Un pasado miércoles día 7 de Noviembre, en mi vida, no hubo ni Voz ni Grito por

Un pasado miércoles día 7 de Noviembre, en mi vida, no hubo ni Voz ni Grito por mucho que reventaran audiencia en tele 5. Sólo tiempo sin tiempo en las palabras de Benedetti cuando mi destino se llama la familia LERA en Castroverde de Campos. Y es que, con los años, voy adquiriendo una necesidad perentoria de prepararme psicológicamente para lo que considero es mi acontecimiento gastronómico del año , pues, como los petirrojos en primavera, venía sintiendo aquello de la intranquilidad migratoria desde hace más de un mes, primero con la visita de los amigos veremeros el pasado puente del Pilar, después en la vendimia con tranchete y en los días previos más aún si cabe cargando las pilas de mi cámara de fotos asumiendo el peso de la responsabilidad de ser fiel cronista de mi peregrinación anual a este templo culinario con motivo de la presentación de sus Jornadas de Caza , aunque lo del “motivo” es un “pretexto”, porque yo allí acudo como árabe a la Meca, como quien …. Sendero, puente, calle, camino, carretera, asfalto, pedrisco, yerba, tierra, tesos, paja, palomares….. Jacques, Jaco, James, y Santiago.... Minica, Luis Alberto, Cecilio, Ramón, Ana, Rosario.
Callas y Caruso (y también algún chorinho brasileiro) fueron el perfecto fondo musical para los espacios abiertos que, otoñando en plenitud impresionista, me ofrecieron una amplia paleta de cielos plomizos, verdes intensos y pardos yermos salpicados de amarillos y ocres de olmos y chopos evolucionando en la lejanía avivados por una tenue mojabobos augurando excelente cosecha de boletus y amanitas. Llego a destino a media tarde, con tiempo de meter los blancos en frío y también de saludar brevemente a Claudia y a Luis que partían a la caza de aromáticos tomillos sorteando amenazadoras lluvias. Y por delante, un lapso de tres horas de dolce far niente viendo llover detrás de los cristales en Senda los Frailes con el único propósito de prepararme a conciencia repitiendo rituales, tratando de predisponer mi ánimo a las múltiples sorpresas de la noche que comenzaron con las presentaciones de los privilegiados elegidos para la degustación en primicia del monumental festín.
Obedeciendo en esta ocasión a la voluntad de agasajar a los emprendedores vinculados al sector de la restauración, nos sentamos a la mesa un grupito reducido y bastante heterogéneo. Del lado de los “homenajeados” David Truchero (www.morcilladevillada.com ), Rubén Valbuena (http://www.granjacantagrullas.com/ ) Miguel Ángel del asador la Botica de Matapozuelos (https://www.verema.com/restaurantes/57851-asador-botica-matapozuelos ) , Oscar Diez con su pareja Laura (http://ginqlub.com/) junto a Oscar Somoza (Restaurante los Perales, Puebla de Sanabria) y su mujer Victoria. En el centro, José Alberto Castro Cañibano (delegado territorial de la Junta) y su pareja, Juanjo Pérez (http://www.cocinandos.com/ ) y el arquitecto zamorano Paco Somoza. En el otro extremo, Ramón Gómez y Henar Sástre (El Norte de Castilla), Cecilio y Minica ejerciendo de anfitriones de lujo y la que suscribe representando a la Academia Gastronómica de Zamora (en sustitución de Jaime Jiménez).
Toma la palabra Cecilio para agradecer presencias, disculpar ausencias y recordarnos que ya vamos por la edición XXIII. Que lo de la “Caza” con ellos se remonta al 84 y que continúan experimentando. Y aunque el menú que disfrutamos no es exactamente el que se oferta en las Jornadas (por coincidir con las jornadas “buscasetas”), paso a citaros la pantagruélica degustación “plato a plato” que fueron maridados con Rimarts Brut Reserva y Mascaró (D.O. Cava), Pricum Primeur ( D.O. Tierra de León), Abdón Segovia y Díscolo ( D.O. Toro):
- Escabeche de níscalos
- Roastbeef de jabalí ahumado al sarmiento y romero
- Estofado de setas de cardo
- Rovellones a la espuma de bianchetto
- Lentejas con pato
- Alubias con liebre
- Pichón estofado
- Pechuga de paloma sangrante con colmenillas
- Faisán con membrillo
- Surtido de quesos “cantagrullas”
- Tarta de queso
- Helado de castañas con marrón glacé
Venía pensando en mi viaje de vuelta que, una vez más, me faltan las palabras para describir y agradecer esta experiencia gastronómica plena de autenticidad y autoexigencia con arraigo, riesgo, innovación, calidad de producto, originalidad y elegancia. Y resumiéndolo en “sublime” probablemente me quede corta, porque tengo la sensación de que los superlativos habituales (sensacional, extraordinario, estupendo, sorprendente, maravilloso, genial, emocionante) ya los tengo demasiado trillados. Se aunaron con acierto los tradicionales “clásicos de la casa” (los escabeches, los guisotes de legumbres, los estofados) rebosando perfección de sabor y punto de cocción – y que son y serán inalcanzables por otras manos que no sean las de Minica- con las aportaciones de Luis Alberto que ha conseguido, en sus pesquisas culinarias, texturas prodigiosas y ternuras indescriptibles con carnes “duras” por excelencia (el jabalí, la pechuga de paloma y el faisán son un claro ejemplo de ello). Y como no, hacer mención también al excepcional “fin de fiesta” en plan festival de GT´s protagonizado con gran maestría por Oscar y Laura (ganadores del concurso ORIGINS) que nos presentaron hasta 16 creaciones “singulares” del combinado digestivo y que seguro hubiera hecho las delicias de muchos lectores asiduos a esta página.