Restaurante Alabaster en Madrid
Restaurante Alabaster
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
20,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
69 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.5
Comida COMIDA
8.2
Precio medio entorno ENTORNO
8.3
RCP CALIDAD-PRECIO
7.9
Café de nota
Ricos ricos
Liebre a la royal
Carré fuera de serie
El San Martiño
Aperitivo
Vinos
Mousse de queso, milhojas con piña y fresas con nata
Huevo con patata y carabinero
Lomos de jurel con zanahorias y rabanitos
Chipirones asados con pimientos de Padrón
Buey de mar con tempura de algas
Arroz con bogavante frito
Caballa escabechada con verduras
Huevo con carabinero asado
Carpaccio de gamba roja
Ensaladilla con ventresca de bonito
Brandada y pieles de bacalao
Bizcocho fluido de pistacho con helado de yogurt griego.
Manzana verde, granizado de gin y enebro, helado de manzana verde
Lomo de ternera gallega
Lomos de salmonete al horno
Huevo pochado a baja temperatura, empanado y frito.
Zamburiñas, caldo de pimientos verdes y salicornias
Lengua de ternera lacada con carabinero
Jurel con caldo de salazones
Zamburiña curada en “auga mareira”
Mollejas  glaseadas con trinchado de patata
Bonito asado con jugo de sus espinas y callos
Chipirones salteados con espárragos verdes y mostaza
Lomo de merluza al vapor
Cardo con berberechos y trufa negra
Tosta de sardina ahumada
sardina ahumada
merluza
arroz con pularda
Opiniones de Alabaster
OPINIONES
28

Nueva visita a este lugar de disfrute garantizado, en nuestra opinión claro, y aprovechando el cambio de carta.

Muchos meses hacía desde la ultima visita, demasiados apostillaría, pero como muy bien dice un importante critico: "Es tal el número de aperturas, reformas, que ni aun comiendo, merendando y cenando fuera de casa de continuo, se puede llegar a todas" Y ese es el tema, te obcecas por querer estar mas o menos al día y descuidas aquellos lugares, como este, que tienes suficientemente testado e incluido en tu lista de lugares top.

Primera nota positiva de la experiencia del día de hoy, sería el lleno de todas sus salas, apartados incluidos, nunca vi este lugar tan lleno de público, y cosa destacable, ese importante lleno no ha tenido ninguna incidencia en el funcionamiento de la sala y en el ritmo de cocina.

La segunda nota positiva es la presencia de los dos craks de la sala, Fran y Oscar, que saben manejar la sala con una profesionalidad destacable, aunque ese bien hacer ya viene siendo tan habitual en la casa, que la clientela ya lo da por natural.

De la carta de vinos, que vamos a contar que no se sepa a estas alturas. Sin duda una de las mas completas de la capital. Aquí, hoy, nos inclinamos por probar una referencia que no habíamos probado: Nice to meet you, 2014. Un DO Rias Baixas, formado con tres variedades de uva: treixadura, godello y albariño. Un vino fresco, equilibrado, nos ha gustado y mucho.

Y empezamos el disfrute con el comercio.

- Brandada y pieles de bacalao. Un aperitivo ya clásico en las ultimas visitas. Sigue en plena forma. Igual de apetecible que la primera vez.

- 1/2 Ensaladilla con ventresca de bonito y aceite de chile morita. Muy buena, no es la mejor de las tomadas pero está entre las primeras.

- 1/2 Carpaccio de gamba, huevas de trucha y mahonesa de raíz de capuchina. Plato soberbio, producto muy fresco y con un muy buen sabor.

- 1/2 Caballa escabechada con trigo verde y zanahorias baby. Excelente escabechado unido a un gran producto. Muy buen plato.

- 1/2 Croquetas de cigala con bisquet de cigala. Buen sabor a bicho, y buena construcción de la croqueta. Ni liquida ni densa.

- Cabracho frito, gnocci de patata y suquet de sus espinas. Perfectamente frito, sin gota de grasa.

- Arroz con bogavante frito en harina de maiz. Sencillamente un platazo. Así sin mas. Un fondo pleno de sabor a mar, potente pero adictivo. Como diría un afamado chef, un fondo con mucho fundamento.

- Semifrio de limón, gel de galanga, merengue y crumble de jengibre. Correcto postre.

Cafés con hielo y una mas que agradable charla con los craks de la sala, suponen el cierre a la visita, a la que seguirán mas pero no con tanta distancia temporal entre ellas.

Restaurante en la cresta de la ola en Madrid. Disponen de un salón con ambiente vanguardista muy agradable con suficiente separación entre mesas y algún reservado. Música de fondo sin molestar.

