Hay muchas veces que nos pasamos con la cantidad de información que se pretende

Hay muchas veces que nos pasamos con la cantidad de información que se pretende dar en una etiqueta. No se puede contar la historia de la bodega, las características del viñedo, y el currículo del autor del vino y una bonita cata-maridaje en una pequeña etiqueta. El consumidor lo que quiere es disfrutar de la botella y que no se le abrume con tanta información. Y luego hay un problema. Todas las bodegas tienen viñedo viejo, plantado en altura, con producciones limitadísimas y características especiales que hacen de sus vinos algo excepcional. Y cuando catas el vino, vienen muchas decepciones.
Por lo que yo soy partidario de dar información en la botella la estrictamente necesaria, y dejar que cada consumidor ponga el vino en el sitio que le corresponde. Y quien quiera ir aprendiendo de vinos tiene mil sitios donde recibir información, desde las páginas web de las bodegas, hasta los cursos de cata.