Mencía: incomprendida o es que no da más de sí?
Todos los años "pico" y me doy un pequeño gusto en la venta a la avanzada entre los que invariablemente cae alguna Mencía. Y fuera de la avanzada Raúl Pérez también suele hacerme caer en la tentación todos los años
Previamente busco opiniones y "ratings" que me ratifiquen en el capricho (esta necesidad de aprobación grupal está descrita por todos los psicólogos de la escuela conductista, así que acepto la crítica). Casi siempre encuentro lo mismo respecto de los Mencías de alta gama: críticas que van desde buenas (Peñín) hasta extraordinarias (Parker-Gutiérrez). No son vinos muy analizados por la crítica profesional así que hay poco más donde investigar.
Este año, además, he revisado las notas de los usuarios de una conocida web que califican de 0 a 5. Y me ha sorprendido que no hay un solo Mencía por encima de 4.3. Es la nota máxima que se llevan vinos como Las Lamas y Moncerbal (de Álvaro Palacios). Los de Losada, como La Bienquerida, se quedan como máximo en 4.2 aunque Altos del Cepón llega también a 4.3 (pero con pocas reseñas). P3 de Dominio de Tares se queda en 4.2. Y qué decir de Ultreia Valtuille, de Raúl Pérez: un 98 puntos Parker que a ojos del público se queda en 4.1.
Estoy hablando de vinos que no son baratos. De 40 euros para arriba. De 100, en el caso de Las Lamas y Moncerbal.
En ese entorno de precios, en casi cualquier otra región o uva (Tempranillo, Garnacha, Monastrell) no es infrecuente encontrar notas de 4.4, 4.5 e incluso 4.6.
Estoy intentando encontrar alguna razón objetiva y he pensado consultaros. Creéis que en España no se aprecian los vinos más ligeros y especiados y que lo que gusta es el cuerpo? O es que podría decirse que la Mencía es una uva "menor" y esto es lo que da de sí?