Una década de Pagos Viejos… Artadi.

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    #1
    in vino veritas

    Una década de Pagos Viejos… Artadi.

    Ribaltayo, Carranájera, Cerradillo, Biurco, Vallandrés… y así hasta un buen montón más de terrorirs riojanos, que cada año ensambla Juan Carlos según su parecer, las vicisitudes de la climatología y el resultado final en forma de racimo en cada pago, cada uno con su suelo, con su altitud, con su edad, orientación… en un puzle maravilloso de cien mil variables que acaba dando forma al Pagos Viejos de Artadi.

    Anoche nos juntamos en La Ramona de Almansa una docena de obsesos del vino que ya echábamos de menos un aquelarre de éstos, al menos yo… a instancias de Juan Luis, ese sumiller murciano que quería hacer su particular “década prodigiosa”… eso sí, entre amigos (esto es una puya Juan, pero con moderación :-).

    La primera cuestión a resolver era decidir un orden de cata, que en este caso no era demasiado fácil. Una vez hecha la cata, es más fácil pensar, como yo lo hago ahora, que en el caso de hacerla cronológica, mejor de joven a viejo, pero eso es una vez probados los vinos, pues en otras ocasiones, su propio elaborador, Juan Carlos, ha recomendado lo contrario.

    Finalmente se decidieron tres tandas:
    • 99, 02 y 03
    • 07, 06, 05 y 04
    • 01, 98 y 95

    El criterio se fijó, en principio, por hacer una primera tanda con las añadas más complicadas, con más “problemas”, una segunda con las añadas, digamos “en curso” y una tercera con los tres vinos (quitando al “complicado 99”) más viejos. Al final, para mí al menos, resultó muy útil esta clasificación, por otras razones añadidas e importantes, además de ese criterio inicial que propuso Juan Luis, en mi opinión acertado.

    Por supuesto el disponer de “bestias pardas” como el 04 e incluso el 05 o 01 hace difícil su ubicación, máxime si los unes al incipiente 07 o al hedonista 06…pero eso es Artadi en esencia: DIFERENCIACION DE AÑADAS.

    Rompimos el hielo con un blanco no mencionado aún, del que un asistente explicó su razón de estar allí, pues en la etiqueta dice Viñas de Gain 2006, por decisión de Juan Carlos, al ser su primer blanco embotellado, sin embargo procede de las viñas de los Pagos Viejos, que en sus partes altas, como es tradicional en Rioja, mezclan cepas maravillosas de Viura, con la misma edad que el resto del viñedo y con las que por fin se decidió este maestro a elaborar un vino blanco.

    Es posible que a esta variedad se le empiece a hacer justicia, pues al haber sido elaborada antaño de una forma no del todo correcta, salvo honrosas excepciones, quizá nos llevemos muy buenas sorpresas, una vez que las tendencias y cambios en la Rioja impusieron el vino varietal de tempranillo y ya apenas nadie mezcla ese poquito dos, tres o a lo sumo cinco por ciento de blanco en sus tintos , para suavizar y redondear (práctica que a mi, personalmente me gusta, como el en Rodano y otras zonas se sigue haciendo a veces). La añada 2006 quizá no sea la mejor de las posibles para blancos, como veremos después con en tinto, demasiado golosa y ancha, cálida y redonda, pero este blanco, fiel a su añada, eso sí (graso, alcohólico…) con sus hechuras, pero para mi al menos, un cuerpo y personalidad que no se va a lo “anchote”, sino, para entendernos, a un corte aristocrático Chasagnne, no Puligny. Muy prometedor comienzo. Blanco de larga crianza, unos meses en madera nueva, pero de gran formato (creo 500?) y un par de años en depósito…a ver el 2008 que tal, yo me apunto.

    Comienza la primera tanda con los 99, 02 y 03. Tres añadas difíciles y muy distintas juntas, donde pudimos comprobar un claro corte en el hacer de esta bodega, que en el año 2000 cambia varios de sus métodos y comienza una carrera que sigue in crescendo hasta el día de hoy orientada hacia el mayor control (que no “manipulación”) de cada una de las añadas, ganando en mi opinión mucha precisión.

    Pagos Viejos 1.999

    Comentarios sobre la añada en general del propio Juan Carlos:

