Restaurante Rincon Gallego en Valencia
Restaurante Rincon Gallego
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos y Lunes.
Nota de cata PRECIO MEDIO:
36 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.3
Comida COMIDA
8.3
Precio medio entorno ENTORNO
5.9
RCP CALIDAD-PRECIO
8.1
Calamar plancha .
Opiniones de Rincon Gallego
OPINIONES
17

Restaurante con una terraza muy acogedora, agradable con una imagen impecable en las mesas. El comedor interior un encanto. Excelente calidad en la comida y muy afortunada la sugerencia del servicio de camareros. Fuimos atendidos por Fátima y su recomendación para elegir el plato fue perfecta junto con el trato. Nos sentimos en casa y en todo momento pendiente para que la velada fuera perfecta. Gracias! Siempre es un placer.

Cierto es que no invita a mucho la zona y si no eres vecino o vas exclusivamente a cenar allí, nuestro caso, raro es que acabes entrando en este pequeño oasis. De hecho, parte de la conversación en la cena fue escudriñar los motivos de montar un restaurante de estas características en una zona así.

Llegamos sin reserva y, de milagro, ocupamos la única mesa libre. El espacio es acogedor, sobrio y no muy grande. A medio camino entre el mesón y el restaurante. Detalles como tener la puerta abierta durante la cena te hacen caer en la cuenta de que estás en un entorno más familiar (cada uno interpreta esto a su manera, aunque lo que nosotros íbamos buscando y juzgaríamos es la calidad de los productos). Mesas dispuestas con las jarritas típicas para beber vino Ribeiro y unos cacaos para ir abriendo boca.

Los hermanos, hijos de los dueños, nos ofrecen una jarra de Ribeiro. Pedimos media, que devoramos rápidamente. Primer detalle que a mí, particularmente, me gusta: para tomar la comanda sale de cocina Paqui, la madre (el nombre lo descubriríamos más tarde). Nos pregunta si es la primera vez y nos ofrece la carta, por lo que sospecho que a la segunda visita no será necesario mirarla. Y así es, porque la carta es, como dirían los futboleros, “cortita y al pie”. Pero no le falta ni le sobra nada y si, además, como yo, eres un indeciso compulsivo, esto se agradece. Raciones (y medias raciones) de Pulpo, Calamar, Pimientos de Padrón, Navajas, Berberechos, etc. Y de principal, básico, pero suficiento: Chuleta, Chuletón y Rodaballo.

Nos advierte Paqui que para dos pidames medias raciones y así hacemos, dejándonos aconsejar en cuanto a la cantidad.

Finalmente: Tres entrantes (medias) a compartir:

Pulpo (12€): Exquisito. Punto justo de cocción. Tal vez excesivo pimentón picante. Y para mí (aunque es una eterna discusión) faltan los cachelos de patata.
Calamar (8€): La estrella de la noche. Calamar fresco servido en aros a la plancha. Sin florituras. Presentación adusta. Pero al probarlo, descubres lo que puede llegar a atrofiar el sentido del gusto las compras en Mercadonas y similares. EXCELENTE.

Pimientos del padrón (4€): Buenos, sin más. Sabes lo que es. Faltó un puntito de picante, pues prácticamente ninguno picó. Pero de sabor muy buenos.

Seguimos con el ribeiro (Media jarra, 3€, Jarra entera, 5,50€), porque fresco es un placer, peligroso, pero agradable. Por este motivo no puntúo el servicio del vino. Tal vez sí que remarcaría que, al parecer, no hay carta de vinos. Sí que pude observar algunas de las referencias de las que disponían, bastante prometedoras, pero, personalmente, lo de no saber qué te va a costar una botella de vino no me gusta.

Como principales pedimos la chuleta (20€) y el rodaballo (20€), que compartimos. Entiendo que en una segunda visita, este restaurante se podrá disfrutar al 120%, ya que nuestro error fue pedir en exceso en los entrantes. El “probarlo todo” nos pasó factura. Hacia el final de los entrantes estábamos bastante llenos y como el servicio es bastante diligente, en 30 minutos ya había salido toda la comida, por lo que la carne y el pescado se nos hizo un poco cuesta arriba, pero cayó, como no podía ser de otra manera.

La chuleta está espectacular, la pedimos al punto y así fue. Tierna, jugosa y con un sabor intenso.

El rodaballo, que no lo habíamos probado nunca, también fue un gran acierto.