Servicio muy agradable y simpático. El maitre y la camarera siempre atentos con nosotros. Buen ritmo entre platos.

Carta bien equilibrada, no especialmente larga pero de las que “enganchan”. Varía frecuentemente según mercado aunque no faltarán algunos de sus clásicos. Buen balance entre tradición y vanguardia, primando el excelente producto de origen gallego. Presentaciones muy cuidadas y en nuestro caso con raciones a compartir verdaderamente generosas.

Un único pan negro durante la cena.

Cena para 2 personas:

Entrantes:
- Tartar de mújol: Un detalle de la casa muy original y conseguido. Taquitos de pescado cortados a cuchillo sobre láminas de pepino encurtido. Buen comienzo.
- 1/ 2 Sardinas ahumadas sobre tostas de queso de Arzúa, tomate y cebolleta: Un par de soberbios lomos de sardina: ligeramente ahumadas y muy limpitas de piel y espinas. Altamente recomendable este clásico de la casa.
- Guisantes lágrima con jugo de sus vainas y chipirones: Plato fuera de carta que nos hizo levitar por minutos. Los guisantes “al dente”, el jugo con textura cremosita y los chipirones ligeramente “planchados”. Uno de los mejores platos que hemos probado en los últimos años.
- Colmenillas, crestas y huevo: Las setas y las crestas de gallo guisadas sobre un huevo frito. Además el plato se redondeó con unas vainas de tirabeques que aportaban frescor al plato. Otro acierto sin duda.

Segundos:
- Picantón celta: Pollo de una raza que se está recuperando en Galicia. Presentado con una salsa ligadita a base de jugo de clementinas y albahaca, aceitunas y espárragos trigueros. Buen punto de la carne, prieta pero jugosa, y esa salsa de rechupete…
- Merluza de pincho al pil-pil de lima limón y espinacas guisadas: El plato estandarte de la casa que no puede dejar a nadie indiferente. Buen lomo de merluza fresca, con la carne “elegante” y en su punto. Ese magnífico pil-pil tan original con esas espinacas de locura. Disfruté de lo lindo.

Postres:
- 1 x Milhojas con merengue casero, fresas y fruta de la pasión: Milhojas bien horneado y agradable contraste del merengue con las fresas (no fresones) y pulpa de la fruta de la pasión. Hacía años que no tomaba un merengue tan delicado como el de anoche.
En la sobremesa, algunas chuches por parte de la casa, como una gominola de mango, bizcocho y un chocolate de muerte.

En cuanto al servicio del vino, buena carta de la que se echa en falta mayor protagonismo internacional. En cualquier caso, la oferta es más que suficiente y va al ritmo de las novedades del mercado nacional. Precios razonables. Pedimos un valor seguro: Pazo de Señorans Selección de Añada 2008 (44€), servido a temperatura impecable y con copas Riedel. Atentos a rellenar sin agobiar. Con los postres nos invitaron a un excelente moscatel de Jorge Ordóñez: Nº 2 Victoria.

Cuenta final: 174.60€ (incluido IVA, pan/servicio a 3.80€ por persona y el vino).

Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría un entrante, un segundo y postre, sin bebidas.

Tocaba tapeo este lunes y esta calle Montalban esta muy interesante. Fuimos a la zona de mesas altas de la barra y allí nos acomodamos. Echo en falta una carta de vinos por copas...
Pedimos una manzanilla de Williams Humberto y cayeron 2 por persona.
Por atención de Óscar, conocido de una de las comensales, nos llevaron unas croquetas de cígala. Ricas.
El resto fue:
& pulpo braseado con una rara raíz de sabor parecido al rábano. El pulpo bien pero el acompañamiento no me dijo nada
&steak tartar . Rico y bien aliñado

Lo peor... Que habíamos pedido medias raciones y yo pensé que eran bastante generosas.. Pues bien al ver la cuenta que ascendió a 80 euros nos dice el camarero que había puesto enteras porque pensó que era poco para 4. Feísimo detalle.
No tengo suerte en este sitio.. Y van dos..

Un viernes por la noche en la capital, y la plaza llena (a rebosar) dentro y fuera. Eso quiere decir muchas cosas del restaurante Alabaster. Está en boca de todos, en prensa escrita y digital, en video, en combinación ganadora para que se obtengan premios.

Para ello hay que dar un tirón en cocina y en sala, potente, y realizar un trabajo más que acorde de sumillería, con gente joven y con ganas.

Oscar y Fran se esmeran trabajando al máximo dentro y fuera de la sala, así pues el resultado fue el esperado y con ese remonte que yo tenía ganas.

