Restaurante Arzak en San Sebastián
Restaurante Arzak
País:
España
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
150,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
los sábados a mediodía y los domingos.
Nota de cata PRECIO MEDIO:
218 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.4
Comida COMIDA
9.1
Precio medio entorno ENTORNO
7.1
RCP CALIDAD-PRECIO
5.9
Con Elena Arzak.
Lubina y Café al Humo (lubina asada junto con el mojo del café y acompañada de leche crujiente, acompañado del propio tueste de los granos del café) .
Ferretería Arzak.
Opiniones de Arzak
OPINIONES
52

Caserio urbano con dos espacios en sendas alturas. Renovado de un estilo familiar-tradicional a uno moderno-impersonal. El principal inconveniente sigue siendo el limitado espacio entre mesas. La cocina es una de las mejores del pais. Es una labor constante de I+D, sobre la materia prima tradicional: Higos asados con aceite de foie, Aceite de Oliva Blanco y Bogavante... La carta de vinos esta bien eleborada y tiene suficiente variedad. El servicio, incluido el del vino, bueno; debido a un eficiente jefe de sala. El sumiller sigue junto a Nietzsche y los asiduos. Precio: 120 + I.V.A. Sin vinos.

Helena Arzak nos elaboró un menú degustación, -un poco más largo que el que figuraba en carta-, que en líneas generales resultó delicioso, aunque con algún altibajo producido más por mis propios gustos que por la elaboración de los platos.
Menú muy suficiente, (para nada te quedas con hambre como pensaba el más excéptico de los dos amigos con los que fui).
No me acabó de convencer el aceite de oliva blanco y bogavante, -a mis amigos sí-, ni los petit fours, decepcionantes.
En cambio, impresionante la ventresca de bonito en hoguera de escamas y cebolla, los higos asados con aceite de foie, "del huevo a la gallina", el rabanito con pescado marinado, etc.
Muy acertados los acompañamientos y salseos para cada plato.
Mención especial merecen los postres: excelentes, con algún guiño al efectismo-la piña asada pomposa-, pero deliciosos.
Café malo.
El vino fue otro cantar; carta impresionante a precios desorbitados, con alguna rarísima excepción.
Sumiller que no ayuda para nada, prestando sólo atención a la clientela habitual con los que su actuación roza el servilismo.
Optamos por un Remelluri Reserva 2002, muy bueno pero sin decantar; posteriormente se evidenció que le hacía falta ya que la copa -Spielegau-, se me quedó con posos.
Para el Roda I 2003, -excelente, sublime-, sacó copas Riedel.
Servicio amabilísimo, con algún ligero desajuste entre platos.
Menú degustación 160 más iva, con los vinos, cervezas, 205 pax.
Los pacharanes fueron por cuenta de la casa

Mi padre siempre dice que lo barato sale caro, ayer pude corroborar que asi es, despues de haber sufrido tanto restaurante con pretensiones, de comida ramplona y precios subidos, te das cuenta que no solamente es el tres estrellas más barato (no los conozco todos), sino que disfrutas cada euro que gastas. Te puede gustar más o menos pero lo que es seguro es que comer en el Arzak es una experiencia gastronomica que no te dejara indiferente. Es de estos lugares en los que tienes que dejar que el tiempo pase para volver, paladeando el recuerdo de una velada memorable.

Poco que añadir a los últimos comentarios. La materia prima y su elaboración magistrales. El menú degustación no defrauda (aunque hay algun plato flojito). Buen servicio de vino. Lástima, realmente, el tema del ambiente. A nosotros también nos tocó la parte "moderna" y tuvimos que escuchar conversaciones ajenas enmedio de un ir y venir constante de camareros bastante molesto. Además este día no pudimos elegir "no fumador" y también fumamos un fantástico montecristo de nuestro cercano vecino. El primer puro de mi vida... Estos detalles no caben en un 3 estrellas...

Tomamos menú degustación: materia prima excepcional, cocciones en su punto, buen servicio del vino. Brillantes los "bocados" iniciales, correctos -sin más- los entrantes (hasta decepcionantes, diría yo: ¡¡¡a mi novia le sirvieron un plato de guisantes con patatas!!!) e impresionantes, excepcionales, los platos de pescado (rape con médula y espina, sencillamente maravilloso), carne y postre. Guarniciones de los platos complejas y muy elaboradas, en la línea de flotación de lo que ha de ser un buen tres estrellas.

Lo que realmente no "cuadra" en este restaurante triestrellado es el entorno: mesas juntas, excesivo ruido ambiental, tráfico del servicio constante y excesivamente apresurado en un espacio reducido y demasiado aprovechado (nos sentaron en la planta "moderna").