Aunque para uno, que es carnívoro, las próximas visitas tienen asignada esa ternera gallega de por vida. En el pescado, y esto ya son manías mías, la textura gelatinosa propia del pez es lo que no me dejó disfrutarla al máximo. Eso y que, como tuvimos que parar un poco el ritmo, cuando realizamos el cambio de plato, yo empecé con la carne, ya se había enfriado un poco. A buen seguro que si lo hubiéramos solicitado nos lo habrían calentado, pero lo dejamos pasar. Ambos platos de guarnición llevaban unas patatas fritas deliciosas, como las de antes. En fin, para qué complicarse la vida si sabes que algo funciona (y creo que podría servir como frase definitoria para el establecimiento, en general).

Para hacer la gracia completa y, aquí sí, tras una pausa, pedimos una tarta de Santiago flambeada (3,50€) a compartir, que nos sirvieron junto a unos chupitos helados de crema de orujo deliciosos (no entiendo por qué dejé de tener siempre una botellita en casa). Dulcísima, hasta el punto de empalagar, más para uno que no es muy de dulce, pero no quita lo deliciosa que estaba.

Finalmente un café (1,40€) y un cortado (1,40€) para acabar.

Al final del servicio salió el chef, Manolo, a interesarse por las mesas. Se agradece, pero se notaba un poco la desgana, más cuando la mayoría de las mesas eran conocidos de la familia. Aunque a la hora de marcharnos sí que tuvimos una conversación agradable con Paqui, que daba muestras de estar muy cansada, pero te hace sentir muy cercano.

La cuenta: 80,10€. .

Buena RCP, sobre todo por la altísima calidad de los productos. Como digo, con lo que pedimos hubo más que de sobra. Tal vez una buena elección para cenar en pareja sea reducir a un entrante y un principal para cada uno o pedir dos-tres entrantes y decantarse por el chuletón para compartir (28€) que se presume bastante más grande que la chuleta (que estaría alrededor del 500gr de peso). Y depende del vino, claro está.

En conclusión: un lugar para quedar bien con quien sea o darse un homenaje fuera de los circuitos “chic” de la ciudad. Si eres carnívoro, seguro que este lugar estará en el podio de restaurantes especializados en Valencia (siempre que no busques cosas más exóticas).

Un aplauso para ellos y a esperar una nueva visita.

Vamos a cenar un viernes mi mujer y yo.

Llegamos y vemos que el local es mas agradable de lo que esperabamos. Manteles blancos, servilletas de tela, bajoplatos, todo acogedor y muy bien preparado.

Tuvieron el detalle de, a pesar de ser solo dos, como no tenian el local lleno al 100%, nos colocaron en una mesa que, inicialmente estaba preparada para 3 comensales, pero estaba mas discreta y mas graciosa que la que en principio nos hubiera correspondido por ser 2 comensales.

En seguida nos atienden y nos ofrecen una cerveza. Mi mujer toma una caña. Como yo soy reacio a la cerveza, me ofrecen una jarrita de ribeiro. La acepto.

Despues de pensar un poco, decido pedir un vino tinto. Me sacan la carta y pido una botella de Pago de Balagueses. Hay dos variedades. Como no entiendo, le digo al camarero que me ponga "el mas suave". El que nos puso estaba bueno.

La verdad es que los comentarios precedentes leidos aquí en Verema me ayudaron bastante a pedir:
-berberechos (extraordinarios)
-pimientos de padron (fenomenales, los seleccionan para que no pique mucho ninguno)
-pulpo a feira (no lleva patatas, pero es uno de los mejores que se puede tomar en Valencia)

y de segundo, un Rodaballo (con mayusculas) para compartir entre los dos (absolutamente perfecto)

Conclusión:Extremadamente recomendable.

Ayer visite este restaurante al que ya le tenía ganas desde hace un tiempo y si algo hay que destacar es la calidad de los productos, tienen una buena materia prima con una correcta elaboración, nada de sofisticaciones.

Tomamos:

-Chorizo criollo, correcto sin más (el más flojo de la comida)
-Pulpo, simplemente espectacular, con el toque justo de pimentón.
-Calamar playa plancha, fresco y muy bueno.

-3 Chuleta de ternera Gallega, de buen tamaño y en su punto perfecto. (se deshacía en la boca).

-2 Tartas de Santiago, que me recordaron cuando estuve en Santiago, con eso lo digo todo.

Para beber nos decantamos por un vino turbio.

Para rematar 3 Gin tonics.