Los platos salieron medidos de cantidad, con muy buena presentación, productos de calidad, texturas correctas y temperatura adecuada, sin fallos. Podemos darles formas visuales diferentes, pero eso ya son pruebas de equipo y de menú.

Comenzamos con aperitivos de olivas y piel de bacalao crujiente para "dipear" la clásica brandada de bacalao (muy jovial, algo salada), y una copa de Champagne Barón Fuente y de Fino en rama. Un 9 de armonía.

No puedo decir nada de las croquetas de cigalas......sin palabras y de un bocado.

Nora de Neve con Albariño y madera fina y, Tega do sal (Treixadura de Viña Mein), son los vinos que nos acompañaron para disfrutar de espárragos blancos de altísima calidad y un caldo que nos recuerda Dashi, y después, Los recién llegados guisantes del Maresme con chopitos, un plato para untar por su cremosidad. Un 9,5 en armonías, texturas y combinación de sabores.

Empanadilla con verduras (habitas) que sabía a la empanadilla de mi abuela (muy crujiente), y el huevo frito con tirabeques y colmenillas, siguieron acordes para ir levantando al público del asiento. Un 8,5 con textura y temperatura y sobre todo sabores equilibrados y sabrosos. Al plato del huevo, le añadiría un puré de presentación, muy suave y con el huevo y puntillitas en mejor visual.

El pescado de día que fue acorde en jugo, bien marcado y con puerro, fue Brótola. Calidad y presentación suave, muy blanca, con sabor y textura carnosa. Un 8

De postre un perfecto Coulant fundente de ......vayan ud. al restaurante y descubran este postre de lujo,....ad hoc

Tenia ganas de visitar este restaurante y por fin se presentó la ocasión. Me ha gustado el local y la decoracion aunque teniamos al lado una mesa de 10 personas y el jaleo era considerable. Me sorprendió que estaba lleno e incluso doblaron alguna mesa a pesar de ser lunes.
El servicio muy muy atento y profesional.
No me gustó que nos tuvieran sin vino hasta justamente antes de traer el primer plato y eso que les avisamos que no tomariamos aperitivo y que iriamos directamente al vino.
Nos sirvieron como aperitivo unas cortezas de piel de bacalao tan de moda con una brandada donde untarlas. Ricas aunque demasiado saladas.
Para comer compartimos:
• Sardina ahumada. Tenia grandes expectativas puestas en este plato tan comentado y quiza por eso me defraudó por completo. La sardina mal desespinada y el tomate y el queso apenas presente en cantidad y en sabor ya que va sobre una especie de galleta dulzona que enmascara todos los demas sabores. Decepcion total.
• ½ racion de Zamburiñas fritas con mayonesa de soja. Tampoco me parecio nada del otro jueves. 4 pequeñas piezas con un basto rebozado como de pan rallado sobre una porcion de mayonesa imperceptible. Otra decepcion
• ½ racion de menestra. Tampoco me gustó. Buena variedad de verduras pero la salsa demasiado espesa haciendo el plato algo pesado.
Como principales mi acompañante pidio mollejas que comentó que estaban bien.
• Salmonete con verduras. Generosa racion de 2 buenos lomos de salmonete sobre unas verduras al vapor que eran practicamente las mismas de la menestra. Buen producto pero no era un plato para nada complicado en elaboracion
Finalizamos con una tabla de quesos para terminar el vino. La tabla presentaba 5 quesos poco originales EMHO. Un brie, un tipo camembert, manchego, Comte y Roquefort. Bien sin mas.

Lo mejor de todo, el vino. No lo habia probado y me entusiasmó. Forlong. Un tinto de Cadiz muy rico. No recuerdo la añada.

No sé cuanto se pagó .
En resumen, algo de decepcion general. No me entusiasmo nada de la comida. Ingredientes de calidad pero poco mas y creo que ademas debe ser carillo. No creo que vuelva

Otra vez en este lugar, llamado a obtener importantes reconocimientos, para cuya obtención, le sobran cualidades, en mi opinión, claro.

En esta ocasión, acudimos acompañados de dos importantes blogeros, de amplia trayectoria y de reconocido prestigio.

Amplia y muy agradable conversación, casi cerramos el restaurante, que nos permite descubrir dos personas de verbo fácil, ameno, sencillas, como se diría en otros lares: Buena gente.

A estas alturas hablar de la bondad de la cocina y de la sala de Alabaster, sobra, máxime sabiendo que es uno de mis sitios top, uno de mis sitios de especial predilección.

