Cata 193 de la Peña La Verema III: el menú.
Cata 193 de la Peña La Verema III: el menú.
Para terminar con esta mini crónica, os comento el menú de la cena. Empezamos con empanada de bonito, croquetas de marisco, zamburiñas al horno, pulpo a la gallega y crujiente de vieiras y cocochas al pil-pil. Todo magnífico, aunque brilla con luz propia el pulpo, redondo en cocción y aliño. Continuamos con el plato de cuchara del que probé las manitas estofadas con garbanzos, sensacional, y terminamos con pescado del que yo escogí rodaballo a la plancha con verduras, procedente de una pieza de seis kilos casi viva. Terminamos con el postre de la carta, en mi caso tarta de castaña, cafés y repostería. Además del servicio, la cocina está a un nivel muy alto en Rías Gallegas.
Por cierto, la Peña la Verema se acerca (peligrosamente?) a su cata 200 y los 20 años de existencia. Algo habrá que hacer.
Re: Cata 193 de la Peña La Verema III: el menú.
Ver mensaje de J_de_Castro
Manitas
Re: Cata 193 de la Peña La Verema III: el menú.
Hoy parece que voy de reiteraciones a Javier pero es que coincido plenamente con él. Hay que matizar que tomamos el menú Rías Gallegas, pero con una pequeña variación en los entrantes (para no confundir a la gente, ya que en el menú normal, no estan las croquetas ni las zamburiñas), el resto tal cual. Todo extraordinario, coincido con Javier sobre el pulpo: el mejor que he comido en mi vida. De plato de cuchara yo tome las manitas estofadas con garbanzos (riquisimas), pero me consta que las otras 2 opciones (crema de boletus y pochas con anguila) estaban tambien impresionantes, por los comentarios de algunos que las tomaron. De segundo plato, todos optaron por pescado, y concretamente 2 opciones se eligieron: Lomo de atún marinado en mostaza con verduritas o Rodaballo plancha con verduras y algas. Yo elegí el rodaballo y estaba exquisito, con un sabor y textura impresionante (corrijo a Javier, según Alejandro el rodaballo pesaba 9 kilos). La gente que tomo el Atún, tambén dijo que estaba espectacular. Después, postre a elegir de la carta, café (muy bueno) y detalles dulces.
Solo puedo resumir esto diciendo que fue una velada extraordinaria, prometiéndome volver en cuanto pueda. Además muchos restaurantes deberían tomar nota, de como hay que hacer las cosas y de como tratar a la gente. Enhorabuena al equipo de Rías Gallegas, que funciona a la perfección, y como no muchas gracias a Alejandro, el "director de la orquesta" (y valga el símil), por todo.