La locura empieza en Borgoña. Verano en Tara. Tintos

Despues de una jornada de agobios bajo las gruas, adios aquellos caballos troyanos, ahora mastodonticos rieles con un pulsador, que te mueven toneladas de amor y sudor en los barcos (pero dentro de contenedores tatuados de cientos de numeros y referencias), adios a las etiquetas de latón y plomo...
Qué más me da si la copa está fundida o se llena de grasa de pulpo con pimentón... El Bernard Dugat Py Gevrey Chmbertin 2005 (pago de Lavaux St Jacques) está fundido de fragancias, complejidad, una masa de fruta con bayas, un recorrido enorme, una memoria en el paladar de asombro y un clasicismo ya como muestra para tenerlo en guarda lo que se quiera. Suntuosidad y equilibrio. No se derrama nada.
Para luego decir con un pequeño sorbo de Comte George Vogué Les Amoureuses 2005 (creo que ghe dado con una bueña añada nos hemos dicho todos), con este vino de profunda arrogancia, increible toque en nariz con exuberancias y recuerdos de mucha fruta madura, suave, una chispa a veces llamativa, descansa en boca dando un final larguísimo de enorme concentración...

En fin, los dias pasan, estamos de obras y estas son anecdotas de playa (que todavia no la han subido y aparcamientos sin tarifa)

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