Vino de culto y culto al vino

66 respuestas
    #41
    Iñaki Blasco
    en respuesta a MCamblor

    Re: Ajem...

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    No te he acusado de instar a alguien a ";no opinar";, pero ya había habido alguien que se apuntaba a la lista de los que no querían opinar para no ";molestar";. Y sé que coincides en que la cuestión no es esa.

    Sobre la simultaneidad de recoger conocimientos y acrecentar la afición la comparto, de hecho estoy inmerso en medio de la simultaneidad. Pero no se genera la afición leyendo los diferentes tipos de suelo que se pueden dar en el Libournais. Como nos explicaba ";wanderer"; sobre su historia personal con el vino hay un momento en el que la experiencia de intentar diseccionar un vino te abre la mente y ves nuevos horizontes donde antes ";sólo"; había vino. En ese sentido la experiencia de cata siempre es anterior y puede ayudar al deseo de saber más. Claro que si el ";después"; llega años más tarde, o no llega, podemos hacer pajaritas de papel...

    #42
    MCamblor
    en respuesta a MCamblor

    He aquí un giro interesante...

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    ¿Por qué no compartimos, tal como lo hiciera Wanderer, nuestra primera experiencia en el vino, la que inició nuestra afición? Tambié quizás podríamos matizar un poco señalando el momento en que entramos en la ";simultaneidad"; de la afición con el estudio del tema...

    Comienzo yo, para ver si el personal se anima. El relato es en tercera persona y sin muchos detalles, pero da una idea general.

    El muchacho tiene casi trece años. Está de visita en casa de un cercano familiar aquejado de una cruel enfermedad terminal. Es el cumpleaños de este familiar, que no es un hombre tan mayor como para estarse muriendo. Se está sirviendo un vino en la mesa que el familiar en cuestión dice que ";acaba de adquirir en subasta"; y que, para lo que le queda, no quiere irse sin probar por lo menos una vez.

    El caso es que el familiar está fuertemente medicado. No puede casi comer. Cuando se lleva la copa a los labios, el vio no le sabe a nada. Traga con la mirada vacía, perdida en una lejanía improbable.

    El muchacho está sentado a su lado. Le pasa la copa, en la que quedan un par de buenos dedos del vino. El prematuro moribundo le dice: ";Prueba, Manolito";. El muchacho prueba y lo que prueba es distinto a todo lo que antes hubiera experimentado con sus sentidos. La sensación es inesperadamente fuerte, adulta. Se trata de una bebida con alcohol, pero que no tiene nada que ver con los whiskys que prefiere su padre. Manolito se queda con el sorbo de vino en la boca durante buen rato. No sabe qué hacer con él, si está permitido tragar. Hay una mezcla de dulces y salados en su boca, de amargos y de otras cosas que no está preparado para representarse en la mente.

    Al final traga. Se le queda en la cabeza una especie de perfume que le recuerda al agua de violetas que su madre le ponía después del baño, cuando era más chico. No le gusta la sensación que le deja en la lengua el líquido, pero le cautiva el seguir sintiendo olores de algo que ya ha bajado por su gaznate. Le pregunta al familiar: ";¿Qué es?"; El señor le dice: ";Vino. Vino bueno";.

    El familiar moriría poco después. Aquella noche del cumpleaños, Manolito escribiría un poema sobre la experiencia. Luego se enteraría de la identidad del vino. Uno de los grandes de Burdeos, de una añada excepcional. Vería una etiqueta similar en uno de lso libros de la biblioteca del difunto. Le preguntaría a la esposa del difunto si podía quedarse el libro. Se lo lleva a casa, junto con otros más que tienen la palabra ";vino"; en sus portadas. Lee ferozmente. Aunque por su escasa edad no le dejan beber, siempre que alguien le pregunta, en un restaurante o en la mesa de la casa lo que quiere beber, dice: ";Vino. Vino bueno";.