    Invierno frío y húmedo. La brotación a principio de abril llega a su tiempo y se desarrolla rápidamente por las suaves condiciones climáticas y las buenas reservas de las viñas. El 16 de abril la temperatura oscila por la mañana entre 4 y 6 debajo de 0 y hiela por completo todas las crecidas. Por las condiciones climáticas frías, la viña tarda de 15 a 20 días para volver a su estado vegetativo anterior a la helada. Este retraso se notará después hasta la fecha de recolección. El ánimo de los viticultores sube al constatar la muy buena recuperación de la viña. Las nuevas brotaciones son abundantes, desordenadas y llevan racimos pequeños. La floración tuvo lugar a mediados del mes de junio con un buen cuajado de las flores.
    Durante el mes de julio sufrimos un verano soleado y caluroso pero a partir del principio de agosto, las tormentas fueron abundantes, mejorándose la segunda quincena. La continuada lluvia fue la nota principal del mes de septiembre provocando en algunas zonas enfermedades y pobredumbre antes de la maduración.
    La Rioja Alavesa, por ser más tardía que las demás regiones de Rioja, esperó hasta principio de octubre para ver madurar sus uvas. La primera quincena de este mes fue seca y soleada con unas temperaturas diarias y diurnas excelentes para un buen final de maduración. Estos quince días salvaron la calidad de la cosecha '99.
    En la cosecha '99 encontramos vinos de buena calidad que se vendimiaron después de las lluvias y otros más desequilibrados que se vendimiaron durante las fuertes lluvias de septiembre. Este hecho, sumado al efecto de las fuertes heladas de abril, ha proporcionado una cierta variabilidad en la calidad de ciertos vinos, dependiendo del momento en que sus uvas fueron recolectadas y del alcance del hielo.

    Este vino se mostró muy maduro, con “edad”, como alguien lo definió “más final de boca que entrada”, un registro bonito, suave, pulido…pero sin “estocazo”, sin la bravura masculina pero elegante que caracteriza al Pagos Viejos. Estando rico fue el más “flojo” de la noche para mí, algo que refleja la bodega con absoluta coherencia en los precios que marca y revisa periódicamente de sus añadas anteriores.

    Pagos Viejos 2002

    Los comentarios sobre la añada:

    Como cada año, las condiciones climatológicas y reacciones de la planta como ser vivo, dibujan las peculiaridades de cada nueva cosecha.
    Quizá este año se reúnen circunstancias climatológicas y cambios en el crecimiento y desarrollo en el viñedo que condicionaron de forma especial, la calidad de nuestro vino de la cosecha del 2002.
    Analizamos a continuación algunas peculiaridades de este ciclo vegetativo.
    En algunos de nuestros viñedos con estructura de gravas o con gran drenaje en el suelo, el agostamiento de la planta no fue del todo bueno, con una caída precipitada de la hoja en el otoño del 2001 y la consecuente mediocre configuración final de las yemas productivas de la próxima cosecha. Esto motivó la definiente brotación productiva que obtuvimos en estos viñedos en la primavera del 2002.
    En general, y con las lógicas variaciones en los diferentes parajes, durante el mes de diciembre los viñedos sufrieron temperaturas entre –5 y –15 ºC que causaron notables daños en yemas productivas en reposo vegetativo, como se pudo observar posteriormente en la primavera con la aparición de yemas necrosadas.
    La fecha de brotación (20 de marzo) estuvo dentro de la media registrada durante los últimos años en la zona, pero con las conocidas diferencias entre los viñedos asentados en las proximidades del Río Ebro y aquellos que se sitúan en las faldas de la Sierra Cantabria.
    El 5 de abril, es decir en los primeros estadios de crecimiento de la planta, sufrimos temperaturas próximas a los –3 ºC, quedando afectados, en general, todos nuestros viñedos y en particular, los más tempranos, de suelos sueltos y próximos al cauce del Ebro.
    El gran incremento de temperaturas sufridas después de estas heladas, propició un cierto desequilibrio férrico que hubo que corregir por vía foliar. Por los mismos motivos (calor en exceso en este periodo) tuvimos un arduo trabajo para controlar los ataques de ácaros y trips.
    El desarrollo durante el mes de mayo fue relativamente bueno. Durante los primeros días de junio, se registraron en Laguardia 60 litros de lluvia. Este fue el accidente más grave y decisivo para la pérdida de producción de este cosecha 2002. Era el momento previo a la fecundación y cuajado de los racimos que se vieron afectados por el efecto del agua y en algunos casos con la aparición de focos de botritis en floración. Posteriormente la climatología durante el verano fue benigna y podríamos decir que hasta buena, pero la planta no pudo compensar completamente la pérdida de su crecimiento y desarrollo ideal debido a los accidentes sufridos hasta entonces.
    Por último, las lluvias del mes de septiembre nos provocaron algunos brotes de botritis por lo que tuvimos que realizar una primera vendimia seleccionando los racimos en el viñedo para dejar solo en la planta aquellos racimos sanos para la consecución de una buena maduración, iniciando la vendimia general el día 2 de octubre.
    Como conclusión podemos decir que ha sido un año difícil con mucho trabajo, con grandes cuidados y actuaciones en el campo para poder conseguir al final una cosecha reducida, en cuanto a volumen se refiere, pero de una calidad que podemos clasificarla como buena. Ahora quizá, es un poco pronto todavía para valorar la evolución futura del vino y debemos esperar algunos meses para poder tener una primera impresión en cata que configure el nivel real cualitativo de esta cosecha 2002.