Visitamos éste clásico en 2 ocasiones. La primera aún pagamos en pts. (11.500 deg.), con mis 2 mejores amigotes. La segunda, los mismos con nuestras parejas, años más tarde (85 deg.). Las 2 veces hemos disfrutado mucho con la comida. Arzak es un crack. Crítica constructiva: La segunda vez no tenían cava Llopart (a pesar de constar en su extensa carta de vinos), excesiva cercanía de las mesas, sumiller "áspero", servicio demasiado "encima", he comido en mesas redondas para 2 más grandes que la que nos pusieron para 6, con lo que las copas de cava, vino y agua casi no cabían. Por lo demás, materia prima excelente, sabores memorables y sobre todo, postres inmejorables. Juan Mari, quiero una hija tuya: Elena concretamente. Se dice que es el triestrellado más barato. Lo certifico. ¡¡¡Bravo!!!

Buen menu degustacion, pero no sorprendente. El servicio francamente mejorable, por su forma mecanica y apresurada. El sumiller solo me ofrecio botella enteras (no copas) de los vinos de postre que escogi. Ambiente ruidoso, con la mesasa demasiado apretadas.

Llegados desde Catalunya en nuestra primera visita a este templo de la gastronomía y la sensación no ha podido ser mejor. Menú degustación largo, saciante y maravilloso: unos divertimentos originales y sabrosísimos (caldito de alubias y manzana, arraitxiki con rabanitos, arroz crujiente con setas, pudin de pescado con fideos fritos...); increíbles las manzanas con aceite de foie; celofán de ostras templadas; cigalitas inyectadas de maíz; huevo con un velo de yema (creo que el plato se llama "del huevo a la gallina"); beguiaundi en abstracto; pichón y... cuando ya estaba esperando los postres, dos escalopas extraordinarias de foie. De postre, piña asada pomposa (espectacular), sopa y chocolota entre viñedos, torrija con espinacas, ostras de chocolate plateadas, helados variados. Y con los cafés, unos divertimentos dulces que, lo confieso, ya no pude acabar. Regado todo con "aster". Seguro que me olvido de algún plato, pero lo que no podré olvidar es la fantástica experiencia que espero repetir algún día no demasiado lejano.

Restaurante de planta baja y un piso.En la palanta baja decoración moderna de diseño minimal, en el piso de arriba clasica. Arriba habrian unas 18 mesas y la separación entre mesas suficiente. Comimos el menu degustación pero un poco recortado, por el tiempo que disponiamos. Mientras leiamos la carta de vinos tomamos champagne y amontillado. Aperitivos de la casa: Caldito de pochas con guindilla, melón relleno de queso, bonito marinado con rabanitos fritos, arroz crujiente con setas, puding de pescado con fideos. El menu era cigalitas al corte inyectadas de maiz(muy gustosas), productos de temporada en cuatro lineas ( perfecta elaboración), higos kefir y frutas atomizadas,del huevo a la gallina (curioso), marmitako ( exquisito), tacos de vacuno con patatas de pimentón,txipirones de anzuelo en su tinta, bogavnate con corteza de mar y coriando, foie de pato y plátano( sin pedirlo nos lo trajeron con una copa de sauternes para maridarlo). De postre sopa y chocolate " entre viñedos" , piña asada pomposa. Bebimos Regnard 2000 Montrachet, Tondonia Blanco 1970. Magnifica materia prima, elaboración y presentación. Tanto las combinaciones de sabores con las texturas denotaban maestria. El servicio de sala muy bueno y rápido. El servicio del vino muy correcto ( pero no a la altura de la Sucursal), la carta excelente con varias de añadas de un mismo vino y a precios muy razonables (Tondonia blanco 1970 105 €). Desde luego muy recomendable, hay que visitarlo. Volvere con má

San Sebastián es una ciudad única en muchos aspectos, sin duda. Uno de ellos es el culinario y lo que resulta excepcional es que se experimente el mismo entusiasmo paseando por Fermín Calbetón u otra calle de lo viejo ( ese foie del Borda Berri, ese txangurro del Txepetxe o, ya saliendo del abrigo del Urgull, la tortilla del Haritza o cualquier pintxo del Sebastopol ) que subiendo la cuesta del Alto de Miracruz camino de Arzak: que sensación visitar esa casa por vez primera!! Menú degustación ( literalmente ), los sabores jamás se solapan, se muestran plenos en cada bocado y aparecen expuestos ante tus ojos con una delicadeza que los japoneses están lejos de alcanzar: caldito de pochas con guindilla, cigalitas inyectadas con maíz, flor de huevo y tartufo en grasa de oca con txistorra de dátiles, rape con hilos y médula, foie de pato y plátano, puente de bonito, arroz crujiente con setas....y los postres, ay! los postres. Para alguien que, como yo, el chocolate le parece una sustancia infecta fue un día de callar bocas y desechar viejos prejuicios: sopa de racimo de chocolate, chocolate taro y té verde, torrija anaranjada con espinacas, piña asada pomposa. Para beber, Remelluri reserva 2001, café, Lagavulin de 16 años y un buen puro como es el Punch Churchill. Elena Arzak y todo el equipo a la altura, y más allá, de las circunstancias. Como el lenguaje no alcanza, no seguiré narrando pero dejadme que os diga algo: INOLVIDABLE.

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