Totalmente de acuerdo. Si hace unos años los vinos clásicos se denostaban, se

Totalmente de acuerdo. Si hace unos años los vinos clásicos se denostaban, se llevaba la fruta madura, los vinos alta capa y estructura, mucha sobremaduración, ahora parece que nos vamos al otro extremo. Aún así te diré que los dejó Parker sigue un poco en boga, más que nada porque desde las bodegas el giro hacia otros estilos también está siendo lento. Pero sí básicamente:

Tintos: Vino más bien clásico, más ligero, menos extraído. Vuelve Rioja y los clásicos de Ribera del Duero, que durante unos años mentarlos era cosa del demonio, de casposo y de viejo.
Blancos: Con madera... En los blancos lo que veo sin embargo es la tendencia hacia la madera. Tal vez por el exceso de celo hacía los verdejos, la gente busca lo contrario, blancos con más peso y con paso por barrica.
Espumosos: En champagne, de pequeño productor, aunque sea malo, lo importante es que nadie conozca la bodega. En cava la tendencia es distinta, lo que veo y leo en RRSS, revistas, periódicos y demás, son cavas de larga crianza, de nuevo con más peso, en la línea de los blancos. Lo que hemos aligerado en tintos y rosados, lo engordamos en blancos y espumosos.
Rosados: Ligeros, livianos, con una evidente tendencia hacia los rosados provenzales, sobre todo en color.

Y se llevan los vinos gallegos y el Jerez, en cualquiera de sus formas, sobre todo palo cortado.

Esto claro, EMHO y con el sesgo de lo que escucho a mi alrededor, leo, etc. Imagino que el mercado más generalista irá por otros derroteros.

Saludos
Dani