Aromático, complejo y delicioso

Encantadora la presentación de este orujo, desde la caja que tiene maneras de lujoso y elegante cofre, hasta el diseño de la botella: muy acertada, para empezar, por su tamaño (los 50cl), y para seguir por la sencillez de sus líneas, su corcho y su etiqueta limpia en formas y con ese guiño marítimo tan sugerente.

En nariz es muy aromático y complejo, muy fragante, por encima de la media de los orujos de zonas muy afamadas. Notas de higo seco conjugadas con cáscara de naranja confitada y pomelo rosa, flores blancas. Tostados "muy bonitos" que se mueven en la línea del caramelo, del toffee y que, en ciertos aspectos, también recuerda al café. Recuerda de alfajor de cacahuete, por esas notas de miel, tostados y frutos secos. Intenso, a la vez que fresco, por los apuntes cítricos... Preciosa paleta aromática, más compleja de lo esperado para un orujo puro, que no lleva maceración alguna de yerbas o frutos.

En boca, es seco, muy gustoso. El alcohol hace que rápidamente se reproduzcan, por la vía retronasal, todos esos aromas que se han apreciado en nariz, que vuelven ahora a estar en boca, como la cáscara de naranja confitada, el azahar, los higos secos, los frutos secos y los tostados de caramelo, la miel. Es muy gustoso y delicado, a pasar de los 40 grados: es un orujo que podría considerar fino y elegante. El alcohol, aunque, por supuesto, está muy presente con esa alta graduación de destilado (como no podría ser de otra manera) es un magnífico vehículo aromático que eleva, amplia y alarga los aromas en boca y, por otro lado, no deja ninguna sensación de quemazón. Magnífico orujo.

Como maridaje, propondría una combinación basada en un vasito pequeñito de este magnífico orujo, muy frío (entre 4-5º de temperatura) al lado de un cuenquecito con gazpacho de fresas para ir dando sorbitos de orujo de vez en cuando... una delicia... Y de postre, lo imagino delicioso bien frío, junto con un bien helado de tutifruti o un sorbete de naranja.