    Para mí el vino estaba muy limpio, muy preciso, con lo que “daba la mata” en esta añada, no más, pero mucho más logrado, mucho más controlado por el elaborador. Fue un vino que me gustó, el que más me gustó de esta tanda. Creo que fue un vino más “técnico” que los otros. Por supuesto no fue unánime, para otro catador este vino, estando de acuerdo conmigo en su mayor “precisión” (comparado al 99), en ese cambio producido en la bodega a partir del año 2.000, no fue el mejor de la tanda, lo definió también como vino de mayor final de boca que entrada, también le gustó pero encontró aún cierta falta de integración de la madera (yo no). Un buen vino de una añada difícil.

    Pagos Viejos 2003

    Los comentarios de la añada:

    El clima y el suelo son las variables con las que debemos contar cada año para interpretar las características y peculiaridades de una añada.
    Las condiciones climáticas al final son las determinantes de la calidad en una región determinada.
    Al mismo tiempo, la intervención del hombre tiene una vital importancia ya que en cada estado fenológico, su actuación supondrá la optimización en el desarrollo y crecimiento de la planta y como resultado final la optimización de la calidad final del vino.
    Analizamos a continuación las diferentes fases y momentos que la cosecha del 2003 nos ha ido dejando en nuestros viñedos, así como sus influencias en el ciclo vegetativo:
    El período entre final de la vendimia y los primeros días del año 2003 estuvo marcado principalmente por una intensa lluvia. Durante este período registramos una pluviometría superior a 300 litros/m2, demasiado alta para esta época del año, ya que es en la primavera cuando llegan las lluvias con mayor frecuencia y durante la cual el aporte y la reserva hídrica se realiza en nuestra zona.
    A priori, esta situación pensamos que no iba a interferir en la calidad potencial de la cosecha, pero la apuntamos como una peculiaridad de esta añada.
    En la primavera contamos con escasa lluvia muy intermitente y en poca cuantía. Esto favoreció el desarrollo, la gran aparición de racimos y su posterior cuajado en floración.
    La brotación tuvo lugar en la última semana de marzo. El asentamiento de nuestros viñedos registran las diferencias lógicas de un cambio en su desarrollo, pasando de casi 700 metros en la zona más alta próxima a la Sierra, y altitudes de 450 metros en aquellos viñedos que están asentados en zonas próximas a la ribera del Ebro. Esta situación conlleva un aplazamiento en el ciclo vegetativo, registrable con gran notoriedad en el momento de la brotación, observando viñedos absolutamente en estado de letargo invernal, simultáneamente con otros más tempranos en el que se observan brotaciones de 2 a 4 cm., es decir, intervalos mínimos de 10 a 15 días.
    Desde la primavera hasta el mes de julio fue extraordinariamente benévola con un desarrollo en el ciclo fenológico de brotación, floración y cuajado, casi perfecto con gran presencia de racimos de aspecto y formación de hoja y racimo en muy buenas condiciones, los que nos auguraba una cosecha de calidad.
    Esto, evidentemente fue propiciado por una reserva hídrica de invierno y unas condiciones de temperatura un tanto extremas en primavera.
    Los primeros días de verano comenzaron a registrar temperaturas realmente inusuales en nuestra región y el viñedo empezó a sentir ciertos síntomas de debilidad, paralización de desarrollo y un generalizado stress hasta finales de julio.
    En todo este período y debido a esta situación extrema, aparecen plagas y enfermedades que no son habituales en nuestros viñedos, tales como presencia de trips, ácaros, botritis seca e incluso desecación prematura de hojas basales. Esta situación fue de gran confusión para nosotros y se continuó hasta la segunda mitad del mes de agosto en el que registramos lluvias de hasta 20 litros/m2.
    Esto permitió un respiro al viñedo, pero quizá fue un poco tarde.
    Antes de la vendimia, en nuestro habitual control de maduración, empezamos a observar el stress tan grande que sufría el viñedo joven y el ataque de botritis en zona de alta vegetación y zonas frescas. La situación era un tanto extrema y antagónica, ya que en algunos viñedos necesitábamos más superficie foliar y en otros iniciamos una defoliación para preservar su buen estado sanitario, favoreciendo la insolación de los racimos.
    Esta situación de contrastes se prolongó durante la vendimia, pues las condiciones de maduración se fueron alcanzando en los diferentes viñedos sin ningún registro histórico, es decir, que parcelas por las cuales habitualmente iniciábamos la vendimia, no habían llegado a la maduración y otros que siempre se vendimiaban al final, fueron los primeros en alcanzar un estado óptimo de maduración.
    En vendimia, llegamos a tener una considerable presencia de desecación y pasificación en los racimos, por lo que tuvimos que iniciar una nueva actuación, jamás presentada en nuestra zona, para suprimir en bodega los granos de uva pasificados, incorporando una nueva mesa de selección para este cometido.
    En general, los viñedos próximos a la ribera experimentaron retrasos en su ciclo vegetativo y de maduración por un radical stress hídrico y los viñedos asentados en zonas próximas a la montaña donde sus reservas de agua fueron mayores, su suelo más compacto y con mayor capacidad hídrica aguantaron de mejor manera esta condición de calor y temperaturas extremas de esta cosecha 2003, siguiendo una vendimia más equilibrada y con una mejor maduración fenólica.
    Como conclusión podemos decir que se trata de una vendimia y una cosecha llena de contrastes, donde las peculiaridades extremas de cada viñedo han condicionado de forma intensa y clara la definición final de la calidad de los vinos, es decir, que ha sido necesario ahondar profundamente en la singularidad de cada viñedo para poder extraer al máximo el potencial de los mismos en las condiciones más extremas que jamás habíamos experimentado en nuestros viñedos. La estacionalidad en las lluvias y el registro de extremas temperaturas en verano han sido los dos elementos condicionantes en el desarrollo de esta cosecha.

