Pues no...
¿O sí? Preguntemos a nuestros abuelos a cuánto pagaban el Kg. de conejo, cerdo, pollo o cordero. La ternera igual la probaron ya de mayorcitos... O cuándo comían lechuga, pimiento o tomate y a qué precio. Por no hablar de productos como los kiwis, aguacates, mangos, papayas, lichis, avestruz, emú, wagyu, rape, lubina, corvina,... Incluso algo tan nuestro como la naranja o el ajo se han convertido en un producto difícil de encontrar si quieres que te recuerde al de tu infancia (si tu infancia incluye TV en color y mando a distancia, mal vamos...).
Creo que nos hemos acostumbrado a comer barato. Poca gente está dispuesta a pagar lo que cuesta un pollo de los de antes, un tomate de los de antes, un pan de los de antes,... Es más cool ir a un restaurante y colgar tu comentario en internet. Total, tampoco vas a colgar una carnicería o una pescadería, que hace basto (y no hay sección para ello) ;-P
Con lo que mola hacer el pan o el yogur en casa, sobre todo si es con harina y/o leche orgánicas, ecológicas, bio y de proximidad... Que a ver quién es el guapo que le pide el DNI al trigo o a la leche... La culpa es del panadero del barrio, que se ha olvidado de cómo se hace el pan... Igual ha sido del susto al ver que le abrían un super a dos puertas de su negocio.
Pues eso, que igual echándole unas hierbecitas y unos polvillos a la olla conseguimos mejorar algo el gusto. La otra opción es dejarse una pasta y mucho tiempo para llenar la despensa. ¿Y quién tiene tiempo para eso?
En fin, para quien quiera ampliar algo su punto de vista: https://es.wikipedia.org/wiki/Norman_E._Borlaug
Menjar per pensar, pensar per menjar.