Yo no renuncio a las reuniones de amigos: simplemente las hago más reducidas

Yo no renuncio a las reuniones de amigos: simplemente las hago más reducidas como nos reclaman nuestros "líderes". Pero no voy a ir más allá de lo que me piden (y ellos no cumplen). Así que por ejemplo mañana tengo una pareja invitada a casa para ayudarme a liquidar ese stock de Pavie Decesse 2001 que ya quedamos en que no aguantará tan rico mucho más tiempo.

Solo cuatro personas, así que estoy dentro de la ley. Y creo que también de la prudencia.

Luego, como dice @Quillolim he aumentado algo el tiempo de deporte. Al gimnasio últimamente he añadido (mientras dure el buen tiempo) una horita de carrera por el borde del Manzanares en El Pardo. Está delicioso.

Lo que más me mata es no poder viajar, que es mi pasión. Eso sí, con lo de no poder hacer viajes exóticos estoy ahorrando un montón de dinero...que estoy invirtiendo en vinos que normalmente no me permitiría. Y los sábados y domingos me doy la alegría de abrir un par de botellas de esas que elevan el espíritu.

Todos los días dedico media horita (al menos ;)) a revisar las páginas de internet para descubrir las ofertas a las que la situación obliga y a las que tan difícil me resulta resistirme.

Y de vez en cuando ayudo a mi hija a preparar sus trabajos y entrevistas, que se acaba de graduar y lo de encontrar un buen trabajo está más complicado que nunca. Pero el tiempo de calidad que tengo con ella y con mi otro hijo durante estos meses no lo tengo habitualmente cuando no tienen restricciones de movimiento. Esta es otra fuente de alegría inesperada.

De modo que sí, como bien dices es cuestión de reinventarse un poco y reorientar las fuentes de alegrías diarias. Ya volverá la normalidad (la de siempre) y seguro que echaré de menos alguno de estos lujos menos habituales.