He de reconocer que la comparación del bolso con la botella es populismo barato

He de reconocer que la comparación del bolso con la botella es populismo barato, no se pueden comparar cosas tan distintas. Pero tampoco sé si es comparable una botella de vino con un concierto. Los aficionados al vino necesitamos beberlo muy a menudo, no nos basta con descorchar una botella de Pascuas a Ramos como el que acude a media docena de conciertos al año, que ya es bastante. 

Además hay que tener en cuenta las alternativas que uno tiene frente a cada una de las "experiencias". Un concierto de un artista de primera fila ronda siempre la cantidad que citas, pero la realidad en el vino es que con la mitad de esos 60 euros, por no decir con un tercio, en el mercado encuentras muchas opciones y muy buenas. 

Hay un tercer factor, que es el coste real de cada cosa, independientemente del grado de placer que te ofrezca. En ese sentido, yo siempre pienso en los hoteles. Dormir en un hotel de 3 o 4 estrellas me suele costar entre 50 y 100 euros, y si valoro la satisfacción que me da dormir en un hotel, me parece carísimo. ¡Tanto dinero solo por dormir! Pero luego empiezas a echar 4 cuentas de lo que cuesta construir o comprar una infraestructura, mantenerla y pagar el personal, y sobre todo ves los números de las empresas hoteleras, y te das cuenta que el precio que pagas es el coste más un margen razonable para que el balance de la empresa media del sector sea aceptable. 

Si nos vamos al vino, ya nos encontramos de partida que por productos de calidad (o nivel de satisfacción) similar, hay una variedad de precios tremenda. Y si analizas el coste real del producto te das cuenta que en los vinos caros el margen es altísimo. En la entrevista dicen que la única marca que cumple ese 50-50-50 es Vega Sicilia. Pues bien, Vega Sicilia tiene uno beneficio neto después de impuestos de más del 50% de su facturación. Nada que objetar, chapó como empresa. Pero viendo eso, mi mente tiende a pesar que hay mucho espacio por debajo de ese precio para que se hagan las cosas bien y la gente se gane la vida muy decentemente.

Si el objetivo de las 50.000 botellas a más de 50 euros en bodega es ese, no veo por qué yo debería desear que se cumpla. Prefiero quedarme como estoy (como estamos).