Por definirlo en una sola palabra, Expectacular.
la verdad es que no era la primera vez que iba al Arzak,y no paro de asombrarme,
Mas que una cena fue una experiencia,pedimos un menu degustacion,contenia 19 platos,todo en su medida justa.Una amalgama de sabores y texturas indescriptible para mi por escrito.
Siempre que entro en Arzak me contagio de glamour y me siento agusto.
Mariano, el somelier estuvo muy atento y elijio un vino muy apropiado, un vino chileno Manso de Velasco 2001 viejas viñas, que recomiendo.Con un toque de cuero y establo.
Juan Mari y Elena como siempre,atentos y haciendo el trato muy muy familiar.
La decoracion y el servicio perfectos.Un puro 10.

PERFECTO. Esta seria la descripcion exacta, desde la entrada la sensacion de profesionalidad, cordialidad y amabilidad queda patente. Servicio excelente muy profesional, pero con un "punto" que yo valoro mucho que es la proximidad muy sutil que hace que te sientas realmente como en tu casa. La comida una experiencia sensorial sin limite. Imaginacion, curioridad, originalidad, producto, en fin lo tienen todo, pedimos el menu degustacion, desde los aperitivos me di cuenta de que ESTABA en el ARZAK y que iba a ser una "experiencia religiosa". La verdad es que el cordero con velo de cafe cortado 10/10, la ventresca de bonito 10/10, el foie a la naranja 10/10 acompañado de un Sauternes Chateau de Montrachet 2003, genial. Postres muy originales y sobre todo muy completos de chocolate y sin chocolate. Servicio de vino muy atento y presto a ayudar en caso de duda. La gentileza que tuvo Elena Arzak fue como el de un presional-afable. De verdad todo el mundo deberia ir aunque sea solo una vez en la vida, no hay nada similar. El TRES Estrella Michelin mas "barato" del mundo como dice JuanMari Arzak y tiene razon. A mi me ha ganado de por vida.

Estupenda cocina en la que se aúna la tradición y la modernidad. Me encantó la posibilidad de pedir medios platos cuando se opta por comer de la carta. Los platos estan logrados, no hay extrañas combinaciones de sabores y el tamaño de las raciones es óptimo. La presentación de los platos es muy buena. El servicio es excepcional, cercano al cliente, casi familiar tanto por parte del servicio de sala como por parte de Elena Arzak. El local es atractivo, aunque me gustaría una mayor amplitud y un menor nivel de ruido. El servicio del vino es correcto y en la carta hay una gran variedad, estando bien de precio algunos de los vinos "caros".

Uno de nuestros favoritos,la cocina excelente,el servicio de sala y somelier deprimente,un poco soberbio el somelier,sin aconsejar y con un poco de prepotencia.Dos personas 280 €.de no ser por la altisima linea de cocina no es agradable estar en uno de los grandes de europa sirviendote el vino con el comedor vacio.Todo se contraresta con la amabilidad de juan mari y elena.Nos regalaron una guia de restaurantes.muy recomendable,pero por favor hay que mejorar el servicio.Juan echanove siempre un asiduo,casualidad.la nota de 3 se debe a la desidia en el servicio.

CAPITULO I
LA ENTRADA
Visita esperada a uno de los templos sagrados de la gastronomía.El lugar se dipone sencillo sin grandes alardes buscando, supongo, ambientes clasicos y calidos. Las mesas están demasido cercanas colocandonos a nosotros, eramos cuatro comensales,en un lugar demasiado próximo a la puerta de paso de el servico y de la clientela. Casualidades de la diposición de la mesa de cuatro a dos comensales nos "tocó" pata de la mesa. Como podemos observar la disposición no es la mejor para comenzar a disfrutar. Se ve mucho empleado y cliente, el restaurante estaba lleno. Nos toman la comanda de forma agil, esperando la llegada de un sumiller, tomamos un aperitivo CERVEZA.

Supersatisfecho. De los 4 tres estrella de España, lo considero el mejor. Servicio amable, nada rígido, maternal incluso. Impresionante el postre "Frutas pomposas". El precio es anecdótico en relación a la experiencia allí desarrollada. Una pega: para los que hemos ido unas cuantas veces sería mejor que la carta variara un poco más, pero vamos que repetir es también un placer.

Juan Mari y Elena Arzak hacen de su restaurante un lugar acogedor y merecedor de los premios recibidos. Las tres personas que compartimos la mesa fuimos asesorados en cuanto al menú y cada plato que nos servían fue explicado en cuanto a su preparación. De la misma manera, Mariano, el sommelier nos fue asesorando de paciente y sumamente correctamente sobre la elección de los vinos que fuimos bebiendo durante la cena, que resultó ser perfecta. ¿El precio?. Es cierto el Arzak es el "estrella Michelin" mas barato del mundo.

Bastante de acuerdo contigo en lo de Mariano el sumellier de Juan Mari Arzak. La verda es que el "tio va a su bola totalmente" sin dejar probar el vino , ni nada .. La verdad es que la comida de Juan Mari es un 10 pero el tema de la sala se le esta desmadrando un poquitin EMHO. Sobre todo teniendo en cuenta que la cuenta al final fueron 260€ por dos persona.Entiendo que tanto el como su hija Elena deberian salir menos a la sala a saludar y mas a controlar las importantes deficiencias que en ella se estan dando...EMHO
De todas maneras es uno de los grandes de España gastronomicamente hablando.

Cocina de ensueño. Creatividad a tope combinada con un matería prima excepcional. El menú de desgustación cuesta 99 € + IVA pero los vale con creces. El servicio del vino fue otro cantar. El sumiller ni aconsejó, ni sirvió en condiciones (intentó servirnos un Roda I en copitas de vino blanco), nos desaconsejó tomarnos un Tondonia del 66 por ser un vino "viejo". Y cuando se le pidió apoyo sobre los vinos aconsejables se fue por peteneras.... "el tinto... ¿Rioja o Ribera?". Una pena porque la carta era realmente impresionante con algunas referencias, especialmente Riojas clásicos, a precios más que recomendables.

Es sencillamente espectacular, maravilloso, he tenido el placer de disfrutar varias veces en este templo de la gastronomía, siempre con un fabuloso resultado, pero esta última ocasión ha sido mágica, envolvente, excitante...
Juan Mari nos ha deleitado con lo mejor de su repertorio diseñando diferentes itinerarios para cada comensal, siempre manteniendo una línea común para no complicar las cosas al somelier, que han hecho las delicias de cada uno de los participantes.
Una cocina maravillosa, un servicio exquisito, un ambiente, gracias al propio Juan Mari, inigualable...
Quizá una de las mejores cenas que alcanzo a recordar.