Por cierto, su pretendida lucidez en el segundo artículo, no es más que un odio

Por cierto, su pretendida lucidez en el segundo artículo, no es más que un odio extremo que lleva acumulado de años... ha contado su "historia de amor" con Ferrán Adriá. Sólo un loco dice que un ser humano es Dios. Todos los que lo dijeron en la Historia, sea de ellos mismos o de otros, cayeron en desgracia.

Si con 18 años sólo le gustaba el foie y los macarrones, ¿ cómo a los 20 se pone a escribir sobre gastronomía por mucho que su abuela regentara el Semon ? Que su abuela sepiera del tema, no significa que él supiera (por mucho que mames de pequeño la gastronomía, hay gente que mama toda su vida algo y nunca es buen profesional de ello). Supongo que dicho enchufe junto a su lameculismo a F.A. es lo que le dio "plaza" en el citado periódico para empezar a escribir de lo que no sabía (al que sólo le gusta el foie o los macarrones no está facultado para escribir de gastronomía).

Su falta de sensibilidad por la música y la ópera es equivalente a la que tiene por los sentimientos ajenos. ¿ Qué cultura va a tener este tipo ? Ninguna. Sin cultura, difícilmente se puede apreciar artes consolidadas como la música clásica ni la ópera.

Parece que por ser escritor tenga licencia para decir lo que le dé la gana por encima del resto de los mortales.

Mañana se muere alguien querido por este tiparraco y entonces podría yo tener licencia para escribir lo que me diera la gana sobre su muerto, y encima aduciría que es un ejercicio de lucidez y de no ser políticamente correcto y que no hay que ser hipócrita.

Por encima de hipocresías o no, de mensajes políticamente correctos o no, creo que a este individuo llamado Salvador Sostres (con problemas mentales graves y con quizás, alguna inclinación amorosa hacia Ferrán Adriá), ni su madre ni su "lista" abuela le enseñaron lo que es respetar a los muertos, a su memoria y, lo que es peor, no respetar el dolor de los allegados del muerto (familiares o amigos).

PD. No es periodista y "vive" de escribir bazofia en periódicos (del que le echan rápido) y de 4 libros porque, después de todo, es un tío con suerte: vino al mundo con un pan bajo el brazo llamado Empresa familiar que ha ido a más. Su abuela, su madre y el trabajo de ellas, han hecho que este "engendro" de 35 años pueda vivir del cuento y dedicar su tiempo a escribir porquerías y poder vivir acomodadamente le paguen o no por ellas.