Cata-presentación de foreros en Bilbao

Hola foro!!!

El viernes pasado tuvimos la ocasión de conocer al forero Roberto en una cata que tuvimos en casa. Puntual se presentó con una botella de Valpiculata 99 y un Vega Maragona 98 que le había pedido expresamente para catar (ese vino del que compró doce botellas y no le había gustado la primera, qué pena que no tenga más cajas porque es cojonudo. Viva La Mancha Chicos de la Vid).

Tras los tímidos pasos iniciales nos metimos entre pecho y espalda: Vega Moragona 98, Barón de Chirel 96, Valpiculata 99, Cims de Porrera 96, Olivares Dulce 98, Don PX Gran Reserva 72 y para hacer el tonto un Martínez Lacuesta Reserva Especial de 1928.

La verdad es que cuando veais a Roberto en el próximo encuentro nacional (al que prometió asistir) vais a flipar con su humildad y lo mucho que sabe. ¡¡¡El tío acertó todos los botecitos de aromas que le dí de prueba menos uno!!!. Incluso mi mujer y un compañero de trabajo suyo que nos acompañaron se atrevieron a decir que el catador perfecto era la nariz de Roberto y la jeta de Gonzalo a la hora de colgar fichas de cata... en fin, paciencia. (sí Juan Such... mina de lápiz, je je je)

Ya he colgado las fichas de cata pero deciros que el Vega Moragona es una bomba de calidad-precio. El Chirel al principio nos dejó así sin más pero la verdad es que fue la única botella de la cual no quedó ninguna gota para el día siguiente porque estaba cojonudo. Lo del Valpiculata es algo rarísimo pero lo comentaré en otro mensaje así como el Cims de Porrera con el que he soñado tantas noches y cuyo último 96 había abierto por ser un día especial (estaba bueno pero ha comenzado su declive).

No hubo cena preparada puesto que el protagonista era el vino. Tan sólo jamón, chorizo, lomo y una tortilla de patatas que mi suegra se empeñó en dejarnos preparada y que tan sólo degusté una vez de que lo probaron los demás y no daban sintomas de envenenamiento... hay que extremar precauciones.

De postre tomamos quesito, nueces y pasas con el Dulce Olivares (después de catar la maravilla que es el Dolç de L'Obac es un vino que no me dice nada) y con unos bombones le pegamos a esa joya llamada Don PX 1972.

En pleno fragor abrimos una botella de Martínez Lacuesta 1928 que me habían regalado para demostrar que los vinos son un ser vivo. La verdad es que estaba mala pero no era vinagre, tan sólo turbia y plana, aunque Roberto en plena exaltación de la amistad producida por la ingesta alcohólica se empeñase entre risas en que colgásemos su ficha de cata poniendo cosas como "taninos agresivos" y "falto de doma en botella".

En fin, que fue una gozada de encuentro y que seguro que repetimos pero me apetecía meteros el rollo.

Saludos desde la delegación veremera del norte