Calsificación de manzanillas

18 respuestas
    #17
    _Guillermo_
    en respuesta a Rafaedgere

    Re: Para meter un poco los dedos

    Ver mensaje de Rafaedgere

    No, no me tomé nada en El Menuíto, era temprano, pero ya lo tengo perfectamente ubicado, cualquier día bueno que tengamos me paso. Las dos bodegas en construcción que te comento, están muy cerca de la rotonda de El Menuíto.
    En cuanto a lo de meter los dedos que comentas, pues no tengo ni idea; si estas nuevas bodegas van a albergar las principales soleras que va a ser que no o van a ser unas instalaciones de apoyo, vete tú a saber.

    Atácale a la Gabriela, de verdad, es una manzanilla auténtica, yo intentaré pillarla en rama en el despacho de Sánchez Ayala.
    Saludos.

    Saludos desde El Puerto de Sta. María. https://www.instagram.com/guillermomdv

    #19
    Álvaro Girón

    Re: Calsificación de manzanillas

    Mi opinión es que la dura realidad ha hecho las viejas clasificaciones obsoletas. Las prolijas clasificaciones respondían muy bien a un no tan lejano tiempo en que las soleras de manzanillas tenían cerca de quince criaderas. Ello hace que sea francamente difícil encontrarse con una manzanilla pasada real, o al menos que responda al tipo de vino que se consideraba como manzanilla pasada hace treinta o cuarenta años. En realidad, lo que hay hoy en el mercado son manzanillas finas jovencitas, y de manera muchar más minoritaria, manzanillas que podríamos llamar en términos menos poéticos como "hechas".

    Sobre otros asuntos, y sin prejuzgar qué están haciendo algunas bodegas sanluqueñas en las afueras (es muy distinto hablar de una planta de vinificación que de un traslado de soleras puro y duro), uno no puede sino lamentar el hecho de que una parte importantísima de los mejores cascos bodegueros sanluqueños se hayan convertido en solares urbanizables. Y ello por dos razones. En primer lugar, porque Sanlúcar no hace tanto era un verdadero tesoro en términos de patrimonio bodeguero. Ello era especialmente cierto en el caso de las tipologías arquitectónicas más antiguas -las llamadas bodegas moriscas- hoy prácticamente desaparecidas. Resulta desolador constatar -y difícil de entender- cómo las autoridades competentes (Junta y Ayuntamiento) han autorizado el derribo de un número nada pequeño de cascos bodegueros del XVII y XVIII. En segundo lugar, porque perdemos vinodiversidad a marchas forzadas. Cierto es que las soleras tienen "inercia", y que una manzanilla procedente de un casco bodeguero determinado, y luego trasladada a otro en las afuerzas, preservará durante un tiempo el estilo, la memoria. Pero tampoco cabe duda que con el tiempo se convertirá en un vino distinto. Mucho del encanto de la manzanilla procede de su diversidad. Y su diversidad debe mucho a la localización, al emplazamiento de los cascos bodegueros. No es lo mismo una manzanilla que se hace en la parte alta de la barranca sanluqueña, aprovechando el acceso libro a los vientos de poniente, que una bodega de barrio bajo pegadita a la barranca, en cuyo caso lo que se busca es estar al abrigo de los abrasadores vientos de levante y muy probablemente tener acceso a la humedad proveniente de la cercanía al nivel freático.

    En realidad, todo esto no sorprende en un tiempo en que la falta más absoluta de respeto a los dos "terruños" que han dado sentido durantes siglos a los vinos de Sanlúcar, Jerez y el Puerto (la viña y el casco bodeguero), se ha convertido en un axioma al que muchas veces se reviste de argumentos falaces que mal se compadecen con la realidad histórica.

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