Simplemente un restaurante en valencia para disfrutar de buen a materia prima.

Por poner un pero, no disponen de carta, te "cantan" lo que tienen ese día.

No he podido repasar todos los comentarios, pero he leído 10 12 y todos suscriben lo mismo.
Calidad
Raciones generosas
Servicio Amable
Estilo Casero
Después de 10 años los comentarios son los mismos.
Comida:
Pulpo a Feira: genial
Chorizo Criollo, muy bueno, cuidado con la cebolla porque al estar a la plancha puede repetir, pero deliciosa
Berberechos, calidad de producto
Pimientos de Padrón, auténticos!
Rodaballo..........ummmmmmm..........con la piel churruscadita y con toda su gelatina..... No lo pido en ningún otro sitio.
Chuletón Gallego, acorde con la alta calidad de los demás productos.... esplendido
Vinos: Ribeiro de la casa acertadísimo, bodega no la conozco a fondo pero creo recordar que un hijo tiene conocmientos Sumiller.

Volvimos cuatro amigos el pasasdo viernes a cenar.
Pedimos de entrantes calamar a la plancha, pulpo a la gallega y pimientos, los tres geniales. De segundos dos pedimos carne (excelentes), un rodaballo y un lenguado (buenisimos). Cenamos con el ribeiro de la casa (cojonudo). Por último dos tartas a compartir (tarta santiago flanbeada y tarta de chocolate), y cafes.

El pasado viernae fuimos 5 amigos a comer a este restaurante recomendado por uno de ellos. Pedimos de entrantes unas cervezas, y para picar, pulpo a la gallega, pimientos de padrón y berberechos. Las tres tapas, muy buenas. Para comer, tiene carnes y pescados. Pedimos, lenguados (probé el de mi mujer, expectacular de tamaño, frescura y cocción), rodaballos (igualmente bueno, lo compartieron entre dos personas la ración), y yo pedí chuleta. Tengo que decir, que es la mejor carne que he comido en Valencia junto con el restaurante Araguaney. Para beber nos sirvieron durante la comida un ribeiro muy bueno, y de postre compartimos una tarta de santiago con ron, y una de chocolate. Por último cafes. Creo que relación calidad-precio, excepcional.

Tras 3-4 años sin pasar por RG , nos reencontramos con Paqui y Manolo ayer para comer .
Mesa para tres . Sala prácticamente llena , bien atendidos por Paqui y su hijo Javi . Empezamos con un estupendo caldo gallego ( 2 ) para continuar con tres entrantes para compartir ( raciones muy abundantes , como siempre muy buena materia prima ) : pulpo , calamar plancha y berberechos vapor .
Como plato principal compartimos dos chuletas de grandes dimensiones , muy sabrosas .
A lo largo de la comida nos bebemos un par de jarras de ribeiro . Por lo que observo , poseen armarios conservadores y el coperio es bastante normalito ( no vemos carta de vinos ) .
Como postres caseros elegimos yogurt con nata y dos flanes .
Creo que a lo largo de estos años , no ha perdido nada de calidad . RCP pelin alta ( 40 euros pax ) aunque la materia prima que trabajan no es precisamente barata .

  • Calamar plancha .

    Calamar plancha .

Es la segunda vez que vamos,la carta sigue siendo la misma ,cantada.De entradas tomamos las navajas(buenas),berberechos(exeso de caldo),pimientos de padron ,calamar a la plancha(abundante racion),pulpo,bueno ,pero a mi me gusta mas con patatita,terminamos con 3 potes gallegos(me gustaron).Vino, solo nos ofreciern ribeiro,y los demas prefirieron cervezas Los postres ,muy buenos :tarta de zanahoria y de santiago borracha.RCPbuena.

Grato reencuentro con este restaurante que hacía años que no visitaba.
El local tiene una decoración más de tasca o bar que de restaurante, pero la distribución de las mesas y el mobiliario son buenos, lo que permite un disfrute del espacio y el momento.
Carta sencilla con platos a muy buen precio y de bien elaborados. Presentaciones sencillas pero correctas, con abundancia en las raciones y un servicio atento y esmerado. A destacar el lacón que estaba en su punto perfecto.
La carta de vinos es sencillita, las copas muy mejorables pero tampoco entorpecen al vino. Precios algo elevados pero con alguna referencia interesante que se escapa del conjunto y tiene buena relación calidad precio.

Un lugar para disfrutar con amigos a un precio comedido donde la calidad del producto es más que correcta y los precios ajustados.

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