Tarde muy entretenida y provechosa ayer en la Enoteca Barolo con Roberto y sus

Tarde muy entretenida y provechosa ayer en la Enoteca Barolo con Roberto y sus fantásticos vinos, con 8 de ellos en cata. Lo primero destacar la pasión y el interés que puso Roberto en explicar su proyecto y los vinos, algo muy de agradecer. Y en cuanto a los vinos, lo cierto es que encontramos factores que nos gustan mucho como son la expresión del terruño, la interpretación de la añada y sobre todo la autenticidad, en un estilo claramente atlántico y mineral, vinos con muy buena acidez y nervio, que escapan a cualquier cliché unificador. Un par de detalles de cada uno:

-Candio 2010: listán negro, viñas muy viejas. El vino de más lento desarrollo, más poderoso y cargado de madera en este momento. Potente y estructurado, con fuerza mineral, de guarda.

-El Esquilón 2011: listán negro y tintilla, muy mineral, volcánico, directo, redondo, con mucho nervio. Encantador.

-El Esquilón 2010: año más cálido y vino más abierto y frutal que 2011, más para tomar ahora. Fino y equilibrado, muy balanceado.

-Vidonia 2011: listán blanco. Enormemente original, muy mineral, especias, amplitud, directo y sin concesiones. Un blanco de carácter que no deja indiferente.

-Solana 2011: listán negro con un 5% de otras. El más elegante y redondo de los vinos, una delicia por su suavidad pero sin perder carácter.

-Los Pasitos 2011: baboso negro plantada en 2008. 1 barrica. Espectacular y sorprendente, distinto a todo. Mineral, directo, especiado, un vino que no pasa desapercibido.

-El Ciruelo 2011: listán negro, quizá la parcela más completa. Sin duda el vino más serio y complejo, un prodigio de mineralidad y fuerza interna. Un gran vino.

-El Ciruelo 2012: muestra de barrica (en rama), añada mejor para Roberto que 2011. Lleno de fruta y con una marcada profundidad mineral. Ojo a esta añada cuando salga.

En general, vinos con una marcada autenticidad y apego a un terruño único en el mundo con una conjunción de microclimas, suelos volcánicos, variedades autóctonas y viñas en pie franco, que hace de estos vinos del Valle de la Orotava algo muy especial. No son baratos y las producciones son muy escasas, pero merecen la pena.

Y hoy nos volvemos a ver todos en una de las catas del año, una portentosa vertical de 10 añadas de Viña Real (desde el 2005 hasta 1949) con alguna sorpresa más. Seguiremos informando.