Re: Más madera, más madera
Ver mensaje de XavihEsa es la madre del cordero: saber manejar la barrica, aplicarla a las variedades y uvas que lo requieran y en sus tostados, variedad de roble y tiempos de crianza adecuados.
Hay variedades excelentes como la Riesling que no conocen la madera (ni la quieren conocer pues no es que no necesiten madera, es que la madera daría un pobre resultado en el vino final). Además, son vinos con una acidez tan tremenda (sobre todo en Alemania, bastante más que en Alsacia), que pueden vivir 20-30 años en un estado de forma envidiable (y sin haber visto la madera).
Sin embargo, el planteamiento inicial del hilo, intuyo que no iba en relación a vinos blancos ni vinos foráneos, sino más bien en vinos "domésticos" (nacionales), tintos y de la DO Ribera del Duero (que es la única que, que yo sepa, tiene establecida como tal la categoría Roble para designar a un vino semicrianza, es decir, ni joven del todo ni de la categoría Crianza tampoco del todo).
Al final, dejando al lado si Ribera, Rioja, tinto, blanco, etc... lo importante es saber con qué variedad de uva tratamos, las cepas de las que obtenemos dichas uvas, el terruño donde están asentadas, el clima, qué obtenemos de esas uvas, qué calidad tienen, qué pretendemos conseguir con ellas para saber si necesitamos darle al vino crianza en madera o no, y si lo requiriera: cuánto tiempo en barrica, qué tipo de roble, qué tostado, qué tamaño de bota (barrica) o si iría mejor usar fudres, tinos, depósitos, etc.
Lo que está claro es que los vinos que muchas veces calificamos como de "guarda" lo son por algo: ya de jóvenes "van para vinos de guarda" porque la variedad y la elevada calidad de las uvas lo permite y, frecuentemente, eso va asociado a cierto tiempo (a veces largo) de crianza en madera (salvo excepciones de variedades como la riesling, pinot gris, garnacha, etc... que pueden no requerir barrica o un uso muy cuidadoso de la misma en tiempos y características respecto a otras variedades de uva).
Saludos
En la victoria mereces beber champagne; ¡en la derrota lo necesitas! (Napoleón Bonaparte. 1769-1821)