    De los tres vinos de esta tanda, y en eso sí que creo estuvimos de acuerdo en general, sí que fue el vino más de “ataque” en boca y quizá, después de leer el “infierno” que fue esa añada para los elaboradores, el vino finalmente más “técnico”, un vino que tuvo que trabajarse muchísimo en el viñedo. El vino estaba rico, pero para mí resultó un poco “popurrí” en boca, ahora ácido, ahora muy maduro… todo rico y de gran calidad, pero sin estar conjuntado.

    Como resumen final de los tres vinos, todos tenían profundidad, todos eran Pagos Viejos, pero todos también de añadas complicadas y con un “corte” muy claro en la elaboración o filosofía de la bodega, un salto que se dio entre el 99 y los otros dos. Conclusión provisional ésta, pues creo que tres años de distancia y en añadas no “top” son muchos y gran parte de ese “corte” debía ser también por la propia evolución en botella.

    Pasamos a la siguiente tanda: 07, 06, 05, 04. ¡Qué placer de vinos y qué manera de aprender y disfrutar al mismo tiempo! Una añada aún incipiente, otra de puro placer sensual y otras dos “top”, todas juntas para dar y vender sensaciones y para hacerte pensar, razonar y reflexionar muchísimo. En un país como el nuestro donde aún andamos en pañales con el concepto “añada” (hasta ese trozo de nuestra historia viva llamada VS Único mantiene un precio estable, o casi) nos encontramos con este festival, donde la añada afecta a todo: precios, sensaciones, guarda o disfrute, estilo de cada vino, momentos de consumo súper dispares…apoteósico.

    Un vino aún en fase “infusión”, pero menuda infusión de flores con la fruta que no quiere ni molestar tanta sutileza, otro que la única metáfora que se me ocurre es sexo, sin más, sexo sin palabras, disfrute directo, un bombón de chocolate para retozar sin más reflexión que la de disfrutar sensualmente de todas y cada una de sus curvas y otros dos vinazos top, uno queriendo entrar ya a “cerrarse” y el otro, granítico, rocoso, catedralicio e imponente vinazo, en fase directamente cerrada.

    Cada día hay más restaurantes con esa figura que llamamos sumiller, pues bien, para eso sirve este puesto principalmente, para gestionar todo esto. Un buen sumiller no es el que pide siempre añadas “top”, porque son las de los puntos, porque así su carta tiene mas “prestigio”, un buen sumiller sabe comprar esas añadas top (además a tiempo, no a destiempo) y guardarlas, ofreciendo a sus clientes también esas otras nacidas para gozar, inmediatamente, sin más explicaciones ni retorcimientos. Son dos mundos totalmente distintos, maravillosamente representados anoche con los dos extremos llamados 2006 y 2004.

    Si a ustedes interesa y quieren, continuará…

    #2
    in vino veritas
    en respuesta a in vino veritas

    Re: Una década de Pagos Viejos… Artadi.

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    Un poco en serio y otro poco en broma, para mis detractores y burlones compinches de GM...

    CONSIDERACIONES GEOLÓGICAS Y EDAFOLÓGICAS DE ALGUNOS DE LOS VIÑEDOS
    Los geólogos distinguen cuatro Eras Geológicas en el transcurso de las cuales se fueron sucediendo los cambios en la configuración de la tierra con la aparición de las formaciones montañosas, los mares, los fondos marinos, los depósitos sedimentarios y en definitiva la gran diversidad de las formaciones y composiciones donde se asientan los viñedos en el mundo.

    La Era Primaria
    La Era Primaria tuvo una duración de unos 300 millones de años. Durante este período se formaron lo que los geólogos llaman el antiguo sustrato. Fue la era durante la que se produjeron numerosos fenómenos de orogénesis es decir, numerosos ciclos con grandes presiones y temperaturas que propiciaron la formación de rocas y macizos montañosos. Fue el origen de las rocas sedimentarias, rocas volcánicas y metamórficas.

