Juan y todos, Ahora bien, una pregunta que debemos hacer abiertamente es

Juan y todos,

Ahora bien, una pregunta que debemos hacer abiertamente es cuanto vino consume cada uno y si ve ese consumo como un ";lujo"; o como algo de primera necesidad (no teman, que no implica alcoholismo más qu deforma tangencial; algunos, como yo, creemos que una comida sin vino es, en efecto, como un día sin sol y un mundo sin mar).

Comienzo por declararme yo: En casa se beben (enfatizo lo de ";beber;"; aquí no nos andamos con relajitos), como mínimo absoluto, siete botellas en una semana, o sea, por lo menos una al día. De vez en cuando nos regalo a mí mismo y a Josie algo especial, pero por lo general, las botellas que abrimos andan entre $5 y $15. Me encanta cocinar y nunca subestimo el vino a la hora de planear el menú de cada cena. Ah, y funciono de esa forma desde que estaba en la universidad, cuando me decidí a aprender a desenvolverme en la cocina en pura defensa propia, porque la comida basura de los americanos amenazaba con acabar conmigo. De eso hace como 15 años.

Que me hayan criado con cierta costumbre de beber vino con la comida (desde los doce o trece ya me ponían mi copita de algo con la cena en Santo Domingo) no me parece nada aberrante. Apuesto a que en casa de muchos de ustedes algo parecido ocurría. ¿O no?

A ver, cuenten, cuenten...

Manuel