El problema es que encima hay 2 variables más a considerar que lo hacen todo

El problema es que encima hay 2 variables más a considerar que lo hacen todo aún más dificil(Eso dando por supuesto unas condiciones de guarda óptimas, que a veces es dar mucho por supuesto).

Por un lado, que no hay dos botellas iguales. Si estamos en una comida-cena y abrimos varias botellas del mismo vino. Mismo día, misma hora, misma temperatura(O casi identica) y a veces misma caja. Y cada botella es distinta a la otra. Entre otras cosas tb es distinta su evolución. Te puedes encontrar con una botella plenamente integrada y otra aún por acabarse. O una ya con signos de declive y la otra en plena forma.

Segunda y esta es aún más jodida. La evolución no es lineal. A veces hay vinos que parece que se han muerto o que están cerca de ello y de pronto pasan a una siguiente fase y aunque son vinos distintos, son plenamente placenteros. O a veces hay vinos que parecían en plena forma y en unas pocas semanas-meses, caen de golpe.

Sinceramente este problema sería mucho menor si todas las bodegas hicieran algo, que, por desgracia pocas(Yo diría que ambas cosas casi ninguna), hacen. 

1/ Una sacar los vinos en el momento que están ya plenamente disfrutables. Que les quede evolución, pero que no pueda acharcarles que la falta de integración sea un defecto importante.

2/ Horizonte de consumo. Que en vez de poner mucha información irrelevante(En algunos casos casi chorradas), en la contraetiqueta, pusieran la fecha de consumo Optimo. Entendiendo por Optimo, claro, no el que el vino no este totalmente muerto, sino aquel en que el vino estará en su máxima expresión y a la vez integración.