    La Era Secundaria
    Después de los grandes movimientos, la Era Secundaria aparece como un período de relativa calma. Transcurre durante unos 200 millones de años y se puede definir con la era del inicio de la demarcación de los mares y de la formación de los actuales continentes.

    La Era Terciaria
    Se incia con un período de relajación seguido en el periodo eocénico de una gran actividad. La progresión de la placa africana provoca nuevas compresiones y movimientos dando forma casi definitiva a las grandes masas terrestres continentales actuales. Se cifran en torno a 60 millones de años la duración de esta era. La erosión es un fenómeno muy presente en este periodo generando la formación de algunos de los valles actuales.

    La Era Cuaternaria
    Durante el transcurso de la Era Cuaternaria la forma y el relieve de la corteza terrestre va adquiriendo la forma actual. La presencia del agua en las sucesivas glaciaciones y la erosión que esta ejerce sobre las montañas, las rocas y los suelos fueron los elementos determinantes en la configuración de muchos de nuestros asentamientos vitícolas. La erosión va tallando las montañas formando las capas de sedimentos y la acumulación de materiales en los fondos de los valles.

    Los suelos de la Rioja Alavesa están formados por los rellenos del Oligoceno y Mioceno (Era Terciaria) y por terrazas de aluvión cuaternarias en los cursos de los ríos actuales o restos de las cuencas de otros ríos en glaciaciones anteriores.

    Por lo tanto, los Viñedos, se localizan en dos asentamientos fundamentalmente:
    • Protegidos por un sustrato calizo del final de la Era Secundaria (Período Cretáceo), suelos amarillentos de naturaleza arcillo-calcárea, bien expuestos del Mioceno (Era Terciaria)
    • Y en menor proporción, viñedos en suelos de aluvión del cuaternario cubriendo las margas arenosas del Mioceno.

    ARTADI Pagos Viejos “Ribaltayo”
    El Suelo de Ribaltayo es de grava fuertemente caliza. Curiosamente las gravas poco calcáreas del Plioceno (Era Cuaternaria) son cubiertas de una formación calcárea del Mioceno (Era Terciaria). Se explica este fenómeno por un proceso de erosión y sedimentación de la Sierra Cantabria sobre los aluviones gravolosas existentes.
    El potencial vitícola de este suelo es excelente. Este viñedo se sitúa sobre la meseta y se caracteriza por una presencia importante de elementos gruesos en su superficie del orden de 15%. La proporción de elementos gruesos aumenta a medida que aumenta la profundidad llegando a 70% a 90 cm.
    Hasta 45 cm es una textura limosa-arenosa de color marrón. En esta zona las raíces son abundantes, sanas y de todos los tamaños. Hasta 90 cm, existe 50% de elementos gruesos de naturaleza sílice rodeada de un cemento calcáreo; textura limosa-arcillosa de color marrón claro fuerte; densidad de raíces que se concentran a los 90 cm. Más profundo que 90 cm. El suelo es compacto cementado. Es una textura arenosa-arcillosa de color blanco-beige.
    Por el porcentaje de elementos gruesos, las raíces encuentran poca tierra fina a partir de los 45 cm. Limitado considerablemente la fertilidad del suelo y atribuyéndose un carácter altamente cualitativo.

    ARTADI Pagos Viejos “Carranájera”
    Este viñedo se sitúa en una suave ladera de exposición sur. Su profundidad es mediana y está asentado sobre una roca arenisca.
    Es un suelo altamente calizo con una progresión en función de su profundidad. A más profundo, más calizo. Caliza activa de 12 a 15%.
    En la mitad inferior del viñedo, se encuadra entre 70 cm y 1 m un horizonte compacto, de color gris beige con una proporción importante de arcilla, favorable para la producción de uvas ricas en compuestos fenólicos, limitando y controlando a la vez la reserva hídrica. Se encuentran en esta zona raíces finas, poco numerosas, sanas y de orientación vertical.
    La otra parte (hasta 70cm) es limosa arcillosa de color beige con poca presencia de elementos gruesos. No hay compacidad del terreno hasta 70 cm y a ese nivel el suelo está colonizado por raíces pequeñas a medianas de orientación horizontal y diagonal.

    ARTADI Pagos Viejos “Biurco”
    La mayor parte del viñedo de Biurco se caracteriza por una profundidad mediana (1-1,2 m) y una estructura bastante homogénea limo-arcillosa a dominante limosa.
    Es un suelo muy calizo con elementos groseros calcáreos poco abundantes del orden de 3 a 10% según la profundidad. Es pobre y de color marrón claro pigmentado de manchas blancas que son formaciones de sal.
    Por su estado muy compacto entre los 80 y 100 cm, las raíces son poco numerosas y pequeñas.
    A este nivel se considera el subsuelo como roca madre blanca. El nivel de caliza activa es del orden de 10 a 12%.

