Restaurante Fernando Marti en Picanya
Restaurante Fernando Marti
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
70,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
110 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
6.0
RCP CALIDAD-PRECIO
6.0
Opiniones de Fernando Marti
OPINIONES
8

Ayer fuimos a comer 6 amigos al restaurante de Fernando Marti y ha sido una experiencia impresionante, sin palabras.

Es una casita de pueblo restaurada en el centro de Picanya. Nada más entrar te das cuenta que no vas a un "restaurante". Nando tiene la habilidad de hacerte sentir como en casa y ese es el valor añadido más importante que en mi opinión da en relación con
los restaurantes de Michelín que tenemos en Valencia.

Abrió el restaurante solo para nosotros (lo que en mi opinión no tiene precio). En cuanto la materia prima INCREIBLE, las cigalas estaban al punto perfecto. Nos sacó cuatro bandejas, una detrás de otra tan pronto las terminábamos, para los seis. Nos las comimos como pipas. Salmonetes con alcachofas muy buenos, higado de rape con tomate espectacular, caracoles de mar...

Luego peparó dos tipos de fideua una de calamares y la otra de espardeñas. Impresionantes las dos. Y como colofón una caldereta de rape sin palabras.

Para beber nos sacó 3 botellas de DUX, que fue toda una sorpresa. Junto con el postre Bizcocho casero de calabaza con helados diferentes, ojo al de galleta María crujiente, y una botella de Pedro Ximenez espectacular. Luego los cafes y copas.

Entramos a las 2:30 y salimos a las 8:30 en ningún momento nos metieron presión para que nos fueramos, en ningún momento se retraso ningún plato. Más bien controlaba perfectamente nuestros tiempos.

El precio lo habíamos pactado antes 70 euros. La conclusión de todos fue la misma hacía mucho tiempo que no nos pegábamos un homenaje tan a gusto,entre ámigos como en casa y en confianza disfrutando de una comida y un trato espectacular y con Fernando Martí pendiente de todos los detalles, incluida la música, para que disfrutaramos de una velada memorable.

Nosotros volveremos. Todo un descubrimiento. Gracias Nando.

Local pequeño, 3 mesas. El día que estuve éramos 8 comensales.
Hay que reservar previamente y no hay carta ni de comida ni de vinos.
Cuando llegamos había un tinto de Requena decantado ( Bassus Premium 2006). Tomamos un fino y vinos a los protagonistas de la reunión: percebes de buen tamaño, 8 gambas "de Denia" (traídas desde Ibiza) y 4 majestuosas cigalas. El punto de cocción simplemente perfecto. Luego una paella de fideo 0 con caldo de gambas, muy muy bueno y un arroz de frutos de mar excelente.
No entendí su filosofía con el vino, pese a que trato de explicármela. Lo siento, me gusta participar de la elección del vino y las opciones que tiene son muy escasas, muy particulares y muy restringidas en DO.
Para Fernando lo importante es la comida y admite de buen grado, que traigas tu propio vino, lo que puede paliar esta importante carencia en un restaurante que presume de calidad, calidad. Al final, ni probamos el Bassus y cambiamos el Nodus por Chivite 125 del que tomamos 2 botellas. Los postres correctos y magnifico el Ximenez Spinola
Todo por 150 euros por cabeza.
La felicidad de una buena comida con amigos no se paga con dinero, para todo lo demás Master Card

Estuvimos dos parejas en casa de Fernando hace algo mas de un mes. Es un restaurante atípico, prácticamente una casa de comidas con un saloncito que tres mesas y un aforo no superior a 10 o 12 personas. La manteleria a cuadros como en casa de la abuela y los muebles antiguos restaurados. No nos dio carta, ni de comida ni de vinos a pesar que se la pedimos, nos indicó que el nos ponía de comer y, a pesar que no estabamos muy convencidos, quisimos entender que se trataba de una forma "familiar" de tratar al cliente. Nunca supimos antes de mostrárnoslo lo que ibamos a comer o a beber y mucho menos los precios. Nos puso unas rayadas de Denia que, después de la inagotable locuacidad de Fernando en cada plato, quise entender como que las cogía un buzo con las manos desnudas y las traia a nado desde allí, dos piezas por comensal ricas con el solo ingrediente de una excelente materia prima cocida al punto. Fideos con erizos distintos pero sin destacar y terminó con un pastoso perol de patatas desechas con un bogabante que descubrimos por su exoesqueleto y al que el llamaba "guiso de bogabante con patatas", malísimo, pasado, salado y pesado. Pedimos carne ya que no nos trajo en el "menú a ciegas" y nos dijo ¡¡¡que no tenía!!!. Rioja desconocido y unas cervezas en el aperitivo. Bueno, la broma fue de 500 euros, por la mitad me hubiera parecido caro. Evidentemente pagamos y adiós, para siempre.

