Acerca de la cultura del vino en el acercamiento al público.
Me gustaría comentar la opinión que expresan Jordi Alcover y Sílvia Naranjo en la entrevista que les realizaron para el documental "Deconstruint el vi català": http://www.deconstruintelvicatala.cat/bloc/lapropament-al-public-segons-jordi-alcover-i-silvia-naranjo/ (en catalán).
Para los que no entiendan el catalán, resumiendo, Jordi Alcover y Silvia Naranjo sostienen que vender la "cultura del vino" da una visión al consumidor potencial de que se necesitan unos conocimientos previos para beber vino, y no es una buena política de márqueting. Según comentan, el vino es como cualquier otro alimento: un conjunto de sensaciones organolépticas. A medida que se van probando diferentes vinos, se aprende a distinguir los que te gustan de los que no, igual que con cualquier otro alimento.
Ya se ha comentado alguna vez por aquí el carácter esnob que tiene el vino para determinado público. ¿Creéis que tienen razón? ¿Se debería cambiar la forma de vender vino al gran público? A casi todos nos vienen a la cabeza determinadas bodegas que están haciendo un gran esfuerzo de márqueting para "democratizar" el vino. ¿Qué opináis al respecto? ¿Hay un mercado para aficionados y otro para no aficionados? En caso afirmativo, ¿os parece bien?
He de decir que, cuando empecé a interesarme por el vino, me encontré con ciertas barreras: lenguaje críptico, gente reacia a compartir sus conocimientos, cierta endogamia, precios desorbitados para mi bolsillo. Pero también encontré quien me mostró precisamente lo que defienden los entrevistados: que no hace falta tener un máster para disfrutar del vino. Poco a poco he ido perdiendo la vergüenza y las manías. He dejado de fijarme en las etiquetas para fijarme en el contenido. Doy preferencia a mis gustos sobre los comentarios ajenos. Procuro minimizar el ritual del servicio a lo imprescindible. Y, sobre todo, he perdido el miedo al ridículo: si no sé, pregunto :-)
Menjar per pensar, pensar per menjar.