    ARTADI Pagos Viejos “Vallandrés”
    La parte con más pendiente (4% de pendiente, exposición sureste) del viñedo se caracteriza por ser medianamente profundo (65 cm) sobre roca madre dura, lo que le da una fertilidad moderada y de una buena regulación del sistema hídrico, condiciones cualitativas para el cultivo de la vid.
    Textura limo-arcillosa. Suelo poco compactado lo que favorece el desarrollo de raíces sanas de pequeñas a grandes orientadas horizontalmente.
    La superficie de la losa calcárea está colonizada aproximadamente a 1 m de profundidad, por las raíces se aprovechan del papel fundamental de esta roca calcárea sobre la regulación del régimen hídrico.
    Caliza activa de 13 a 20% según la profundidad.
    La mayor parte del suelo del viñedo de Vallandrés está representado por un suelo de 1 m de profundidad con una roca madre no dura. Los primeros 30 cm tienen una textura limo arcillosa con mucho calcio.
    De 30 a 90 cm la textura es sobre todo de limo pero tiene un carácter cualitativo debido a una pequeña reserva hídrica limitando así el vigor de la viña.

    #3
    Jzm2000
    en respuesta a in vino veritas

    Re: Una década de Pagos Viejos… Artadi.

    Ver mensaje de in vino veritas

    Joer paisano, pareces un doctor cum laude honoris causa Artadi, llevo casi media hora leyendo e intentando enterarme de algo, los ojos se me salen ya, enhorabuena por tener la capacidad que tienes de reflejar los sentimientos con el vino, se nota que tienes unas vivencias exasperadas con el tema vinícola, ya quisiera yo saber un 1% de lo que tu sabes de este mundo, en serio Salva, eres digno de admiración por mi parte, esa facilidad de resumen y empecinamiento enológico. Me podrías decir mas o menos lo que valen esos vinos que catásteis, si no es una pregunta fuera de tiesto, es porque me han dao ganas de probarlos despues de casi escucharte, aunque a sido leido.

    #4
    in vino veritas

    Re: Una década de Pagos Viejos… Artadi.

    Pagos Viejos 2007

    Añada de marcar diferencias, donde hay productores muy insatisfechos con ella y otros, por el contrario, muy contentos. Creo que puedo decir que existen en el mercado verdaderos “churros” de vinos de esta añada, conviviendo con vinos extremadamente interesantes, cuando no grandes (Pisón 07). He escuchado, según les fue a cada uno, a elaboradores maldecir la añada y a otros emocionadísimos con lo que ya tenían criándose en sus barricas (Carlos San Pedro, de Pujanza, por ejemplo).

    Comentarios del elaborador sobre la añada:

