En efecto, hay ocasiones para todo y prioridades de vida, algunas de siempre y

En efecto, hay ocasiones para todo y prioridades de vida, algunas de siempre y otras que son temporales y circunstanciales.

Comparto un poco de lo que comentáis todos pues todos tenéis parte de razón. El factor precio es importante, el factor calidad de lo que uno bebe (dentro de precios razonables), también y el factor prioridades personales, pues también.

De todas formas, se entiende también que los que hablamos aquí, en general, tenemos tres factores que nos permiten pensar en la compra de vinos para disfrutar:

- Salud para beber vino, dentro de la moderación, sin muchas restricciones: digamos lo que digamos, alguien con insuficiencia hepática o renal, por ejemplo, o una hipertensión severa de nivel 2 complicada de manejar, lo va a tener más difícil para poder beber de diario.

- Un trabajo dignamente remunerado: no veo a gente en el paro con prestación de 426 euros o trabajando y cobrando 600-700 euros/mes (y que no viva con sus padres o ayudado con el sueldo de un tercero) que piense en comprar vinos de 10, 15 ó 20 euros/botella.

- Cierto conocimiento de lo que compramos o, por el contrario, ánimo por descubrir nuevas sensaciones a través de nuevos vinos.