La ingesta de hoy, ha quedado configurada de la siguiente manera.

- Sardina ahumada con queso de Arzua sobre tosta. Plato ya clásico en la casa y que hay que degustar, si o si.

- Zamburiñas fritas con mahonesa de soja. Otro clásico que goza del aplauso general.

- Puerros con arenque. Preparación elegante, muy agradable.

- Fabas de Lourenzá con almejas. Apenas una pequeña cantidad para realizar una cata. Plato desconocido para mi, después de haberlo probado no entiendo el porqué no lo he pedido anteriormente. Impresionante. Por calidad y sabor no tienen nada que envidiar a las similares de prestigiosos restaurantes asturianos,

- Merluza al vapor con mahonesa de lima-limon y espinacas guisadas. Otro de los platos top de este restaurante. Ni nosotros ni la mayor parte de su clientela, nos cansamos de este platazo.

- Dorada con calabaza. No recuerdo la composición completa del plato, pero según me cuentan, plato agradable.

- Rape frito, arroz de berberechos y espárragos de mar. Impresionante plato, calidad y punto del rape. Rotundo sabor a mar del arroz.

- Manzana, gratinado de gin y enebro. Refrescante punto final a esta comida.

Siguiendo los consejos de los integrantes de nuestra mesa, optamos por solicitar un maridaje acorde con los platos solicitados, dicho maridaje queda constituido por:

- Venta D'Aubert, viognier 2006
- La Fanfarria
- Vino rancio Sereno
- Villard expresion reserve 2012
- Fleurs D'Erables - Les Sablonettes.

Correcto maridaje, buen resultado global.

Como resumen, buena experiencia global, excelente cocina y sala, y un acompañamiento de lujo.

Nueva visita, una vez retornados de sus vacaciones, y una nueva y muy buena experiencia. Han vuelto en plena forma.

El ya tradicional y conocido buen servicio de sala, hoy estaba comandado solo por Oscar, pero no pasa nada, el se ha bastado y sobrado para manejar una sala que ha terminado prácticamente llena.

En el capitulo bebercio, hoy hemos probado un Godello sobre lías que no conocíamos, de nombre Vel'uveyra, que nos ha sorprendido muy gratamente.

En el capitulo comercio, y después de un notable aperitivo, consistente en unas tiras de piel de bacalao frito acompañado de una crema de chocos. Nos hemos decantado por

- Zamburiñas curadas en Agua Mareira con un caldo de pimientos verdes y salicornias. Buenos ejemplares, tiernos, sabor a mar, y un caldo suave que no impide apreciar el sabor de las zamburiñas.

- Huevo pochado a baja temperatura, empanado y frito posteriormente pero manteniendo su yema liquida, acompañado de un fondo de caldo de ternera y setas salteadas (plato fuera de carta). Platazo, si hay opción, es plato a pedir, si o si.

- Lomos de salmonete al horno, desespinado, con unos cuadraditos de patata como acompañamiento (plato fuera de carta). Generosos lomos, intensisimo de sabor, efectivamente ninguna raspa, plato para repetir.

- Lomo de ternera gallega, fileteada, con patatas y mostaza (plato fuera de carta). Excelente producto, mostaza no excesivamente fuerte que acompañaba muy bien a la carta.

- Manzana verde, granizado de gin y enebro, helado de manzana verde. Postre ya conocido, pero que sigue siendo un postre espectacular.

- Bizcocho fluido de pistacho con helado de yogurt griego. Nuevo postre, que rompe con la tradición de presentar el fluido de estos bizcochos, solo en versión chocolate. Buena idea y buen resultado.

Cafes con hielo, con sus petit fours correspondientes, ponen fin a otra buena experiencia. Volveremos.

  • Bizcocho fluido de pistacho con helado de yogurt griego.

    Bizcocho fluido de pistacho con helado de yogurt griego.

  • Manzana verde, granizado de gin y enebro, helado de manzana verde

    Manzana verde, granizado de gin y enebro, helado de manzana verde

  • Lomo de ternera gallega

    Lomo de ternera gallega

  • Lomos de salmonete al horno

    Lomos de salmonete al horno

  • Huevo pochado a baja temperatura, empanado y frito.

    Huevo pochado a baja temperatura, empanado y frito.

