Finca Torremilanos. Cuando sientes que es más que un negocio...

Este pasado fin de semana era por fin hora de disfrutar del premio de Verema que otorgó en el sorteo de la reserva de restaurantes reomendados estas Navidades. Tuve la gran suerte de ser agraciada con el de Torremilanos. 
El premio consistia en alojamiento y desayuno del sabado al domingo mas comida y cena del sabado y visita a la bodega que se hizo el domingo por la mañana. 
Llegamos cerca de las 13,30 y rapidamente nos sugirieron que entraramos al comedor porque habia una reunion de empresa y un bautizo y probablemente mas tarde nos atenderian peor. La verdad es que la llegada fue por tanto precipitada pero ya en el comedor nos hicieron sentir a nuestras anchas con un servicio impecable y diciendonos que como ganadores del premio de Verema teniamos derecho a comer y beber lo que nos apeteciera. No entraré en el detalle de los platos ya que seria mas bien comenatario de la seccion restaurantes pero diré que todo estaba buenisimo. Lo que diré es que probamos el vino Cyclo 2007 y nos pareció una maravilla. Un buen hacer de vino de autor con una vitalidad y fuerza de expresion inusual desde que se empezó a decantar hasta que terminamos la comida ( una hora aprox). 
El resto del dia hasta la cena lo pasamos por la zona y en la cena de nuevo fuimos agasajados con las mejores viandas y el mejor servicio ( solo habia 2 mesas mas ocupadas). En este caso tomamos el blanco Peñalba Lopez ( 50% sauvignon blanc, 50% tempranillo) que nos gustó por la facilidad con que se bebe... tomamos casi 2 botellas ¡¡¡ Para terminar, en el pasillo de los relojes.. una agradable GT de Schweppes con Sapphire. 
Y asi despues de una calurosa noche en la esplendida habitacion que nos asignaron en la zona nueva, llegamos al desayuno preparado con primor y donde tuvimos el placer de conocer a Ricardo Peñalba y mantener una agradable charla con él sobre los origenes de la bodega. Se disculpó por no poder acompañarnos mas tarde y a las 11 vino a recogernos uno de los encargados de la bodega para hacer la visita. La visita fue de lo mas agradable. Nos encantó la toneleria y fue una pena que al ser domingo no lo vieramos "en plena faena". Al volver saludamos a Pilar, la dueña. De nuevo tuvimos la sensacion de hablar con alguien que "siente" el vino y que mas que regentar un hotel o un restaurante en una bodega, ha querido abrir las puertas de su casa a los que tambien disfrutan de ese placer comun: el vino. 
Finalmente una cata improvisada en la terraza que nos sirvió como aperitivo. DE vuelta a Madrid rematamos con un esplendido lechazo. Inolvidable fin de semana. 
GRACIAS A VEREMA Y A TORREMILANOS