Restaurante Irreductibles (CERRADO) en Gratallops
Restaurante Irreductibles (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
50,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
50 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.5
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
8.6
RCP CALIDAD-PRECIO
7.6
Opiniones de Irreductibles (CERRADO)
OPINIONES
28

Divertida experiencia, a pesar del dia lluvioso entorno muy bonito y con una decoracion muy original. Platos elaborados con mucha originalidad y sorpresas, el cocinero de origen brazilero ah salido al final para servirnos los petis y preguntar sobre la comida. La atencion muy personalizada y atenta, con carta de vinos muy amplia y diferentes añadas,copas riedel y spiegelau, con opcion de hacer maridaje con cada plato.
El precio muy adeucuado para la calidad de la comida y el servicio, volveremos.

Restaurante informal. Lo de las sillas diferentes es original, pero la mía era incómoda. Nuestra mesa (ese día había 4) junto al ventanal. El sol nos daba de lleno por lo que pasamos calor.
Solo hay un menú (38€+IVA+3€ de pan normalito y cubierto) que nos relató un camarero nada profesional (apenas supo describir los platos y no se acordaba del postre), aunque atento.
Comida para tres. Aperitivo: Aceitunas y un aceitito.
El menú:
Patatas, butifarra y huevo, rodaballo al horno, y un guiso de cerdo con setas (todo bueno). Postre: Una especie de mouse de limón con espuma de horchata.
Para el peque: Unos tallarines y el primer plato de nuestro menú.
Vino: Carta amplia (x2), con inquietudes y centrada en vinos de la zona. Pedimos Coma Vella 2005 (29€ + IVA) perfecto de temperatura. Copas Riedel. Atento a rellenar.
Con el postre el camarero me "pareció" que invitaba a un vino dulce. Nos trajo un Riesling austriaco que hubiera estado perfecto si no lo hubiera servido a temperatura ambiente. Cuando me preguntó le dije que hubiera sido deseable a unos 10º; simplemente se encogió de hombros. Eso si, me cobró 2x6€ por su supuesta invitación.
Precio total: 139,64€ (inc. IVA)

Segona visita a aquest temple de la bona vida.
El nivell de la cuina continua sent alt, sense parafernàlies, cuidant la matèria prima. Com a detall, el tercer plat un corder, em va tocar massa cuit i quedava una mica dur, i el Ricardo me’n va fer una altre tros, ben poc fet, que estava molt més tendre.
El maridatge amb vi va dur sorpreses com un Dido 2001(!), un "introbable" que tenien per allí ja que la Sara Pérez i el René Barbier l’havien estat tastant aquell migdia. També molt bo un Terra d’Hom 2001, un Priorat força desconegut i d’una complexitat profunda.
En definitiva, una de les millors opcions per menjar bé i sorprendre’s amb bons vins al cor del Priorat.
A millorar: el cafè. Ens hi van convidar, però semblava quasi de Melitta...

Ayer probamos el menú degustación, con la opción de beber la copa del vino en función del plato que nos servía. De primero un foie a la catalana, una mezcla de foie exquisito con una capa dulce, acompañado de un Dido joven. Después un arroz negro acompañado con sepia y una garnacha blanca muy afrutada. Para la carne, un vino con más cuerpo, creo recordar que había bastante cariñena, y la carne era muy tierna. Como postre un tiramisú transparente acompañado de una copa de vino dulce Pedro Jimenez del 1927, un final apoteósico. Mezclas muy acertadas de sabores.

El servicio también fue excelente, interesándose el propio chef sobre el plato servido y el vino que lo acompañaba.

Una experiencia inolvidable. Seguro que repetimos.

Domingo para disfrutar de un buen manjar,todo genial (como siempre), saboreamos cada plato de Ricardo: el atún marinado(perfecto), y cada copa servida por René: Odysseus blanco p.x (muy bueno), Primer cubé d’Ariadna (hecho en casa) y un vino dulce que no recuerdo, vuelta a casa con la barriga llena de un buenos recuerdos.

Hace ya algunos meses que fuimos a este restaurante, pero la experencia es inolvidable. En primer lugar el sitio fue espléndido, una especie de antigua granja rehabilitada como restaurante que sorprende tanto en los jardines como en el restaurante interior. El servicio del vino fue extraordinario, y nos animamos a que el menú que tenían fuera con maridaje. El acierto de la sumillier fue increíble con un blanco que ahora nos resulta imposible encontrar (Font de la Figuera blanco) y además pudimos probar unos tintos gracias a una cata que había tenido esa misma tarde (yo un Cims de Porrera). Los licores y vinos dulces también incréibles, y muy bien presentados. El menú fue sorprendente (descubrimos por primera vez la yuca frita, en lugar de unas simples papas), y siempre finalizados por el cocinero en nuestra mesa (acabamos con un dulce consistente en peras al vino como nunca había probado). Todo eso añadido a que esa noche, quizá porque la semana siguiente era puente, estaba el restaurante completamente vacío, sólo estábamos nosotros. El único pero, el precio, pero en realidad la RCP era buena. Si vuelvo, que seguro que sí, por el Priorat, volveremos al restaurante.

Ya no me sorprenden las combinaciones de sabores porque cada vez són más clásicas, elegantes, menos rompedoras. La cocina de irreductibles, sin dejar la perfección técnica, ha ido dejando la innovación para centrarse en el mundo de las emociones. Maravilloso... En el vino, como siempre sorpresas. El servicio, sin parecer profesional, es exquisito.

Es uno de los mejores sitios en los que comí durante mi visita al Priorat. La carta de vinos es excepcional y la comida muy singular. El trato exquisito y la decoración se sale. Si vas al priorat, no dejes de ir a comer o cenar a Los Irreductibles. Por muchos años!

Segunda vez que visito este restaurante, y puedo decir que no será la última!!
Muy bien la fórmula de crear un único menú, a buen precio por cierto,y poder maridarlo si quieres con copas de vino que tienen en perfectas condiciones en su cava!
El menú consta de tres platos mas postre, y los vinos son de ración generosa si se sirven por copas, o en botella completa a precio contenido.

Gran restaurante, magnífica decoración, lugar mágico... un sueño cada vez que voy, Ricardo siempre nos sorprende con pequeños detalles y combinaciones de sabores atrevidos pero sobrios y elegantes. La carta de vinos es un dolor de cabeza, tantos buenos vinos! Recuerdo especialmente un borgogne y un jumilla de ensueño. El único pero es que no descorchen la botella ante ti, lo traen ya en el decantador.. FEO!!

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