Tercera visita con intervalo este último muy largo, cambio de dirección pero no de rumbo, manteniendo la esencia, el buen pescado.
Local entrañable y acogedor, ubicado en una planta baja de las de toda la vida del cabañal, llamas al timbre y tienes la sensación de estar entrando en casa de un particular. Decoración clásica, muy acorde todo el mobiliario auxiliar con el suelo y el chapado a media altura, con una pintura en amarillo-ocre a la que le daría un punto más subido para hacerlo más acogedor si cabe.
A lo que vamos... La espera, con la cerveza y unas papas ¿¿?? y aceitunas variadas (arbequina, gordal...). Nos tomó nota el propio cocinero y dueño cantándonos los platos, esto debió ser porque eramos los únicos esa noche, me gustó el detalle aunque se los hice repetir varias veces y así pude profundizar en los ingredientes, un tipo muy amable este Raúl Cob, y muy sincero. De entrantes nos pedimos el típico calamar plancha, muy bueno, y un pulpo preparado de una forma curiosa, le da un punto de horno para que quede crujiente, no tan bueno y se lo hice saber, pierde toda gracia y le sobra la rayadura de limón que le da un toque como de pescaito frito. Como plato principal elegimos un lenguado de playa, una buena pieza, bien preparado con ajitos tiernos y gambas, muy bueno, tierno y terso a la vez, demostrando su frescura. Toda la cena acompañada de pan tostado y tomate natural rallado y aceite virgen para ir añadiendo tanto el tomate como el propio aceite.
De beber teníamos claro que sería blanco y nos decantamos por un Jose Pariente 2007 de Rueda, gran vino y gran amigo de la cena, acertamos de lleno. No está mal la carta de vinos, se queda corta en algunos y le sobran otros, riojas por ejemplo, como bien reconoció el propio Raúl. De postre pedimos para compartir una tarta de naranja que esta bastante bien, con el borde de galleta tostada que acentuaba su sabor, hecha para ellos, no hacen las tartas. Cortadito... y para casa.
Buena cocina, sencilla y buena materia prima.

Ha sido un placer encontrar un lugar donde disfrutar de los sabores autenticos de la Mar, y compartir la pasion de su dueño por los productos de (alta) calidad.
La oferta de pescado que proponen a diario es realamente poca comun en otros restaurantes de ciudad. Los precios son los que son,se paga la rareza de los productos ( mero, rodaballo salvaje) y la excelencia de la caucion, tanto como un servicio muy atento, y discreto a la vez.
Me han dicho que al medio dia van a montar un menu degustacion. Lo probare la proxima vez que llevare alguien a comer alli. Fuimos por la noche, el ambiente estaba muy agradable, y el sobre mesa se pudo alargar con una selecion fuera de lo comun de ginebras selectas.

Ya son cuatro las veces que acudo a este restaurante y como siempre siguen sorprendiendote con la gran variedad de pescados que te ofrecen, buen servicio y trato familiar, el restaurante esta ubicado en una antigua casa valenciana que ofrece amplitud y tranquilidad.
Es de agradecer un menu degustacion de 35 €, el cual no desmerece en nada al resto de la carta.

Excelente en todo. Ya van cinco las veces que vamos y no puedo más que alabarlo.

Si te gusta el pescado este restaurante es una apuesta segura a "caballo ganador". Muy buena materia prima del mar, y bien tratada, una carta de vinos aceptable asi como la cristaleria, la jefa de sala le da categoría al local lastima que no esté siempre. la RCP razonable , como ha dicho alguien más lo más flojo el all y pebre de lubina, recomendable el mero con trufa

Bonito restaurante ubicado en los bajos de una antigua casa del barrio del Cabanyal, acogedor y con buena separación de las mesas. Comida marinera, con buen trabajo de la materia prima. Servicio amable y muy atento. Comida bastante buena, flojeó algo el "all i pebre de lubina" con el pescado algo seco. Carta de vinos correcta y copas aceptables. Comimos con un Gaba do Xil (14€).

Acudimos dos personas el sabado noche: la mesa que nos dieron al lado del pasillo por donde pasan los camareros (la reserva se hizo el jueves). Estas tuvieron un trato agradable, hay que reconocerlo. Pedimos: arroz con gambas: saladísimo , precio 39 euros dos personas; almejas en salsa: 18,75 euros: cigalitas con habitas( 7 cigalitas): 33 euros; postres( uno lo devolvimos porque estaba caliente y se trataba precisamente de un semifrio), le dijimos a la dueña que estaba incomible y lo cobró. No tomamos cafe; de beber una botella de cava Raventos 2002, estaba bueno. La broma costo 136 euros. Desde luego que no volveré para que me tomen el pelo, y de hecho la dueña se dió cuenta porque no salió a despedirnos. Malísima RCP.

Nunca es tarde, si la dicha es buena.Ese podria ser el refran para bautizar este magnifico restaurante, descubierto tan tarde para mi, pero prometo ponerme al dia en cuanto a visitas se refiere.Imposible encontrar un lugar mas entrañable, confortable por el trato que recibes e inundado de caracter marcadamente valenciano.Que buen gusto para la oferta culinaria, platos conocidos y reconocidos, generosos y de una excelente materia prima, donde logicamente el pescado es el protagonista: Un Denton a la sal, que sabia a gloria, un pulpo hecho al horno que se deshacia y unas alcachofas con colitas de gamba fresca extraordinarias!! El vino es tratado con sumo cuidado, por supuesto bien conservado y cambio de copas a la menor ocasion, dos comedores, un pasillo, dos puertas a la calle, una por Dr Lluch, la trasera, otra por la Reina, la principal, un sitio encantador, tirando a rancio, pero ese rancio que te embelesa.Mesas espaciosas, sillas comodas y luz agradable. RPC alta, pero eso aqui, ya no importa.

La verdad es que la visita merece la pena. Como entrantes unas anchoas con tomate y mojama, sepia en su tinta y unas gambas a la plancha espectaculares. De segundo pescados, all i pebre de atún o una lubina a la sal de muy buen tamaño y muy fresca. Los postres, quizás lo menos bueno, pues no se puede decir que fuesen malos.
La carta de vinos sin ser muy amplia tiene un poco de todo incluyendo una buena selección de cavas y champagnes. El servicio del mismo correcto, cuando pueden ’escancian’. Temperatura y cristalería bien.
Pero si la comida es sobresaliente, la amabilidad del servicio es para matricula de honor. Se sirve con prontitud y simpatía (una mezcla que cada vez resulta más rara encontrar). El precio alto aunque acorde con lo comido y bebido. En resumen un restaurante muy recomendable.

De los mejores restaurantes de Valencia en cuanto a Pescado fresco se refiere. Eso sí, si te sales del pescado, la carta en cuanto a carnes y arroces muy corta. El servicio es excelente y amigable. La carta de vinos no es muy extensa pero muy bien seleccionada, no hay vinos de relleno.
Aunque el precio es elevado, dada la calidad de los alimentos la RCP es bastante buena.
Difícil aparcar pero muy bien comunicado por transporte público.
Muy recomendable, eso sí reservando previamente.