  • Zamburiñas, caldo de pimientos verdes y salicornias

    Zamburiñas, caldo de pimientos verdes y salicornias

Sin duda Alabaster nació con las ideas muy claras. Lo cual se nota en la solidez y rumbo que se está consolidando alrededor de este proyecto. Desde un primer momento, se notó la presencia en sala y en la gestión de la bodega de Oscar Marcos y Fran Ramírez. Luego la cocina ha ido mejorando hasta alcanzar un nivel muy satisfactorio. Alabaster es de esos lugares donde lo importante es la cocina y no tanto el cocinero. No se menciona su nombre en la web, ni se hace publicidad alrededor de él. Lo esencial es lo que sale de ella. El restaurante por encima de todo. En el día a día de la cocina está Antonio Hernando y en la dirección gastronómica el estrellado Iván Dominguez del Grupo Alborada.

La influencia del Grupo Alborada se expresa en la abundante representación del mar que hay en los platos más gastronómicos y en la mano de Iván Domínguez que marca esa línea más gallega. Estamos ante una cocina de producto fundamentalmente gallego, que se completa con propuestas de temporada como la caza, las setas y ciertas verduras.

Oscar Marcos nos ha configurado sobre la marcha una especie de menú degustación que nos permite saborear la línea más creativa de Alabaster. Productos del mar que refuerzan su componente marina a través de salsas (pepino yodado en el salmonete) y acompañantes (algas y hierbas del litoral con el jurel). Se nota otra tendencia hacia combinaciones de mar y montaña como en las sepietas con escabeche de níscalos ó la lengua con carabineros.

Tras un primer aperitivo de pieles de bacalao y brandada, el segundo es la ensaladilla con bonito escabechado y ajada gallega. No soy muy entusiasta de este entrante pero el bonito resultaba destacable y la ajada hacía subir el tono del plato otorgándole un poco de punch.

Comenzamos en serio, a partir del jurel curado en sal con ensalada de algas y hierbas del litoral. Una muestra de cómo convertir un pescado azul humilde como el chicharro en un plato de un restaurante de nivel. Su sabor se potencia a partir de las algas y de las hierbas de manera sútil sin enmascararlo, además destaca la textura conseguida tras un acertado tratamiento.

Fuera de carta, ya que entiendo que es un producto del que no siempre se dispone, las sepietas (sepionets) con níscalos escabechados y espárragos. El plato de mayor riesgo ya que el escabeche podría llegar a ser el único protagonista. En este caso, respeta el sabor y la mantecosidad del pequeño cefalópodo que casaba de miedo con la acidez del escabeche. Setas y espárragos le aportaban además un punto de textura más terrosa. Sin duda, para repetir con frecuencia.

Me declaro fan incondicional del salmonete, y si es del Cantábrico ó del Atlántico, mucho mejor. En este caso se presenta asado y acompañado con crema de pepino yodada, patata y ajada. Dos generosos lomos tratados en el horno de vapor (muy buena textura, temperatura mejorable) y una crema que aportaba un punto de frescor amargo y cierta salinidad. La patata y la ajada ambas de presencia tenue remataban un plato muy equilibrado que destacaba claramente a su protagonista. Podría ser un plato de casi cualquier estrellado.

Una pieza de ternera no muy habitual en los restaurantes es la lengua, y más formando parte de una combinación donde se reparte protagonismo con carabinero y chantarellas. Tres salsas que se combinan entre sí, la propia de la carne, la proveniente de saltear las setas y por último los jugos yodados que se extraen de la cabeza del carabinero. En boca los sabores se escalonan, pasando primero por los tonos marinos y acabando por el fondo carnívoro. Las chantarellas con su personalidad terrosa balancean la potencia del crustáceo. Sabroso, plato de esos que adjetivas como indudablemente rico. Posiblemente la lengua ganaría con un menor punto de asado.

Los postres tienen un perfil bastante más clásico, sin buscar una línea de clara distinción gastronómica. En mi opinión por debajo del mundo salado. Únicamente se realizan guiños a nivel de ingredientes para aportar una perspectiva algo diferente a postres muy clásicos. Por ejemplo, una creme brulee con haba tonka, combinación muy acertada para dotar de cierto amargor a un postre que parte de un elevado grado de dulzor. Notable.

El foundant de pistacho y helado de yogur resulta perfecto en su técnica. Al romperlo, se desborda automáticamente de forma fluida. La profundidad y el gusto del fruto seco se corta cuando se mezcla con la acidez del helado de yogur. Buena aleación a la cual le falta un punto de chispa en su textura. Correcto.

