La opción de Fernando Marti es disfrutar cocinando y, como él dice, acabar

La opción de Fernando Marti es disfrutar cocinando y, como él dice, acabar haciendo amigos a través de su propuesta gastronómica en un local pequeño y coqueto con capacidad máxima para unos 12-16 comensales. La carta de vinos no existe (aunque tiene una cierta selección bien cuidada y pensada para los platos que ofrece) pero el servicio del vino es correcto (copas, temperatura,...). Al mismo tiempo, la propuesta de platos va a estar sujeta cada día a la oferta de materia prima más fresca que pueda conseguir en las lonjas donde se mueve este cocinero, amante de las motos y enamorado de lo "auténtico" de su pueblo y su tierra. Para ir a comer hay que reservar con antelación (al menos el día anterior) y asumir que Fernando te cocinará lo mejor que haya conseguido ese día, expresamente para tí (en nuestro caso fueron unas gambas rayadas de Denia a la plancha y unas almejas de carril, un bacalao al pilpil, una fidegua con ortigillas, un ternasco asado en su jugo con verduritas de temporada y un postre chocolate y carpacio de piña). El no conocer la carta de platos es un riesgo que vale la pena asumir. Mejor ir sin prisas.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar