Entiendo lo que dices Sergio pero no me negarás que nacer y convivir todos los

Entiendo lo que dices Sergio pero no me negarás que nacer y convivir todos los días con una determinada gastronomía y unos determinados productos que has probado desde pequeño ayuda un poco a que dichos productos te puedan gustar un poco más que a los demás mortales que por no ser oriundos de la zona no están tan familiarizados con ellos. Te pondré algunos ejemplos: conozco mucha gente a la que le gusta el picante y otra mucha a la que no, en cambio los pocos mexicanos que he conocido a todos les apasionaba el picante (casualidad? o será porque se familiarizan con él desde su más tierna infancia). Otro ejemplo, conozco muy poca gente que no le gusta la paella pero resulta que todos esos sin excepción no son valencianos aunque lleven viviendo ya algunos años aquí en Valencia, en cambio no conozco a ningún valenciano (esto es, nacido y criado aquí desde pequeño) que no le guste nuestro plato más famoso e internacional, por que? pues muy sencillo porque si has nacido y te has criado por estos lares sabes que desde tu más tierna infancia cuando llegaba el domingo no tenias que preguntar que había para comer ese día pues la respuesta era obvia: paella. Lo que trato de decirte es que soy de la opinión de que al paladar hay que saber educarlo y acostumbrarlo a los nuevos sabores y nuevos platos. Yo de pequeño odiaba las lentejas al igual que los espaguetis y los macarrones hasta que los comí una docena de veces (medio obligado claro) y ya empecé a cogerles el gusto y a día de hoy me los como fenomenal. Sospecho que lo de tu mujer con el tomate es más una fobia alimentaria más que otra cosa y que siendo catalana es quizás la excepción que confirma la regla como dice el dicho popular. Un saludo.