Fuera etiquetas de papel en las botellas ¿posible?

Respecto a las etiquetas metálicas, a pesar de la vistosidad que puedan tener (en el caso de los ejemplos que pones son realmente bonitas y le dan mucho empaque a la botella), tengo claro que no me gustan porque me han dado sorpresas desagradables. Me ha pasado precisamente con una botella de Museum Real 2002 que, después de año y medio en el armario conservador (de buena calidad), comenzó a oxidarse la etiqueta por los bordes y a crear una "peligrosa" capa de óxido y moho que me obligó a sacar la botella de la cava y consumirla, para no afectar a "sus compañeras" de armario. Soy consciente de que la humedad en la zona en la que vivo (al ladito del mar) es bastante elevada y siempre roza el límite de lo recomendable (especialmente cuando abres y cierras la puerta del armario conservador), pero ese deterioro tan rápido y negativo de la etiqueta de estaño en un vino que aspira a poderse conservar durante algunos años me parece que no compensa la belleza que pueda alcanzar la botella portando la susodicha etiqueta metálica.

Respecto a las de papel, prefiero las que están satinadas porque se conservan también mucho mejor (no se arrugan ni se deterioran) cuando la humedad es alta.

Quizás la serigrafía de la botella pueda ser una buena alternativa, aunque supongo que elevará los costes.

Y las botellas, que sean ligeritas, por favor... :-)