Es el fruto de políticas partidarias y partidistas que no solo afectan a este

Es el fruto de políticas partidarias y partidistas que no solo afectan a este sector.

Subvencionar la retirada de viñas y agricultores viejos que permitiese la implantación, con más subvenciones, de viñas de alta producción de la mano de inversores más que de agricultores, no podía tener otro final que el de la superproducción y la caída de calidades y precios.

Lo sorprendente de todo esto es que sea ahora, en puertas de la próxima campaña, cuando se oigan voces de alarma, supongo que la falta de ayudas a la destilación y el asunto Rueda tendrán mucho que ver. Lo previsible es que, si a poco de iniciar la campaña 2013 las cooperativas de Castilla La Mancha se vieron obligadas a cerrar temporalmente las instalaciones por no tener capacidad de almacenamiento (colas de tractores esperando durante varios días), antes o después la situación se volvería insostenible. Un mercado descontrolado como es el de producir más de 20.000Kgr/uva/Ha solo puede traer ruina.

Esos productores, cooperativas y/o privados, que ahora se quejan son los mismos que pagaron la uva a precios irrisorios, teniendo constancia de la situación pero con la casi seguridad de que vía vino o subvención el negocio estaba hecho, es lo que tiene la especulación.

El artículo de El Mundo tiene gran parte de razón pero no debe generalizar y meter a todos los viticultores en el mismo saco. En España hay muchas zonas vinícolas, una mayoría, donde las cosas se hacen bien, donde las producciones están controladas, donde se apuesta por la calidad pero que se ven afectadas porque se ha fomentado un intrusismo de "productores" que, incapaces de producir calidad, se dedican a "reventar" mercados y ocupar el lugar que merecerían productos de más calidad.

Volvemos a culpar al "empedrao". Nos perdemos en acusaciones a la UE y Bruselas, cuando ellos lo que hacen es aportar fondos y es aquí donde se deciden cuantías y destinatarios. Nos quejamos de que no se exporta bastante, aunque se exporte más, pero nos guardamos de decir que nuestra cuota de mercado exterior la hemos cubierto con vinos bajos en calidad y precios, dejando fuera (salvo excepciones) a aquellos buenos vinos que nos abrieron mercado.

Si se permite el descontrol, si no se ponen limitaciones, si se hace uso político de las subvenciones, difícil va a ser encontrar solución y que el vino español vuelva a ser conocido por bueno en precio y calidad y no por malo y barato.