La historia de un olivo: Astasia (1/1)

La historia de un olivo: Astasia

Hoy os voy a contar un pequeño relato, relacionado con el pueblo de Montán, en la provincia de Castellón ¿Lo conocéis?

El origen del pueblo no es está muy claro, probablemente fuera el resultado de los intercambios comerciales entre las tribus íberas de Edetanos y Turboletas con los griegos y los fenicios, que llegaban a la costa para vender sus productos. Serían estas últimas las que plantarían en el terreno viejos olivastros y acebuches (que largo recorrido tiene el olivo visto lo visto).

Posteriormente serían los árabes los que perfeccionarían la técnica del cultivo creando almazaras para mejorar la producción del aceite y destinarlo al consumo. Pero no sería hasta el sigo XVII cuando realmente se potenciaría el olivo con la llegada al pueblo de la orden de frailes servitas. ¿Y por qué era tan importante? Pues porque trajeron con ellos nuevas técnicas aprendidas en Europa, para la molturación de la aceituna.

Allá por el siglo XVIII (año 1770) el Obispo Fr. Alonso Cano fomentó la plantación de nuevos olivos, ofreciendo a los labradores tres reales por cada uno. Con estas ganas de hacer nuevos olivos, cierto día unos labradores se adentraron en el campo y hallaron una especie hasta ahora desconocida para ellos.

Hojas anchas, casi ovaladas, un tamaño mayor de la aceituna, y de temprana maduración. Se realizaron injertos y se plantaron por todo el terreno dónde, con el paso de los años, se iría incrementando la producción de aceite de oliva.

Este viejo olivo, que todavía existe, tiene el nombre de Astasia. Y se extendió por las zonas y pueblos colindantes.

Se realizaron los análisis pertinentes en los laboratorios de la Consellería de Agricultura, Pesca y Alimentacón y dio lugar a la denominación "Temprana de Montán", un aceite catalogado como excelente. ¿Lo habéis probado?

Centrándonos en sus características organolépticas:

Se trata de un aceite de oliva virgen extra.
Frutado intenso.
Matices de hierba, tomate, almendra.
Se aprecia un toque amargo y picante.

¿La anécdota de este aceite de oliva virgen extra? Que yo lo he probado. Durante muchos años he pasado veranos, puentes y fiestas en Montán, y puedo asegurar que al aceite de oliva se elabora con cariño, con profesionalidad, y con cuidado. Y da como resultado un producto realmente excelente y de muchísima calidad.

Mi visión particular de esta historia, es un almazara de reciente creación pero con muchísima capacidad de producción de aceite de oliva virgen extra, poco a poco se va dando a conocer y algo muy imporante, fomentan la cultura de aceite de oliva, sus propiedades y su calidad. Prueba de ello fue la Feria del Aceite de Oliva que se celebró el pasado 19 de abril ¡Y ya van por la quinta edición!