No sé si te has tomado a mal el mensaje, en absoluto mi intención era la de

No sé si te has tomado a mal el mensaje, en absoluto mi intención era la de descalificar a nadie, en cualquier caso entono el "mea culpa" y hago autocrítica pues habitualmente me sale la vena de prescriptor profesional. Claro que soy el primero que hago de vidente y que incluso en las reseñas que escribo, muchas veces digo que al vino le vendrían bien unos años de reposo. A lo que me refería, es que los aficionados a algo, ya sea volar cometas o los sellos, acabamos volviéndonos unos frikazos de categoría.

Cada vez más intento hacer el ejercicio de disfrutar sin comerme el tarro, y si la he cagado abriendo algo demasiado pronto, no pasa nada.

No dudes además que la mejor botella siempre es la que está por venir.

Y el tema me parece interesantísimo, daría para debatir horas, es uno de los misterios de este mundo. Tanto que voy a abrir dos nuevos melones:

1. Conozco a un enorme elaborador de la zona de Ribera del Duero al que le gusta beberlos con pocos años. Por tanto, si compramos algo suyo y lo esperamos un tiempo, estaremos tomándolo en un momento que para él no es el mejor. Y el artista es el que mejor conoce su obra.

2. Los vinos atraviesan extrañas curvas. Te cuento un ejemplo que me ha pasado: compras un Borgoña, te olvidas de él y no sucumbes a la tentación de cepillártelo a la primera de cambio, lo descorchas cuando crees que está en su momento óptimo, y zasssss... Fase tonta e inexpresiva. Recién salido al mercado habría estado cojonudo.

Un fuerte abrazo,