Dejamos que la sala eligiera los vinos en función de los platos. Junto con el aperitivo una Manzanilla Xixarito pasada en rama de Bodegas Barón, y un Fino Tío Pepe en rama. A partir de aquí un Sauvignon Blanc Burdeos Pezat 2013 , el proyecto de Bodegas Marañones para recuperar la variedad tinta Morenillo de Madrid denominado Darío 2013 (de maravilla con el escabeche de níscalos), un tinto de la Ribeira Sacra (mencía y loureiro), Fedellos do Couto de la bodega A Lombre dos Ares 2013 y otro tinto especial en concreto el For Long 2012 (tintilla de Rota y otras) de V.T Cádiz. Acabamos con un Fleur D’Erable Chenin Blanc, cuya acidez recordaba notas de manzana.

En definitiva un restaurante que cuida todas sus aristas, la bodega (siempre con peculiaridades), una sala cercana al cliente pero que al mismo mantiene la distancia mínima y una línea gastronómica en torno al producto (no se escatima) y a unas elaboraciones cada vez más cuidadas. Todo provoca el afianzamiento de Alabaster como una de las grandes mesas de Madrid en el apartado de “clásicos renovados” (permítanme la licencia).

Alabaster: UN restaurante íntegro en crecimiento.
Post completo en: http://www.complicidadgastronomica.es/?p=5381

Puntuaciones: Entorno, Servicio Y precio 8,5. Comida: 7,75

Parece casualidad que coincidan en el mismo local la cata de despedida del verano y la primera tras las vacaciones, pero no lo es tanto si tenemos en cuenta que Alabaster es ya un fijo en nuestros eventos porque aquí encontramos todo lo que le pedimos a un gran restaurante, cocina sencilla y de producto impecable, sala cómoda y espaciosa y un personal amabilísimo y formado, que nos da siempre muchas facilidades para todo. Si además añadimos que habitualmente nos dan la oportunidad de disfrutar de sus magníficos reservados, con lo cual tenemos una mayor privacidad, pues miel sobre hojuelas que suele decirse.

Poco ha variado con respecto al comentario anterior, pero como nos presentaron algún plato nuevo de la temporada pues hemos decidido subir otro distinto, quedando el menú como sigue:

Zamburiña curada en “auga mareira”
Chipirones con espárrago verde a la mostaza
Jurel con caldo de salazones
Lengua de ternera lacada con carabinero
Merluza de pincho al vapor con pil-pil de lima limón y espinacas guisadas
Milhojas de crema pastelera

Las zamburiñas estaban sencillamente deliciosas, levemente cocinadas con esa agua de mar tratada de la Ría de Arosa. Los chipirones fueron una repetición del anterior menú pero no nos importó en absoluto, pues están fantásticos y sobre todo, muy delicados. El jurel nos hizo levitar, tratamiento inmejorable de punto, sabor y textura, imposible extraer más de un pescado humilde por su coste pero grande por su sabor. La lengua era otra de las novedades y de nuevo un triunfo, sabor y melosidad con esos primeros rebozuelos y la cabeza del carabinero rematando, constituyendo un plato de mar y montaña memorable. La merluza la pedimos fuera del menú y es que es imposible resistirse a este plato, como ya hemos comentado en anteriores ocasiones es la mejor merluza que se puede tomar hoy por hoy en Madrid. Y esta vez el postre destacó más que en ocasiones anteriores, un hojaldre jugoso y de perfecta ejecución, con una delicada crema de relleno. Excelente menú de principio a fin.

Desde luego que la opinión de todo el grupo fue unánime: la vez que mejor hemos comido en Alabaster y no es casualidad porque es algo que decimos cada vez que nos dejamos caer por aquí, es una casa en continua progresión.

La cata esta vez era de grandes Champagnes viejos, la segunda de las tandas que realizamos y en la que disfrutamos de los siguientes vinos:

Pol Roger Cuvée Sir Winston Churchill 1995: apabullante y más en un año del nivel del 95, fuerza, complejidad, longitud, todavía joven. Arrasa. [9,5/10]

Dom Perignon 1993: en su momento, delicado y complejo, redondo, equilibrado, elegante, muy buen año en esta Cuvée. [9,4/10]

Perrier Jouet Belle Epoque 1988: el vino más maduro de la cata pero para nada cansado, vinoso, con peso, complejo, elegante. Preciosa botella. [9,1/10]

Louis Roederer Cristal 1983: absolutamente delicioso en todas sus fases, perfecto en estos momentos, esférico, profundo, legendario. ¡Un clásico! [9,7/10]

Bollinger Grande Année 1979: el estilo Bollinger en toda su esencia, fuerza, acidez, complejidad, juventud, verticalidad. Enorme botella. [9,7/10]

Laurent Perrier Cuvée Grand Siecle (años 70): de menos a más, todo un caballero más cercano ya a un gran blanco viejo que a un espumoso. Excepcional. [9,3/10]

Krug Reserve Private Cuvee (años 50/60): rareza brutal, el antecesor del Grande Cuvée. El arte del ensamblaje en su máxima expresión. Multidimensional, largo, lleno de matices, muy grande. [9,7/10]

Se sirvieron además a ciegas un viejo Vermut Gancia Rosso, un Cava Gran Juvé i Camps Gran Reserva 1998 y un rarísimo Torres Sangre de Toro Abocado 1953, un vino que nos descolocó. El Cava resultó más sencillo de ubicar.