    Cuando cumple los dieciocho, lo mandan a la universidad. Aunque quiere estudiar literatura, se cuela en un par de cursos de ";Apreciación del vino"; que ofrece la escuela de hotelería de su uni. El profesor de los cursos tiene una colección de botellas vacías sobre un estante del salón donde se da la clase. Una de ellas es conocida para Manolito. Château Lafite, 1966. A la salida de la clase, Manolito se para delante del estante y se queda mirando la botella. El profesor se le acerca y le pregunta: ";¿Te interesa?"; Manolito le responde: ";Lo conozco...";

    In memoriam... Los buenos tiempos...

    M.

    #43
    www.ino
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    El amigo Juanito...

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    ...Ya estaba abandonando el mundo de la fantasía cuando la merienda de las cinco era pan con vino y azúcar.
    Todavía lo recuerdo, rebanada en mano, mirando a la luna el día en que el Apolo XII llegó, justo en el verano de su primera comunión.
    El contacto con el vino había comenzado más por los piés que por la boca. Cada octubre, su abuelo lo metía en el serón de la burra que harta de andar los mismos caminos, trotaba ligera hacia la viña donde esperaba al resto del personal.
    Las vendimias. !Qué fiesta! Todos los personajes de su vida juntos.
    Unas cortaban y preparaban el almuerzo, otros sacaban cestos y hacían el lago. Y Juanito buscando las uvas mas raras y dulces, los melocotones y los menbrillos.
    Luego el lago, las avispas, el mosto del caño... La verda es que Juanito tenía varias fiestas a destacar en su calendario. Aunque sus favoritas eran la matanza, la trilla y la vendimia, que si algo tenían en comúnera la acción y la reunión.
    Empezando ya el niño a estar harto de tanta comunión y ejerciendo su derecho infantil de imitar todo lo que hacen los mayores, robo la llave de la bodega.
    Influido por ";las malas compañías"; se puso a exprimir limones, abrir plátanos y cortar melocotones para macerar en vino. ";Un poco más de azúcar y esto está para beber pasadomañana el día de la fiesta.";
    !Ay, ay, ay! Una fuerza extraña, le arratraba a Juanito a probar el cada vez más dulce mejunje.
    Moraleja: ";Con el vino no se juega";
    Y coloríncolorado, este cuento...
    Un abrazo a Manolito y a todos los It@s

    #44
    MCamblor
    en respuesta a MCamblor

    Es que tú marcas un "ito", Juan Carlos...

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    ...Y eras un ";Ito"; muy tremendito, sí señor. La vendimia me hubiese gustado verla de niño. La matanza la hacían en el Caribe. Había un amigo de mi familia con una finca de cañaverales en el este de Santo Domingo, que tenía un criadero de puercos. Había un momento de onerse morao de ";lechón asao";.

    M.

    #45
    MCamblor
    en respuesta a MCamblor

    Ah, y...

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    El primer experimento enológico de aquel Manolito que una vez fuera yo envolvó la fermentación de arroz. Estbamos en tercero de secundaria, en el laboratorio de química. El profe, que era de armas tomar, nos estaba enseñando de fermentaciones. Nos dió una cantidad limitada de naranjas y plátanos a la clase para que nos inventáramos una fermentación. Mi mesa llegó a la repartición cuando ya los vivales se habían llevado todas las naranjas, o sea que tuvios que crear un ";Saké"; criollo. Lo peor del caso fue que en un momento de verdadero mal juicio, nos bebimos el mejunje resultante.

    La resaca fue antológica.

    M.

    #46
    JA_Dianes
    en respuesta a MCamblor

    Re: Sobre valoraciones y aprendizaje

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    Manuel, en esa ideal descripción de lo que debería ser un grupo de cata, encuentro una idea subyacente, a la que tengo la tentación de aferrarme. Concluyes diciendo que el grupo ha aprendido una inmensidad, sin dar el primer punto ni hacer valoraciones categóricas sobre los vinos. Entonces para ti seguirán aprendiendo.

    Quizá quiere decir eso que la juzgar, un individuo se arma de seguridad en sí mismo, asumiendo que se tienen verdaderos conocimientos que le permiten realizar afirmaciones definitivas sobre ese vino. Es probable que en ese estado uno no aprenda nada, pues es el estado natural de búsqueda de aprendizaje es aquel en el que uno se considera ignorante en mayor o menor grado.

