Como siempre un placer participar, en mi caso por quinto año consecutivo y

Como siempre un placer participar, en mi caso por quinto año consecutivo y siempre aprendiendo. En las primeras ediciones aprendí que habitualmente había un espumoso y era un champagne o un cava, que no solía repetir vinos, que también era habitual cambiar las zonas y que difícilmente había vinos con la misma uva. También aprendí que el último era un vino especial, algo así como un vino dulce, un generoso... 

Todo eso te lleva si querer a tener ideas preconcebidas aunque trates de evitarlo. Al final dos champagnes, un vino blanco del priorat complicadísmo, un burdeos con aires riojanos y tres tempranillos (lease tempranillo, tinta fina y tinta de toro). Y se te queda una cara... Desaprender para seguir aprendiendo. Lo dicho, una experiencia muy recomendable. ¿Que os parece?