¡Qué suerte la mía!

Porque alojarse otra vez aquí es un gran gusto. Esta vez en una habitación doble del 1er piso, pero al ser entre semana ningún ruido extra me molestó.

Habitación perfectamente equipada, amplia y cómoda, baño estupendo con ducha y abundantes adminículos de aseo de calidad. Cafetera, kettle y botella de aguda de cortesía, mini bara muy bien surtido.

El desayuno servido en el precioso salón tipo cúpula, completo y apetitoso hasta el más mínimo detalle, con petición de platos calientes según carta y elaboración en el momento. Personal profesional y muy amable.

Sigue siendo mi opción preferida en mi ciudad de origen.