Como siempre, todo fueron facilidades por parte de la casa para realizar la cata, un servicio de primer nivel comandado por Oscar Marcos, esta sala funciona como un reloj y es una de las mejores de Madrid por puesta en escena y servicio. Trasiego de platos y copas sin fallos y con una cadencia perfecta. Además echamos un vistazo a la bodega y cada vez van llegando nuevas adquisiciones, en especial de zonas como Borgoña, Burdeos o Champagne. Una de las cartas de vino más interesantes de la capital en este momento.

Así pues, vuelta del verano por todo lo alto con cata de míticos Champagnes en Alabaster, un restaurante en el que cada vez que vamos notamos progresión, dentro de un nivel muy elevado en la actualidad. Tal y como señalamos en nuestro anterior comentario, claros candidatos a “Estrella Michelín” este próximo otoño. Por cierto, por el menú con el suplemento de la merluza cobraron 55 euros, una RCP excepcional. Volveremos sin ninguna duda, bien a la barra, bien a comer o bien a celebrar nuevas catas. En Alabaster estamos muy a gusto.

  • Lengua de ternera lacada con carabinero

    Lengua de ternera lacada con carabinero

  • Jurel con caldo de salazones

    Jurel con caldo de salazones

  • Zamburiña curada en “auga mareira”

    Zamburiña curada en “auga mareira”

Una vez al año tenemos la fortuna de participar en una cena especial organizada por los que probablemente son los dos mayores especialistas que hay en España en dos de nuestros vinos preferidos, los Jereces y los Barolos, además de con otros amigos, cena que este año realizamos en Alabaster, uno de los restaurantes más en forma que tenemos actualmente en Madrid. Sus estupendos reservados son perfectos para un evento de estas características y de hecho estuvimos muy a gusto en uno de ellos, cómodos y a lo nuestro. Nos prepararon un menú ex profeso con algunos clásicos del local y otros platos de nuevo cuño.

Sardinas ahumadas en tosta con queso de Arzúa, tomate y cebolleta
Vieiras con puré de coliflor y algas
Zamburiñas fritas con mahonesa de soja
Croquetas de cigala
Chipirones salteados con espárragos verdes y mostaza
Bonito asado con jugo de sus espinas y callos
Merluza de pincho al vapor con pil-pil de lima limón y espinacas guisadas
Mollejas glaseadas con trinchado de patata
Bizcocho de canela y helado de vainilla

La tosta de sardinas es ya todo un referente, maravilloso producto, ese queso tan ligero, el tomate…un delicioso bocado. Las vieiras delicadas y muy frescas, esas chispeantes y crujientes zamburiñas fritas, las pequeñas y melosas croquetas, unos chipirones de primera ligeramente salteados, el bonito sencillamente excepcional por producto y preparación y la merluza que es probablemente la mejor que se puede comer en Madrid en estos momentos, un plato de elevadísimo nivel. Solo estuvieron un poco por debajo las mollejas y el postre, pero no porque no dieran la talla sino porque los otros platos estaban claramente por encima. La cocina atlántica de Alabaster tiene su fuerte más en los pescados más que en las carnes, eso sin duda, pero lo que está claro es que en esta casa se come cada vez mejor, gran producto, finura, frescura y mucho esmero en sus preparaciones. Alta cocina basada en un producto selecto.

Para beber nos pegamos un festín de los que hacen época dividido en varias partes:

Manzanilla Amontillada Viejísima Misericordia [9,8/10]
Manzanilla Amontillada Viejísima 1/3 Sanlúcar Viejo [9,8/10]
Manzanilla Amontillada Vieja 1/10 Sanlúcar Viejo [9,6/10]
(Futura Bota 61 de Navazos)
Manzanilla Amontillada 1/109 Sanlúcar Viejo [9,5/10]
(Próxima Bota 58 de Navazos)
Manzanilla Pasada 1/41 Misericordia [9,4/10]
Manzanilla I Think, Saca de Junio de 2015 [9,2/10]
Fino Navazos En Rama, Saca de Mayo de 2015 [9/10]

6 portentosas manzanillas de La Guita, formando las cuatro primeras parte de una colección de la tan solo se embotellaron 4 botellas para Pitu Roca. El orden fue de mayor a menor edad y un acierto total. Vinos legendarios, emocionantes, salinos, complejos, con una clase absolutamente sobresaliente y cortados por el mismo patrón elegante y mineral que es capaz de otorgar el pago de Miraflores. El Fino para terminar la serie aviva, refresca y prepara el paladar para la fase de los Barolos. Pocas veces hemos podido probar una serie tan portentosa de amontillados y manzanillas. ¡Viva la flor!