    En ese estado de ausencia de humildad el catador está incapacitado para aprender. Pero ciertamente esto es una deducción muy tajante, pues como en la vida es una cuestión de equilibrio. Pienso que lo ideal es opinar, discurrir, juzgar anteponiendo nuestra experiencia, ya sea mucha o poca, pero dejando claro que en todo caso hablamos desde una duda razonable.

    Sin embargo esto haría excesivamente trabadas las comunicaciones, por lo que muchas de las anteriores actitudes deberían presuponerse a la hora de leer una nota de cata o cualquier otra sentencia relativa a un vino (o cualquier disciplina) por parte de un aficionado. Sin embargo en muchos casos es difícil presuponer esas cosas, pues todo lo que leer apunta en el sentido contrario, en el sentido de la soberbia, la arrogancia y la posesión de la verdad irrefutable. Todos hemos caído en esa trampa alguna vez, y los que menos sabemos más a menudo y más recientemente.

    Saludos.

    PD: Cuando hablaba de forma crítica sobre la opinión de los aficionados, me refería a aficionados con pocos conocimientos. No creo que haga falta ser un profesional para pronunciarse de forma rigurosa y valiosa sobre un vino. Tenemos muchos ejemplos por aquí, personas que dan grandes ejemplos de conocimientos, maneras y saber estar.

    #47
    www.ino
    en respuesta a MCamblor

    ¿Onerse morao, dices?

    Ver mensaje de MCamblor

    Pos aguarda:
    Sacaban a la cochina que vivía debajo de la escalera.
    (Todavía recuerdo a una que pesaba más de ochenta kilos y tuvieron que romper la pocilga para sacarla.)
    Le ponían un cesto en la careta y con un gancho la arrastraban hasta la banca.
    !Iiiiiiiiiiiiiiiiiií! Gritaba la cerda.
    Cuatro Hombres sujetaban las patas mientras el matarife clavaba el cuchillo en la yugular. Una mujer recogía la sangre en el barreño para las morcillas. Luego prendían las alubiazas y a chumarrar.
    Colgado el animal en una escalera, cabeza abajo, terminaba de desangrarse.
    Entonces, comenzaba el festín. Con el cuchillo bien afilado se rasgaba el cerdo de arriba abajo.
    Ya podíamos empezar a comer. Los pellejos, con un poco de sal los masticaban los niños como chicle.
    La fiesta había empezado.
    Al día siguiente se descuartizaba. De almuerzo, lomo. Para la merienda picadillo....
    Las mujeres y los niños rellenaban chorizos y morcillas mientras los hombres asaban al fuego caretas y costillas para combatir el hambre y el frío.
    Y es que en febrero, no había más que hacer.
    Saludos

    #48
    MaJesus
    en respuesta a MCamblor

    Re: Hombre Manuel ..

    Ver mensaje de MCamblor

    .. lo de ";rebuznar"; opiniones suena ligeramente ofensivo, no quizas para l@s que estamos acostumbrad@s a tu florido verbo (no te piques, que lo que quiero decir es que escribes muy bien) ... y bueno, respecto a lo de ocupar banda inutilmente, pues tambien es cuestion de opiniones si en lo que se ocupa actualemtne es importante o no. Si este foro se convierte de repente en algo en que solo los que se tiran larguisimos anyos de estudio y comprension pueden opinar de cuanto les ha gustado un vino, un aceite (una opera, un ballet, un cuadro ... ), y describir sensaciones subjetivas puntuales y no profesionales, pues la verdad no llenaria el hueco que este foro llena. De las puntuaciones ya hemos hablado varias veces, y llegamos al acuerdo que tan estupido (o inteligente) es una puntuacion como una nota de cata, asi que notas de catas sin puntuaciones son simplemente menos utiles, pero no tienen una carta de naturaleza distinta. En fin, que esta vez nos toca disentir, desde el horno de Carolina del Norte (aunque ya parece que van a bajar las temperaturas hasta los 32C ;)

    Que se te cure la pata pronto!

    MaJesus

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