrosas; buen punto de fuego en el marisco. Muy bien plato.Luego resultó de precio elevado.

Principales. evidentemente pescado (no recuerdo que se ofreciera otra cosa):
. merluza de pincho para uno por referencias buena.
. bacalao (en su momento) con boletus: buen trozo de pescado, punto perfecto, la salsa no enmascaraba al principal protagonista.

Postres: uno solo con 5 cucharas (4 porque uno se le acabó el tiempo y tuvo que ausentarse con prisas).
. mix de helado de chocolate y tarta de naranja. Ambos bien.

Agua Santolin (en otras mesas AquaBona), unos cafés, copita de PX Delgado poco saturado de dulce, alguna mistela.

Tengo un amigo que dice que es muy frecuente encontrar errores en la factura de una comida y el 99% de las veces, a favor del cliente (un agua que no se apuntó, las cervezas iniciales, la segunda botella de vino, un café..) pero nunca me había pasado que la sorpresa fuera que la cuenta llevara un 15% de descuento, que no preguntamos por qué.

Hace más de 4 años decidí dejar de acudir a este restaurante después de pagar una cuenta desorbitada para lo que se me había ofrecido.
Hace unas semanas, tentado por un importante descuento de una conocida web, decidí volver a probar suerte. Un descuento importante solo se puede aplicar en base a dos cosas: disminuir el tamaño de las raciones considerablemente y/o mermar la calidad del producto también considerablemente. Y aún con ese temor, me decidí a probar y ver qué tal.
Pues bien: ni una cosa ni la otra. Para sorpresa, regocijo y alegría de mi paladar y de mi bolsillo he comprobado que la calidad del lugar sigue siendo la de siempre, la que le había dado tanta fama. Si a esto añadimos que el precio no solo se ha moderado, sino que se ha fulminado, tenemos como resultado una reconciliación total con el lugar.
Pedimos para 2 comensales:
Ensalada de tomates valencianos con mojama para compartir. Producto de primera.
Bacalao a la bilbaína elaborado con muy buen hacer (se puede comer buen bacalao en VLC!)
Ventresca de atún fresca, fresquísima y jugosa.
Una tarta de postre para compartir y una botella de Jose Pariente.
Todo ello por un total de 47 euros.
Me voy a dedicar a recuperar el tiempo perdido.

pues es la segunda vez que vamos a este restaurante,la primera fue hace algun tiempo con la promocion de restaurantes del cabanyal y nos gusto , y pensamos en repetir fuera de promocion.

Buena calidad de pescado y productos del mar aunque han bajado los precios

por nuestra parte , repetiremos

Desde mi de la ultima visita he de reconocer que ojala hubiese vuelto antes, esta todo como siempre salvo los precios que nada que ver con antes.

Pero lo curioso es que la maitre, Maribel, me comento que ya hacia dos años que redujeron los precios de la carta y yo sin enterarme.

Tienen un menú de 25 € realente fantastico , aunque yo no lo probe si que vi como lo servian en otras mesas.

La bodega es diferente, mas corta y ligera pero en el tema del pescado y productos del mar siguen siendo unicos y Raul lo borda.

Desde luego es curioso como estan cayendo cada dia mas restaurantes, parece que la crisis esta no se acabe nunca.Animo ¡¡ hay que aguantar los tiempos que corren .

Volveremos.

La crisis nos va a dejar sin un restaurante donde ir a comer bien en Valencia. Viendo lo de hoy, además, con merecimiento. Hacía mucho tiempo que no iba al Cabanyal. Y tardaré mucho más en volver. Recordaba un servicio bastante "seco". Es lo único que ha mejorado, porque la verdad es que el trato ha sido muy amable. Pero intentar mantener el nombre del sitio sólo por el "cañazo" en la cuenta es una mala política. Hay que dar de comer. Y en el Cabanyal hemos comido muy "regular". Entrantes: anchoas caseras (saladísimas) con tomate valenciano (muy verde), calamar de plancha (buena presencia, pero con sabor a quemado) y unos segundos compuesto por dorada del día (aceptable) y bacalao (que no levantó pasiones). Inexistente carta de vinos. Vinos valencianos sólo tenían "El Capricho" (ninguno más). Pedimos luego un Rioja (había tres para elegir). Cafés sin postre. 60 euros por "barba".

Nueva visita a las jornadas gastronómicas "Tastem el maritim" que ofrece menús a 20€ en restaurantes de la zona del Marítim.
El comedor es acogedor, muy buen cuidado y limpio. Todo parece nuevo.
Nada más sentarte tienes en la mesa una ración de papas (que estaban blandas, posiblemente por haberlas puesto con demasiada antelación) y unas aceitunas.
Salió el propio chef a tomarnos nota. Muy cercano y agradable.
El menú constaba de:
-Tomate del perelló con anchoas de santoña y mojama de almadraba. Dos anchoas y dos trozos de mojama. Eso sí excelentes. Entiendo que por el precio del menú no podían poner más.
-Croquetas de bacalao al estilo del Cabañal con pimientos del padrón. Dos croquetas. Aquí podrían haberse explayado un poco más. Muy buenas, con mucho bacalao y poca patata.
-Sepia sucia al estilo del Cabañal. Impresionante, la mejor que he probado.
-Clochina valenciana al vapor. Llegaron frías. Buenas, sin ningún misterio
-Bacalao fresco a la parrilla con gambas y ajetes. Reconozco que no me gusta mucho el bacalao fresco y este no me convenció en absoluto, con una textura chiclosa y unas gambas de tamaño ridículo a las que ni si quiera le habían limpiado el hilo intestinal. Entiendo que no podían poner gambas de buen calibre por 20€, pero para poner eso, mejor que no pongan nada.
-De postre, tartas caseras. Muy buenas.
Nos trajeron casi todos los platos muy rápido y a la vez, por lo que en poco más de media hora habíamos acabado.
Quieren renovar la carta de vinos y pasar de las 150 referencias actuales a unas 40, por tema de demanda y de coste de mantenimiento.
Nosotros pedimos un Manía, curioso vino blanco de Rueda, muy fresco y fácil de beber.
En definitiva un menú para poder probar la cocina marinera de la zona a buen precio.

Tenemos que reconocer que una vez diseccionada y estudiada la cuenta el "clavazo" es mayúsculo. Ayer era una dia de fiesta para nosotros y no reparamos en nada. Lo del pan no es de recibo, al igual que el precio del rodaballo o el calamar. La materia prima es de primer nivel, la elaboración en su punto exacto y la presentación perfecta.
Asimismo el precio de los combinados es para echarse las manos a la cabeza. Quitando eso el resto fué para quitarse el sombrero. El trato al cliente impecable. Todos los elementos de sobremesa correctísimos. El trato al vino bien. La carta está bien diseñada y confeccionada, y el servicio es bueno, no faltó vino en las copas en ningún momento. Igualmente amplia la carta de licores. En referente a GT disponian de 15 referencias por lo menos.

Nota: Nos quedamos con lo positivo que fué TODO menos el importe final, pero que "nos quiten lo bailao".

Un saludo.

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