    Cuando hablamos de año vitícola siempre hacemos referencia a las incidencias climatológicas acaecidas de vendimia a vendimia, es decir en este caso, el periodo comprendido de noviembre de 2006 a octubre 2007.
    La característica más destacada y que ha condicionado la evolución y el desarrollo a lo largo de todo el ciclo vegetativo del viñedo de la cosecha 2007, han sido las intensas lluvias durante los meses de primavera, que, unidas a unas temperaturas moderadas, han propiciado un desarrollo de la enfermedad del mildiu en racimo, que no se había observado ni sufrido en el viñedo en nuestra zona desde hacia muchísimos años.
    Las escasas precipitaciones y las temperaturas relativamente altas en el periodo de parada invernal fueron las características sufridas durante los meses de noviembre y diciembre 2006 y enero 2007. Destacamos la temperatura media del mes de noviembre por encima de 10º C y el escaso registro de lluvia acumulada, 15 litros/m2, durante todo el mes de enero.
    Se inicia el lloro temprano aunque se ralentiza en los últimos días del mes de marzo motivado por una ligera bajada de temperaturas.
    Las intensas lluvias registradas durante los meses de febrero, marzo y abril propiciaron una enérgica brotación de las plantas durante la tercera semana del mes de abril.
    Las precipitaciones en este periodo fueron muy intensas. Los 298,6 litros recogidos en este periodo representaron, al final, más del 50% del agua recogida durante todo el ciclo vegetativo y que ascendió a 534 litros/m2.
    Estas condiciones climatológicas favorecieron de forma clara el gran desarrollo de la vegetación y la presencia de ataques y focos de mildiu generalizados y sobre todo en racimos. Hemos cuantificado en nuestra explotación que los daños ocasionados por el hongo han representado descensos de producción en torno a un 15-25% dependiendo de la situación o emplazamiento del viñedo. La presencia del mildiu en racimo que en un principio la sentimos como una verdadera catástrofe, al final del ciclo, nos ha representado un autentico beneficio para la calidad final de la cosecha y me explico: El ataque del hongo al racimo no afectó en lo más mínimo a las hojas, por lo que la
    planta, debido a los frecuentes tratamientos anti-mildiu, se desarrolló durante todo el resto del periodo vegetativo muy bien protegida y en perfecto estado sanitario.
    Esta situación hizo que nos encontráramos, después del cuajado, con una reducción en número y en tamaño de los racimos, lo que supuso en todos nuestros viñedos una reducción generalizada de cosecha, y por lo tanto, muchísimo más equilibrada y ajustada para la producción de uvas de calidad.
    Durante los meses estivales registramos una escasa pluviometría y temperaturas medias rondando los 20ºC, condiciones que propiciaron un importante desarrollo vegetativo. (Ver diagrama ombrotérmico)
    Durante los primeros días de agosto pudimos ver los primeros granos de uva enverados.
    En la segunda quincena de agosto y primeros días de septiembre se observa una ligera parada en el desarrollo del viñedo motivado por la continuada sequía sufrida durante todo el verano.
    El viñedo pudo aguantar gracias a la importante reserva hídrica acumulada durante la primavera.
    La maduración de los racimos trascurre con cierto stress hídrico durante los meses de agosto y septiembre, lo que mejora sustancialmente la calidad del fruto. Solamente se ve interrumpido por la aparición de débiles pero beneficiosas lluvias durante la última semana de agosto.
    En resumen, un aporte de agua abundante en primavera, una importante reducción de rendimiento, (presencia de focos de mildiu en racimo) y una sequía estival con un siempre interesante y moderado stress hídrico en el viñedo nos conduce a un deseado prolongado proceso de maduración.
    Iniciamos la vendimia de uvas blancas el 19 de septiembre. Fruto muy sano con ausencia total de botrytis, muy buena acidez y muy gustoso y equilibrado en cata.
    La recolección de las uvas de tinto la iniciamos el 25 de septiembre en los viñedos situados en las zonas ribereñas asentados en suelos más cálidos. Fruto muy sano maduro en torno a 13.5 ºBeaume, muy buena acidez, y con un importante contenido de compuestos fenólicos (ITP índice de polifenoles totales).
    La recolección discurrió con normalidad a excepción de presencia de ciertas lluvias en la segunda semana de septiembre que nos hizo parar/ralentizar el ritmo de vendimia teniendo que esperar unos días para permitir la reabsorción del agua recogida en el racimo.
    Finalizamos la vendimia exactamente el dia 19 de Octubre con un rendimiento medio muy bajo de 3.827 kgrs./ha.
    Se han obtenido vinos delicados, muy armoniosos en boca y que destacan fundamentalmente por aromas nítidos y limpios. En boca son vinos muy francos llenos de fruta fresca y los vinos provenientes de los grandes pagos transmiten un volumen y un desarrollo táctil sorprendente.
    Nosotros auguramos una evolución de gran recorrido para los vinos de esta cosecha. Serán vinos, con toda seguridad, de una sutileza y franqueza aromática para no olvidar.

    Lo dicho ya sobre el vino, incipiente aún, en esa fase de “infusión” delicadísima que antes comentaba, flores y fruta, momento femenino del vino y detrás el mineral… al rato de tragarlo. Su hermano mayor El Pisón es ya y será aún más un Grande (en una línea antagónica quizá al 2004), ya veremos este Pagos Viejos (tradicionalmente más potente y “masculino”) como le sienta esta interpretación de la añada que nos brinda la bodega.

    Pagos Viejos 2006

    Curvas… vicio!

    La añada, según la bodega:

