Re: Adjetivación vínica
Buenos días.
Efectivamente. Somos muy dados a los excesos.
Hemos pasado de vinos muy concentrados y con una alta influencia de la madera nueva, a vinos sin apenas color, con altas acideces, verdores a los que llaman frescor, etc.
Creo que perdemos de vista muchas veces que la característica principal de un vino debe ser que nos haga disfrutar con él. Y si nos vamos a vinos muy extremos va a ser más difícil que lo hagamos.
Difícilmente me voy a beber dos copas de un vino afilado como una catana sin que me sangre la úlcera, o de un vino sin apenas acidez, hiperconcentrado, que deba masticar. Para catar pueden ser divertidos, pero para beber ya son otra gallina.
Y eso por no hablar de los vinos radikales con K, donde las brett, volátiles altas, aromas y sabores oxidados, campan a sus anchas, con la excusa de haber realizado elaboraciones tradicionales, naturales o de mínima intervención.
Para mi gusto en el equilibrio y la moderación está la virtud.
Un cordial saludo