Me gusta la buena restauración, y no me importa pagar por ella, en el caso del Restaurante de Fernando Marti, como decirlo...? nos sentimos engañados...Comentar que la famosa caldereta de bogavante solo tenia la carcasa del bogavante, que salimos a 100€ por persona y no comimos nada que nuestra abuela no hiciese, sin la necesidad de darse la importancia que Fernando Marti se da cada vez que saca un plato a la mesa, plato que por cierto te lo comes frio porque esta mas tiempo hablando contigo en la mesa mientras comes que en la cocina. Hoy en dia vivimos en España un gran momento gastronomico, buenos restaurantes y cocineros, lo malo des ese momento y lo que conlleva es que habra muchos Fernando Marti, que nos engañaran y nos venderan o intentaran vender lo buenos que son.
P.D. pero solo una vez.

Podemos describir a Ca´nando como uno de los mejores restaurantes de España, en lo que se refiere a la calidad y frescura de sus productos, simplemente inmejorable, estando a toda la altura del "club de los michelines"; carece de carta ya que ofrece lo mejor que ese dia hay en las lonjas de la Comunidad, especialmente en pescados y mariscos, recomiendo dos platos en especial la caldereta de bogavante y la paella de fideos finos con caldo de gambas de Denia, realmente espectacular. Fernando pone todo su empeño en los platos que elabora, para que el cliente se sienta lo mas comodo posible y este disfrute al maximo, ya que lo mas importante en esa casa es el cliente; es un lugar donde lo unico que hay que hacer, es disfrutar del buen momento y del placer de una exquisita comida fundida con el buen gusto. Los vinos estan a la altura para ese tipo de cocina, y a un precio muy razonable, el resto es para descubrir ya que el placer de un buen momento no se puede plasmar en cuatro lineas. Eso si llmar con antelacion ya que solo dispone de tres mesas, minimo uno o dos dias. Animo Fernando un abrazo, para uno de los mejores restaraudores que hay en España

Un local donde la materia prima destaca. Un sitio donde se disfruta comiendo, tanto por la calidad como por la cantidad. Comida sin excesivos remilgos. Me gustó el desarrollo de platos que tomanos, de fríos, templados y calientes, con texturas suaves, medias y más fuertes. Toda la comida acompañada del Impromptu, que dio la talla tanto con las ostras, como al final con la carne. Muy versátil en la mesa, sí señor. Su propietario, Fernando, un enamorado que se apasiona con lo que te ofrece y se involucra con tu opinión. Un gran tipo. Como dice Jose, si vas con prisa, mejor casi ni vayas, porque el festival culinario es largo. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de una comida.

La opción de Fernando Marti es disfrutar cocinando y, como él dice, acabar haciendo amigos a través de su propuesta gastronómica en un local pequeño y coqueto con capacidad máxima para unos 12-16 comensales. La carta de vinos no existe (aunque tiene una cierta selección bien cuidada y pensada para los platos que ofrece) pero el servicio del vino es correcto (copas, temperatura,...). Al mismo tiempo, la propuesta de platos va a estar sujeta cada día a la oferta de materia prima más fresca que pueda conseguir en las lonjas donde se mueve este cocinero, amante de las motos y enamorado de lo "auténtico" de su pueblo y su tierra. Para ir a comer hay que reservar con antelación (al menos el día anterior) y asumir que Fernando te cocinará lo mejor que haya conseguido ese día, expresamente para tí (en nuestro caso fueron unas gambas rayadas de Denia a la plancha y unas almejas de carril, un bacalao al pilpil, una fidegua con ortigillas, un ternasco asado en su jugo con verduritas de temporada y un postre chocolate y carpacio de piña). El no conocer la carta de platos es un riesgo que vale la pena asumir. Mejor ir sin prisas.

Aires nuevos llegan hasta Picanya de la mano de Fernando Marti, alumno disciplinado de Sento.Cocina tradicional a la vez que innovadora, donde prima por encima de todo la materia prima que se busca en la Lonja de Calpe o en las Granjas de Ademuz, cariño y artesania es lo que propone Fernando en un local mas que acojedor, donde el vino esta muy bien custodiado, escasa oferta, pero de calidad adecuada y muy bien servido en coperio adhoc.Pocas mesas, el cliente es lo principal, no existe carta ni tampoco de vinos, la sugerencia siempre viene de cocina, la oferta del mercado manda sobre la demanda del cliente. Es una satisfaccion tener un restaurante tan adecuado en una zona tan especifica como esta y a la vez proxima a Valencia.El precio es altamente razonable, 60€ pax pero sin que nada falte,hasta cafe de seleccion especial para su restaurador.
Suerte y mucho exito Fernando.

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