    La característica más reseñable de la cosecha 2006 fueron las frecuentes y en ocasiones intensas precipitaciones registradas a lo largo de todo el ciclo vegetativo. Estas lluvias se hicieron más intensas en momentos críticos del ciclo vegetativo y de forma más regular durante todo el desarrollo del viñedo determinado las peculiaridades y la calidad de esta cosecha.
    Ha sido un año con una pluviometría media. Es decir, se han registrado de octubre 2005 a septiembre 2006, 547,1 litros/m2 siendo la media interanual de 558,4 litros/m2
    Las altas precipitaciones registradas durante los meses de octubre, noviembre y diciembre del año 2005 ( 227,7 litros/m2 ) aseguraron una alta reserva hídrica. Este hecho, unido a los 60 litros/m2 registrados en el mes de marzo, favorecieron la brotación del viñedo en primavera.
    Es de interés hacer notar, las altas precipitaciones, por encima de la media, de los meses de marzo, abril, junio y julio. Así como, reseñar las precipitaciones de los meses de septiembre y octubre que condicionaron de forma notable el desarrollo de la vendimia.
    Como resumen podemos decir, que el 2006 fue un año lluvioso que propicio un buen desarrollo vegetativo pero con incidencias en el estado sanitario del viñedo y una cierta dilución de los mostos.
    En cuanto a las temperaturas medias registradas fueron algo más bajas que las medias de los últimos dieciocho años. Temperatura media, 12.49 º C y temperatura media mínima 7.82ºC .
    En cuanto a temperaturas durante el ciclo vegetativo, se registraron dos momentos críticos: Una helada en la tercera semana del mes de abril que realmente tuvo una pequeña incidencia en algunos de nuestros viñedos y la ola de calor registrada durante la primera semana de septiembre que afecto de forma notable en el desarrollo y en la maduración final de la vendimia 2006. En estas fechas se llegaron a registrar temperaturas hasta 40º C . Este hecho ocasionó una parada momentánea en el proceso de maduración de la uva. Pudimos observar racimos afectados por golpes de sol, agostamiento y desecación de las hojas basales. Los viñedos asentados en terrenos más pobres y menos profundos fueron los más afectados. En fin, un stress general que afecto, creemos, de forma negativa en la calidad de la vendimia.
    En cuanto a la evolución del ciclo fonológico cabe señalar la buena brotación generalizada en todas las parcelas, entre el 95 -100 % de las yemas francas y con una fertilidad alta, entorno al 1,3 racimos por sarmiento.
    Se observa un pequeño adelanto generalizado en la floración y el cuajado. Durante la segunda semana de junio consideramos finalizado el cuajado del fruto un tanto afectado por las intensas lluvias de este mes de junio.
    Desde este momento hasta principios de septiembre las constantes lluvias y la importante reserva hídrica acumulada en el suelo propiciaron un buen desarrollo vegetativo y por lo tanto, un alto riesgo de enfermedades por hongos con presencia aislada de algunas manchas de mildiu en hoja.
    Tuvimos que realizar tratamientos fitosanitarios cada 7 -10 días para poder mantener limpios y sanos nuestros viñedos.
    Las escasas lluvias del mes de agosto (10 litros/m2) favoreció el estado sanitario general de la planta.
    El tiempo calido y seco de mes de unido a la ola de calor de setiembre y quizá las altas dosis de productos fungicidas (sulfatos de cobre y azufre) afectaron al viñedo produciendo una paralización vegetativa e incluso en su proceso de maduración.
    Al final, las tres últimas semanas de septiembre con temperaturas frescas y las notables diferencias entre la noche y el día ayudaron, en gran medida, a finalizar el proceso de maduración y a la consecución de una mayor calidad final de la cosecha.
    Iniciamos la vendimia de la uva blanca el dia 14 de septiembre continuamos con la uva tinta el 23 y finalizamos la recolección el día 18 de octubre.
    La vendimia resulto un tanto accidentada por la presencia de lluvias durante los primeros días de octubre que interrumpieron las labores de recogida. Afortunadamente, recogimos el 90% de la cosecha en buenas condiciones de sanidad. Solamente una pequeña cantidad de la vendimia resulto realmente afectada por las lluvias.
    En cuanto a la calidad de la añada podemos decir que el 2006 es un año marcado por una climatología un tanto adversa y que fue necesaria una fuerte presión técnica para conseguir buenos resultados. Cuidados y tratamientos en la viña, riguroso aclarado de racimos y un severo trabajo en bodega.
    El resultado final fue una vendimia con rendimiento medio de 4.500 kgrs/ha.
    En general, son vinos finos, con elegantes matices de un tempranillo delicado, meloso y armonioso final de boca. Después de los seis primeros meses de crianza en barrica, los vinos han experimentado un buen desarrollo conjugando sus taninos con los de la madera y generando una delicada expresividad aromática y una mayor expectativa de evolución.
    Los grandes vinos se caracterizan por un intenso color violeta morado. En boca se percibe una fruta muy presente, limpia, fresca y madura. Buen potencial fenólico con taninos sabrosos, envolventes y una equilibrada estructura de final de boca.

    El vino?... sexo, sin más. Para tomar YA, sin más. Para disfrutar sin piedad, sin más. Para quitarnos de encima los “traumas judeo-cristianos” y abandonarnos al placer puro y duro. Sin explicarlo, sin razonarlo, sin todo esto… GM, ataca!!!

    #5
    Sky-Walker

    Re: Una década de Pagos Viejos… Artadi.

    Dices que has tenido una cata de Artadi Pagos Viejos...
    Explícanos algo más no??? :O)
    Salva, ¿lo grabaste o es que lo recuerdas todo?
    Gracias por compartir tu enopatología. Esta noche en el sofá (PC portátil) lo leo.
    Saludos

    #6
    in vino veritas
    en respuesta a Sky-Walker

    Re: Una década de Pagos Viejos… Artadi.

    Ver mensaje de Sky-Walker

    Jaja, el copiar y pegar funciona que es un gusto!!

    lo que es mío, por largo que se vea, cabe en medio folio, al menos lo dicho hasta ahora. Ya solo queda el otro medio folio de la otra mitad de la cata...05, 04, 01, 98 y 95... ahí es nada!!

    saludos

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