Visitar a Rodri es visitar a un pariente lejano (por la distancia) pero muy

Visitar a Rodri es visitar a un pariente lejano (por la distancia) pero muy querido.

Voy al menos una vez al año a visitarle y es injusto no haberle dedicado alguna crónica a cualquiera de estas visitas.

Galicia, mi segunda casa, es un despliegue de generosidad por parte de cada bodeguero.

Hay un movimiento por parte de pequeños productores que se preocupan de poner en valor, más allá de la uva protagonista en la DO Rias Baixas (albariño), el entorno de donde sale cada vino: el suelo, la proximidad al mar, el marco de plantación, el volumen que sacan de cada parcela...

Empezamos la visita en la Bodega de Rodrigo Mendez y catamos muchas barricas y depósitos de lo que será la añada 2023.

Rodri huye de los vinos que realizan la fermentación maloláctica, cualquiera de sus barricas que realice está fermentación pasa, automaticamente, a Bastión de la Luna. Él entiende que este tipo de vinos no es lo que el pretende de esta bodega y no se identifica con el estilo. Probamos un Bastión de Luna 2006 que era una delicia!! (que no se entere)

Comprobamos que una barrica con tostado alto, a un vino concreto de Forjas del Salnés, le sienta de maravilla y no se notaba nada. Nos cuenta, que en este mismo vino, bajando el tostado de la barrica daba aromas de madera mucho más marcada. La magia del vino.

Después fuimos a visitar Pazo Sinsela.

Paraje precioso, singular y con mucho encanto. Probamos sus dos vinos ¡fantásticos! y nos enseñó una barrica a la que había salido velo que nos sorprendió a todos. No se que hará con esa barrica pero yo le pedí que me la embotellase para casa.

Este proyecto nos dará muchas alegrías en el futuro, la parcela de San Clemente tiene una potencia y un futuro tremendo.

Visitamos el lugar donde va a construir su nueva bodega, al lado de la casa donde se crió. Allí pudimos ver un corte longitudinal del terreno donde se aprecia el granito a 40 cm de la superficie.

Acabamos con una comida GALLEGA! Ya sabéis lo que significa: calidad, abundancia y poco maquillaje. Nos debimos de portar muy bien para que el camarero nos dijese que no esperaba que comiésemos tanto.

En la foto de portada están "sólo" algunos de los vinos que tomamos en esa comida.

Muchas gracias Rodri, por esa generosidad enorme y por hacer los vinos que haces.

P.D. Seguiré fiel a mi tradición de visitarte en verano