Roberto Voerzio Barolo Riserva 10 Anni “Fossati-Case Nere” 2003
[9,5/10]
Roberto Voerzio Barolo Riserva 10 Anni “Fossati-Case Nere” 2004
[9,7/10]
Roberto Voerzio Barolo Riserva 10 Anni “Fossati-Case Nere" 2005
[9,3/10]

El vino más novedoso del maestro Roberto Voerzio, uno de los puntales del Piamonte. Mezcla de dos pagos de La Morra y que sale al mercado a los 10 años, vino del que solo se han realizado 3 añadas que pudimos disfrutar juntas. El 2003 más abierto y accesible ahora, el 2004 tremendo de fuerza y estructura pero para unos cuantos años y el 2005 un poco a caballo entre los dos. Un vino sencillamente memorable.

Pio Cesare Barolo 2008 [8,8/10]
Pio Cesare Barolo 1978 [9,2/10]

Dos Barolos del gran Pio Cesare con 30 años de diferencia, los viejunos de este productor están entre los mejores Barolos que hemos probado, recordando de forma especial un 61 y sobre todo un 55. Este 78 mantiene esas líneas de sobriedad y clasicismo. Los actuales son más modernos de concepción.

Luigi Pira Barolo Vigna Rionda Riserva 2007 [9/10]
Massolino Barolo Vigna Rionda Riserva 2001 [9,4/10]
Ester Canale Rosso Barolo Poderi dell'Antica Vigna Rionda Vecchie Vigne 2011 [9,7/10]

Tres Barolos del mítico pago “Vigna Rionda”, uno de los mejores históricos de la zona, tres estilos y tres añadas distintas. Pira es el más moderno y sufría en comparación con los otros dos, Massolino manteniendo esa soberbia calidad de los vinos de este enorme productor y en excelente añada y por último destacar esa maravilla elaborada por Ester Canale Rosso con las viñas del mítico Collina Rionda de Giacosa, quizá el mejor Barolo de todos los tiempos. Nos dejó alucinados por su delicado perfume y su poderosa estructura, probablemente el mejor Barolo joven que hemos probado hasta el momento.

Maria Teresa Mascarello Barolo Chinato [9,1/10]
Jerez-Quina Navazos-Palazzi [9,2/10]

Dos verdaderas rarezas “ilegales” para continuar, ese Chiniato de Mascarello es una joya con un precioso perfume y una enorme frescura y el Jerez, que forma parte de una criadera del Cream Viejo de Navazos. Dos auténticas maravillas llenas de autenticidad.

Pérez Barquero Pedro Ximénez Solera Fundacional 1905 [10/10]

Y para finalizar, este PX de la Solera Fundacional de Pérez Barquero, bajo nuestro punto de vista el mejor de todos los que conocemos en su paso por boca, mostrando un perfecto balance entre vejez y frescura, denso pero amable, largo y persistente como pocos vinos en el mundo, no se nota apenas para nada su elevado grado de azúcar. Uno de los grandes vinos dulces del mundo.

Servicio de vino y platos perfecto, cambio de copas continuo, todo facilidades en una mesa tan especial como la nuestra, está claro que la sala es uno de los puntos fuertes de Alabaster, a cargo de dos profesionales de primer nivel como son Oscar y Fran en una noche bastante ajetreada para ser un lunes con el local lleno. Sin duda un atractivo más para visitar esta casa que si analizamos en su equilibrio entre sala, cocina, carta de vinos y ambiente podemos decir que está a la altura de lo que la guía roja exige en Madrid para otorgar su primera estrella, algo que no nos sorprendería que lograran este mismo año. Hoy por hoy indudablemente situamos a esta casa entre las buenas mesas de la capital. Muy recomendable.

  • Mollejas  glaseadas con trinchado de patata

    Mollejas glaseadas con trinchado de patata

  • Bonito asado con jugo de sus espinas y callos

    Bonito asado con jugo de sus espinas y callos

  • Chipirones salteados con espárragos verdes y mostaza

    Chipirones salteados con espárragos verdes y mostaza

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